¿Cuál es el impacto de la discriminación el racismo en las subjetividades?
La naturalización de la idea sobre la existencia de “razas superiores” constituyó al racismo como una estructura de dominación que nació con la colonización
Bloque Migrante 25 de noviembre, 2024
“Migrar, como aves que huracan en masa a mares y tierras
La búsqueda, esperanza, impulso y sobrevivencia
Migrar, mover la identidad que aparece desesperada, tímida y estratégica para
recordar, luchar y buscar la pertenencia
Migrar, para volar y enraizar infinitamente”
Introducción al BTM
Nuestro escrito es rizomático y múltiple (Deleuze & Guattari, 1977), así como el mismo Bloque de Trabajadorxs Migrantes (BTM). Nuestro espacio está lleno de marrones, negrxs, blancxs, amarillxs. Latinoamericanxs, europexs, africanxs y asiáticxs. Manterxs, feriantes, carpinteros, sociólogxs, antropólogxs, psicólogxs, contadorxs, performanterxs, artistas, académicxs, abogadxs, etc. Somos muchxs y variadxs: altxs, bajxs, gordxs, flacxs y medianxs. Somos multiplicidad e interculturalidad. Queers, no binarixs, heteros, cis, travesti y trans. Somos distintas lenguas, idiomas, acentos y costumbres que se encuentran y se organizan. Somos autogestionadxs. Somos migrantes y trabajadores.
Historización y contexto
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM en adelante) a finales del 2022 se cuenta con 281 millones de personas migrantes y 117 millones de personas desplazadas, llegando a una de las cifras más altas de las recientes épocas (OIM, 2024). El aumento de migraciones y desplazamientos se da en un contexto internacional que enfrenta importantes conflictos bélicos: la guerra entre Rusia y Ucrania, los conflictos en África, la guerra entre Palestina e Israel, los conflictos internos en distintos países de Latinoamérica, tales como en Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, entre otros.
A noviembre del 2023, en Latinoamérica, se estima que más de 7 millones de venezolanos/as/es han migrado (ACNUR, 2023; R4V, 2023) buscando protección y una vida mejor, 6,5 millones se encuentran en países de Latinoamérica y el Caribe. La cifra de migrantes venezolanxs en Argentina para el 2022 ascendería a un aproximado a más de 210.000.
Con la asunción del gobierno de Javier Milei a partir de finales del 2023 los cambios no se hicieron esperar confluyendo en una inflación acumulada en el primer semestre del 2024 de un 79,8% y una interanual del 271,5%, lo cual ha afectado la calidad de vida de las personas más vulnerables, entre ellas, muchas personas migrantes. La política del actual presidente, como promesa de campaña, ha implicado una reducción del rol de Estado en términos de políticas públicas, reestructurando los Ministerios, muchos de ellos disueltos: como el ex Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad (MGMyD); sumado a despidos masivos que implican una reducción del personal que atendía las políticas públicas como los Centros de Atención a la Justicia (CAJ). La ministra de seguridad que asumió es Patricia Bullrich quien promueve la expulsión de personas migrantes, mencionando su interés en cambiar la actual legislación migratoria, ofreciendo un panorama orientado al securitismo en vez del marco de los derechos humanos, donde pareciera que el migrante es el enemigo, sin contemplar el aporte de las migraciones internacionales al fomento del desarrollo humano y crecimiento económico del país.
En Argentina el ingreso y permanencia de personas extranjeras se ha regulado mediante tres leyes sucesivas: la Ley de Inmigración y Colonización n° 817 o Ley Avellaneda de 1876, el Decreto – Ley n° 22.439 o Ley Videla del año 1981 y la Ley de Migraciones n° 25.871 de enero de 2004. La Ley de Migraciones es pionera en el mundo ya que reconoce el derecho a migrar como un derecho esencial e inalienable a la persona. La República Argentina lo garantiza sobre la base de los principios de igualdad y universalidad, también asegura el acceso a salud, educación, asistencia social y atención sanitaria a todas las personas extranjeras que se encuentren en el país, hayan o no regularizado su permanencia. La regularización implica entonces el permiso de permanencia y es un requisito fundamental para la inclusión y protección de la población migrante. Es un derecho de quien migra y un deber del Estado asegurarla a través de la adopción e implementación de distintas medidas.
Quedaron establecidas dos vías para la regularización de los permisos de residencia para quienes deseen estar en el territorio: para quienes provengan de países firmantes sólo rige el criterio de nacionalidad, y deben acreditar su identidad con el documento del país de origen y la falta de antecedentes penales; para quienes provengan de otros países se debe solicitar la residencia según otros criterios establecidos en la ley, como por ejemplo trabajador inmigrante, rentista, pensionado, inversionista, científico, entre otros.
