El cerebelo procesa información contribuyendo a que nuestros movimientos sean uniformes y coordinados. Hoy repasamos algunas de sus particularidades.
Sarah Romero
Periodista científica
Aunque el cerebro es el órgano principal y más importante del sistema nervioso, esa CPU que hace que todo en nuestro cuerpo funcione a través de órdenes y estímulos-respuesta, el encéfalo está compuesto por otras partes además del cerebro que siguen siendo igual de necesarias, aunque puede que menos conocidas. Entre ellas, hoy queremos destacar al cerebelo; ese hermano pequeño del que nos acordamos poco pero que siempre está ahí.
Datos y curiosidades del cerebeloMidjourney/Sarah Romero
El cerebelo se encuentra en la parte posterior e inferior del cráneo, bajo los lóbulos occipitales del cerebro. Se caracteriza principalmente por la gran concentración de neuronas que presenta (aproximadamente la mitad de las de todo el encéfalo) y su función está relacionada con el movimiento y, por lo tanto, con el sistema motor. El equilibrio, los movimientos musculares voluntarios y la coordinación son responsabilidad del cerebelo y todavía se siguen encontrando funciones o respuestas en las que el cerebelo podría intervenir. Su importancia radica, entre otras cosas, en las muchas conexiones que tiene con la corteza cerebral y que le permiten coordinar la información recibida a través de reacciones bioquímicas para que lleguen a la corteza.
La información de la que se dispone sobre el cerebelo se incrementó a partir del siglo XIX, cuando se comenzó a experimentar (sobre todo en Francia) con este órgano y sus posibles efectos sobre el cuerpo. Por ejemplo, se descubrió que su extirpación quirúrgica provocaba trastornos del movimiento y coordinación muscular. Desde entonces, no solo ha crecido el conocimiento sobre sus funciones sino también sobre las enfermedades que le afectan. La hipotonía, los temblores descontrolados, la pérdida de fuerza y velocidad o la ataxia son algunos de los problemas más comunes que se relacionan con el cerebelo.
La importancia del cerebelo ha ido creciendo conforme se conocían las funciones que cumple en el cuerpo humano y su papel como parte del encéfalo. ¿Sabes dónde está el cerebelo? El cerebelo está ubicado en la parte posterior del cerebro, justo debajo de los hemisferios cerebrales. Se encuentra por encima del tronco encefálico y está conectado a él por tres pares de pedúnculos cerebelosos.
Para seguir dando a conocer el cerebelo y difundir la importancia de cuidarlo frente a las posibles afecciones que pueden surgir, aquí van algunas curiosidades sobre el hermano pequeño del cerebro.
La función del cerebelo
El cerebelo está involucrado en prácticamente cualquier movimiento. Es la parte del cerebro que nos ayuda a conducir, a lanzar una pelota, cruzar la calle o tocar el piano. El cerebelo permite que el cuerpo pueda moverse suavemente, mantener el equilibrio, coordinar los movimientos oculares, el aprendizaje motor (montar en bicicleta, por ejemplo) y otras funciones que se siguen descubriendo y explorando cada día.
Localización del cerebelo
El cerebelo forma parte del encéfalo, ubicado en la región posterior de la fosa del cráneo y debajo de los lóbulos occipitales del cerebro; esto es, parte posterior y zona inferior del cerebro. Es una de las zonas del encéfalo con mayor densidad de neuronas; aproximadamente la mitad de las neuronas del cerebro están ubicadas en esta región.
Enfermedades del cerebelo
Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, los síntomas más comunes de un trastorno cerebeloso implican: falta de control y coordinación muscular, dificultad para caminar, dificultad para hablar, movimientos oculares anormales o dolores de cabeza. Entre los trastornos del cerebelo se encuentran las hemorragias cerebrales, los derrames, las malformaciones genéticas o el cáncer.
Ataxia
La ataxia es una pérdida de coordinación muscular y control debido a un problema con el cerebelo; suele ocurrir cuando se dañan partes del sistema nervioso que controlan el movimiento. Existen varios factores que causan la ataxia, tales como: la genética (muchas ataxias son hereditarias), venenos que dañan el cerebro, los tumores, una lesión craneal, la esclerosis múltiple, la parálisis cerebral, la varicela y otras infecciones virales... A veces, la ataxia es reversible cuando se trata la causa subyacente; en otros casos, es posible que desaparezca por sí sola.
