El Mosad es la base de los poderosos empresarios y clanes políticos empeñados en impedir los cambios que demandan la gran mayoría de los colombianos.
La ultraderecha colombiana no da tregua al gobierno popular de Gustavo Petro
HORACIO DUQUE
En los últimos días ha promovido una cadena de señalamientos contra el presidente a raíz de los eventos de corrupción presentados en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo UNGR, entidad estratégica en el manejo de desastres ocasionados por las lluvias, las inundaciones, el cambio climático y las remociones de grandes masas de tierra.
Dicha entidad se convirtió en una verdadera guarida de hampones que utilizaron altos cargos para el saqueo de miles de millones de pesos en la compra de carro tanques para llevar agua a regiones apartadas como la Guajira y Cordoba, donde las gentes se mueren de sed por la ausencia de acueductos y plantas de potabilización del preciado líquido y para el aporte de ollas comunitarias previstas por el gobierno para atender situaciones de hambre entre grupos poblacionales muy pobres.
La prensa corporativa (Semana, Infobae, Blu, la W,) y las redes mediáticas de la ultraderecha están manipulando la corruptela de la UNGR para intentar enlodar la reputación del presidente Petro y de funcionarios de su más cercano entorno, lo que ha dado pie para que el primer mandatario de los colombianos denuncie una nueva línea golpista para derrocar la actual administración que no ha tenido descanso desde su posesión el 7 de agosto del 2022.
Los medios están distorsionando, con falsas noticias, los encartes criminales de los ex funcionarios comprometidos en los graves ilícitos para sabotear las reformas sociales de las pensiones y de la salud que están en trámite en las cámaras legislativas.
Sin embargo, lo más complicado de todo este embrollo consiste en la muy probable intervención -a manera de retaliación-, de los servicios de inteligencia del gobierno de Netanyahu en la álgida coyuntura para afectar la estabilidad del gobierno, hasta destruirlo. Todo con ocasión de la suspensión de las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, ordenada por el presidente Petro, como una manera de repudiar el genocidio y exterminio del pueblo palestino en Gaza, ejecutado por el ejército neofascista de ese gobierno terrorista.
En Colombia son muchos los intereses geopolíticos, militares y económicos de la clase dominante judía. Venta de armas para dotación del ejército y la policía (misiles, aviones, fusiles, munición), exportaciones de esmeraldas, poderosas empresas tecnológicas, altos oficiales colombianos ligados al poder militar israelí, control de extensos predios rurales por empresas judías, venta de tecnologías de espionaje, presencia de mercenarios involucrados en la organización de grupos paramilitares, son las áreas en las que se detecta la mano oscura judía neonazi.
El MOSAD es el organismo de estado judío que cuida subrepticiamente todos estos recursos y lo hace violando la soberanía de otros estados.
Como bien es sabido, el Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales, o Mosad, es la agencia de inteligencia exterior israelí; se trata de algo mucho más que una agencia de inteligencia; es una poderosa herramienta política que se ha visto involucrada y comprometida en eventos históricos y geopolíticos de gran magnitud como el actual conflicto y guerra del Medio oriente con fuertes impactos en Siria, Irak e Irán.
Creado en 1949 por el primer ministro israelí, David Ben-Gurión, al Mosad se le ha asignado la tarea de asegurar la supervivencia del poderoso Estado de Israel ligado al régimen imperialista norteamericano. A lo largo de su historia, el Mosad ha ejecutado operaciones de espionaje a nivel mundial y a no dudarlo en esas está ahora en Colombia.
El Mosad, a no dudarlo, está ahora coludido con la ultraderecha neofascista colombiana para desestabilizar y destruir el gobierno popular de Gustavo Petro e impedir las reformas sociales que se impulsan como la agraria, la de la salud, la de las pensiones y la laboral. Para estigmatizar y frustrar la “campaña constituyente” que lidera Petro con el objetivo de acelerar la transición hacia la paz.
El Mosad es la base de los poderosos empresarios y clanes políticos empeñados en impedir los cambios que demandan la gran mayoría de los colombianos.
Esa es la nueva linea golpista que ha denunciado Petro en sus correrías por los sectores populares de Bogotá.
La Haine
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