Este criterio de nacionalidad comenzó a hacerse efectivo hacia el año 2006 mediante el Programa Nacional de Normalización Documentaria Migratoria también conocido como Patria Grande, y estaba destinado a personas provenientes de países del MERCOSUR y asociados que residieran en Argentina antes del 17 de abril del 2006. Entre 2004 y 2015 se resolvieron 2.135.000 trámites de residencias temporarias y permanentes, siendo un 94% de los trámites iniciados por ciudadanos del MERCOSUR y asociados. Del total un 40% eran de Paraguay, un 30% de Bolivia y un 16% de Perú. El trámite de residencia hasta el 2018 se hacía personalmente, se tenía que sacar un turno y acudir a la delegación de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) más cercana; sin embargo, desde el 2017 los turnos comenzaron a darse con mucha diferencia de tiempo con la solicitud, por esa razón “en noviembre de 2018, con la expectativa de subsanar estos obstáculos cuyos efectos perjudican no solo a las personas migrantes sino al conjunto de la sociedad, la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) puso en marcha el Sistema de Radicación a Distancia de Extranjeros (RADEX), el cual consiste en una plataforma online para hacer el trámite a distancia y continua hasta la actualidad.
DNU 70/2017
En enero del año 2017 el gobierno de Mauricio Macri junto a personas del actual gobierno como Patricia Bullrich, acompañados de una campaña mediática en contra de la población migrante, pusieron en tela de juicio los derechos conquistados y modificaron la Ley de migraciones mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia 70 (DNU 70 en adelante).
Desde su publicación, el DNU 70 causó gran preocupación en diversos sectores y organizaciones migrantes, ya que generó consecuencias en sus vidas y espacios laborales. Por ejemplo, se redujeron los tiempos de defensa frente a la justicia, se les criminalizó, estuvieron expuestxs a expulsiones por causas administrativas, entre otras. En respuesta se comenzaron a articular espacios y redes de defensa de los derechos junto con numerosas movilizaciones, muchas de las acciones llevadas a cabo fueron movilizadas por la “CampañaMigrar No es Delito” (CMND), lanzada en enero de 2018 para articular denuncias y trabajos comunicacionales de las distintas organizaciones.
Fundación
En este contexto de exclusión es que se conformó el Bloque de Trabajadorxs Migrantes (BTM en adelante). El BTM es una organización política y social, integrada por personas de diferentes países y colectivos migrantes organizados (Observatorio Migración y Asilo, 2021, 4s) que se comenzaron a reunir como “bloque” y denuncian la inconstitucionalidad del
DNU 70 ya que responde a cuestiones discriminatorias.
Surge de la necesidad de pensar en acciones para contrarrestar su impacto y lo que genera en la cotidianidad, ya que comenzaron a identificarse ciertas problemáticas derivadas de la modificación de la Ley de Migraciones y de la campaña mediática que estigmatizaba a la población migrante. Entre estas acciones, una de las más importantes y de las que quedó registro, fue el Primer Paro Migrante hecho en Argentina, organizado por trabajadorxs migrantes en repudio a este DNU. Se pensó en lo necesario que era la unificación de las distintas experiencias de este “bloque” de organizaciones, que muchas veces accionaban a partir de las necesidades específicas de cada comunidad migrante, que se organizaban según su nacionalidad y que el BTM nucleó.
El objetivo del BTM ha sido fortalecer los derechos de los y las migrantes y construir un sujeto político que participe, que active y se organice (Asociación Ecuménica, 2019, 13s) y ampliar el acceso a la regularización migratoria, que es uno de los problemas que genera más expulsiones y limita el acceso a los derechos. Si bien la ley no ha cambiado sustancialmente, sí lo ha hecho su aplicación, de acuerdo al gobierno de turno, y por lo tanto el modo de realizar el procedimiento migratorio, lo que hace aún más necesario el trabajo territorial para generar un puente de comunicación con la población migrante.