Ataxia genética
La ataxia genética o hereditaria es causada por una mutación genética. Existen varias mutaciones y tipos diferentes de ataxia hereditaria. Son trastornos bastante raros (que suelen empeorar con el tiempo y para los que no hay un tratamiento específico). El tipo más común, la ataxia de Friedreich, afecta a apenas 1 de cada 50.000 personas.
Ataxia provocada por toxinas
El cerebelo es vulnerable a las bebidas alcohólicas, a ciertos medicamentos recetados (especialmente barbitúricos y benzodiazepinas), a metales pesados como el mercurio y el plomo o a disolventes como los empleados en la pintura. Estos elementos dañan las células nerviosas del cerebelo, lo que conduce a la ataxia. El tratamiento y la recuperación dependen de la toxina involucrada y del daño causado.
Ataxia causada por un virus
Es posible. Un virus como la varicela puede causar ataxia. Este trastorno se llama ataxia cerebelosa aguda y afecta más frecuentemente a los niños. Otros virus asociados con la ataxia cerebelosa aguda son: el virus Coxsackie, el Epstein-Barr y el VIH. No hay tratamiento para la ataxia causada por un virus, pero suele desaparecer en pocos meses una vez que la infección viral desaparece.
Ataxia provocada por un accidente cerebrovascular
El accidente cerebrovascular o ictus puede afectar a cualquier parte del cerebro, aunque el cerebelo es la zona menos probable. Sin embargo, un coágulo o sangrado en el cerebelo pueden causar ataxia, dolor de cabeza, mareos, náuseas y vómito. Las terapias ocupacionales y físicas pueden ayudar a hacer frente a cualquier daño permanente.
Tumor en el cerebelo
El vómito sin náuseas es uno de los síntomas de un tumor en el cerebelo. Pueden ser benignos, que no se propagan a través del organismo, o malignos si crecen y se propagan. Los síntomas de un tumor en el cerebelo incluyen: dolor de cabeza, vómitos sin náuseas, dificultad para caminar o falta de coordinación.
Cómo mantener un cerebelo sano
Preservar la salud general del cerebro es la mejor manera de evitar daños al cerebelo. ¿Qué podemos hacer? Dejar de fumar (fumar aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular), limitar el consumo de alcohol (grandes cantidades de alcohol pueden dañar el cerebelo), hacer ejercicio físico (la actividad física regular beneficia al corazón y los vasos sanguíneos y reduce el riesgo de accidente cerebrovascular), proteger la cabeza (usar cascos, cinturones de seguridad y cuidar la seguridad en el hogar reducen el riesgo de lesiones cerebrales) o evitar manipular plomo (las casas más antiguas pueden tener tuberías de plomo).
Origen del nombre
La palabra ‘cerebelo’ proviene del latín y significa literalmente “cerebro pequeño”. Este nombre parece ideal ya que el cerebelo de una persona adulta pesa unos 150g y mide aproximadamente 10cm de ancho y 5cm de alto. Se cree que el término fue utilizado por primera vez en 1504 por Leonardo da Vinci, humanista y genio del Renacimiento que realizó avanzadísimos estudios sobre neurología.
Diferencia entre cerebro y cerebelo
La raíz común de sus nombres y su próxima situación pueden hacer que ambos se confundan o se consideren como uno solo. El cerebro es el órgano principal del sistema nervioso, responsable de reunir y transmitir los impulsos y órdenes nerviosas al resto del sistema nervioso y del cuerpo. Por otro lado, el cerebelo es una parte del encéfalo que se encuentra en el lado posterior del cráneo y cuya principal función es coordinar las órdenes enviadas al aparato locomotor.
Regulación de las emociones y procesos cognitivos
Entre las distintas funciones que realiza, el cerebelo juega un importante papel a la hora de relacionar estados emocionales con experiencias, manteniendo esas sensaciones en el tiempo e interviniendo en el proceso de aprendizaje. Además, la gran densidad de neuronas y las conexiones con otras zonas de la corteza cerebral hacen muy probable que intervenga en procesos cognitivos como la memoria. También se han hecho estudios en los que se ha comprobado que el cerebelo varía su tamaño según la inteligencia.
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