Lo que ocurrió fue una adaptación biológica al medio ambiente local de la población que coloniza una determinada localidad
Debido al notorio crecimiento de la población humana y del flujo migratorio entre los distintos continentes, las mal denominadas razas y etnias humanas se encuentran distribuidas en amplias regiones del planeta
Reinhardt Acuña Torres
18 enero 2025
¿Existe algo así como una raza superior? No, solo existen diferencias genéticas y evolutivas que hicieron que el homo sapiens evolucionara de formas diferentes, desde que abandonó África para migrar y colonizar otras tierras y continentes. En otras palabras, lo que ocurrió fue una adaptación biológica al medio ambiente local de la población que coloniza una determinada localidad. Recordemos que una adaptación biológica es un proceso fisiológico que causa que cambien los rasgos morfológicos y el modo de comportamiento del organismo que se adapta, haciéndolo evolucionar.
Esos cambios causan lo que se conoce como plasticidad fenotípica: cambios en las características de un organismo en respuesta a un cambio ambiental. Esa respuesta provoca que varíen las propiedades de un genotipo, para producir más de un fenotipo. Sin embargo, no es adaptación, es aclimatación.
La adaptación biológica como proceso evolutivo se refiere a cambios en la frecuencia alélica; es decir, en mecanismos por los cuales la selección natural, la deriva genética, el flujo genético, la mutación y la recombinación genética ajustan la frecuencia de los genes que codifican para rasgos genéticos que afectarán al número de descendientes que sobrevivirán en generaciones sucesivas. De esta forma generan una variabilidad genética en la población afectada por dicho cambio o dichos cambios, porque pueden ser varios.
Por ejemplo, la genética de poblaciones ha demostrado que el aumento en la concentración de hemoglobina es una adaptación poblacional a ambientes con baja concentración de oxígeno. Otros cambios debidos a la plasticidad fenotípica, observables en los rasgos de las poblaciones humanas, son la estatura, el color de ojos y el grupo sanguíneo (no hay que confundirlo con la concentración de hemoglobina).
De hecho, existe una diferencia conceptual importante entre la respuesta evolutiva a la selección natural y la respuesta a la selección fenotípica. La respuesta evolutiva a la selección natural se refiere al cambio genético que tiene lugar de una generación a otra, mientras que la selección fenotípica tiene que ver con los efectos inmediatos de la selección en la distribución estadística de los fenotipos dentro de una generación, sin considerar la base genética o la herencia de los caracteres genéticos. Es decir, la primera se basa en la evolución humana y la segunda, en la frecuencia estadística. Debido al notorio crecimiento de la población humana y del flujo migratorio entre los distintos países, regiones y continentes, las mal denominadas razas y etnias humanas se encuentran distribuidas estadísticamente en amplias regiones del planeta, no solo en sus lugares de origen.
El mito científico de las razas humanas, o racismo científico
Literalmente, el Racismo científico es un patrón histórico de ideologías que generan creencias racistas pseudocientíficas. Eso influye perpetuamente en los prejuicios raciales y la discriminación en la ciencia y la investigación. Los principales científicos de las instituciones científicas del siglo XIX y principios del XX fueron partidarios de tales ideologías. A mediados del siglo XX, las creencias racistas pseudocientíficas fueron ampliamente refutadas. Sin embargo, la evidencia muestra que el racismo científico persiste en la ciencia y la investigación.
No obstante, sí existen aptitudes físicas y habilidades cognitivas diferentes entre las poblaciones humanas que derivan de interacciones genes-ambiente. Según el Instituto Nacional del Genoma Humano de los Estados Unidos, “la interacción genes–ambiente se refiere a interrelación de los genes (y en términos más amplios, de la función del genoma) y el entorno físico y social. Esas interacciones influyen en la expresión de fenotipos. Por ejemplo, en la mayoría de los rasgos y enfermedades en seres humanos influye la forma en que uno o más genes interactúan de maneras complejas con factores ambientales, como sustancias químicas en el aire o el agua, la nutrición, la radiación ultravioleta del sol y el contexto social."
Otra aptitud, muy controvertida porque se ha usado para discriminación racial y social, es la inteligencia humana. La inteligencia es un rasgo complejo que está determinado por factores genéticos y ambientales. Bajo un enfoque científico llamado estudios de asociación de genoma completo, o GWAS, por sus siglas en inglés, los investigadores han determinado que la inteligencia tiene un componente genético. No obstante, no han identificado un único gen, sino muchos, cada uno de los cuales hace una pequeña contribución a la inteligencia en conjunto de una persona. En uno de los últimos estudios, el “análisis identificó 538 genes vinculados a la capacidad de resolución de problemas y 187 regiones del genoma humano que están relacionadas con habilidades de pensamiento.”
Genéticamente y evolutivamente hablando, nuestros parientes más cercanos son los primates, hominoideos, que incluyen tres géneros: Gorilla (gorilas), Pan (chimpancés y bonobos) y Pongo (orangutanes). Entre estas especies vivas, la más similar a nosotros, al género Homo, son las del género Pan. EspPrecisamente del chimpancé, cuyo nombre científico es Pan troglodytes, de donde deriva el término despectivo, por no decir racista, de troglodita.
Pues bien —algunos dirían, pues mal—, en términos genéticos, lo que separa el genoma humano del genoma de un chimpancé es aproximadamente el 1%; es decir, compartimos cerca del 99% de los genes. Pero, oh sorpresa, a su vez es el mismo porcentaje que nos separa del genoma de un ratón. Por eso se utilizan ratones en la investigación médica y farmacéutica a la hora de probar medicamentos que luego serán utilizados por seres humanos. Así las cosas, excluyendo el factor genético de la inteligencia, bien podríamos dar por ciertos las expresiones coloquiales ¿Eres un hombre o un ratón? ¿Te haces el mono o eres un mono?
Cabe preguntarse qué habría pasado si en Homo neanderthalensis no se hubiera extinguido en la última glaciación. Era un homo muy hábil e inteligente, igual que nosotros, o incluso más. Tan es así que algunos autores lo consideran una subespecie de Homo sapiens. Los estudios paleogenéticos indican que ambas especies tuvieron un origen común, así como convivencias e hibridaciones entre ambas especies. Es decir que hubo mezcla de especie, algo que solo puede ocurrir si las especies son semejantes. Se comprobó que eso ocurrió en, al menos, dos lugares y momentos distintos: Oriente Próximo y Europa Occidental. Sin embargo, a los neandertales los agrupan dentro de la categoría de humanos arcaicos, mientras que, a los sapiens, como humanos primitivos.
Esos mismos estudios concluyen que los neandertales eran sofisticados en muchos aspectos: elaboraban herramientas, utilizaban el fuego, eran buenos cazadores y cuidaban de los enfermos. Incluso tenían capacidades estéticas y espirituales similares a las del hombre actual, como lo revelan sus tumbas y pinturas rupestres. Dado que vivieron mucho antes que nosotros, es muy probable que, de no haberse extinguido, nos habrían superado tanto física como intelectualmente. Entonces habríamos sido nosotros la “raza inferior”. Aunque, teniendo en consideración su pasado estético y espiritual, quizás ellos no nos habrían considerado inferiores, sino, más bien, sus semejantes.
Reflexionemos al respecto, probablemente nos ayude a liberarnos de nuestra arrogancia.
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El autor es costarricense, nació el 7 de Junio de 1963, de familia de clase media. Estudió y se formó en instituciones públicas hasta la Universidad (UCR).
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