De la misma manera se desarrollaron asesoríascon el fin de informar sobre la Ley de Migraciones y el DNU 70, junto a esto hacían jornadas formativas de difusión, empoderamiento y formación de referentes migrantes que promovieran los derechos migrantes en los barrios y en los movimientos sociales. Luego de este trabajo se formó la Red de Consultorías Migrantes (RedCoMi en adelante) para la organización de las jornadas de consultorías y la articulación con referentes y organizaciones sociales en los distintos territorios con presencia de población migrante. El trabajo fue necesario para dialogar sobre estrategias para afrontar los discursos racistas contra la migración y las modificaciones del marco legal, además de fortalecer estrategias que generasen la constitución de un movimiento social migrante amplio. Uno de los principales objetivos era la formación de referentxs migrantes y promotorxs de las consultorías y derechos humanos, por lo que no es solo la realización de un trámite sino es un trabajo político.
El trabajo de consultorías se replicó en los distintos territorios haciendo formaciones y creando compromisos, se llegó a crear una agenda anual de formaciones, pero se interrumpió en el año 2020 con la pandemia. Otro trabajo que se hizo antes de la pandemia fue el dictado de clases de español a población migrante no hispano-hablante, ya que el idioma era una gran barrera en el acceso a derechos. Junto a esto se realizó un trabajo de acompañamiento a quienes sufrían la persecución y discriminación del gobierno y la policía, sobre todo por trabajar en la calle.
A partir de la pandemia se siguieron haciendo consultoríasde manera online, casi todo el trabajo se enfocó en una labor de acopio y reparto de alimentos. Además, para ayudar a la generación de ingresos en el contexto de aislamiento, se conformó la Tiendita Migrante.
Luego de la pandemia se retomó el trabajo de formación y consultorías. La articulación con otras organizaciones se había fortalecido, por lo que hubo un alineamiento al trabajo de la Agenda Migrante junto con la academia, organismos de derechos humanos y el movimiento social migrante para crear una agenda en conjunto que trate las diferentes problemáticas migrantes en Argentina y generar acciones respectivas. En Agenda Migrante participan alrededor de treinta o cuarenta organizaciones a nivel nacional y se invita a diferentes instituciones gubernamentales dependiendo el gobierno de turno, ya que entienden que es su obligación el estar ahí.
Por otra parte, desde el BTM promocionamos la salud mental de la población migrante y refugiada y sensibilizamos y acompañamos a esta población que en muchos casos es estigmatizada y discriminada por su lugar de origen y condición social. En este sentido, aportamos a continuación nuestra perspectiva, su relación con el racismo así como también nuestro posicionamiento sobre cómo se construye al migrante desde una mirada colonial como un otro “peligroso” y las vulneraciones y malestares que ellos trae consigo.
La construcción del migrante como un otro inferior y peligroso
Varios autores –que se inscriben en el Pensamiento Decolonial, como Aníbal Quijano, Walter Mignolo y Enrique Dussel– señalan que los europeos lograron instalar un sistema de explotación y dominación basado en laclasificación social a partir de la raza. De esta forma, se configuró una pirámide social donde los indios y los negros ocupaban el escalafón más bajosiendo sometidos a la servidumbre y esclavitud, seguidos por los blancos que no pertenecían a la nobleza, mientras los blancos nobles y europeos se encontraban en la cima de la pirámide y ocupaban los puestos altos y medios de la administración colonial, civil y militar. De este modo, el sistema de dominación colonial no sólo se basaba en la imposición del europeo sobre el no europeo, sino también en la justificación de ello a partir de la noción de raza: el blanco europeo era, por naturaleza, superior al negro o al indio. Esta configuración del poder es denominada por esta corriente de pensamiento como “colonialidad del poder”.
La naturalización de la idea sobre la existencia de “razas superiores” constituyó al racismo como una estructura de dominación que nació con la colonización como señala Rita Segato (2015). Para esta autora, el racismo no debe entenderse solamente como un fenómeno de discriminación basado en el color de piel, sino también vinculado a la permanencia del control sobre los cuerpos y territorios de los pueblos colonizados.
Desde esta perspectiva, el racismocomo estructura de dominación ha sido utilizado históricamente como un mecanismo de discriminación y exclusión de las personasmigrantes y especialmente hacia migrantes provenientes de territorios racializados, marrones. En este sentido, no sólo el atributo del color de la piel se utiliza como elemento discriminador, sino también el del lugar de origen y que en la argentina emblanquecida se evidencia con los reiterados casos de discriminación y xenofobia a la población migrante racializada proveniente de los países limítrofes y en general de la región Latinoamérica, del Caribe, África y Oriente. Lamentablemente, este sistema de dominación despoja a las personas migrantes de su identidad como sujetos de derechos políticos e históricos.
El autor argelino Abdelmalek Sayad (1998) señala que la categoría inmigración es una construcción colonialy que la migración, especialmente la que proviene desde las excolonias hacia los países coloniales, está marcada por estructuras coloniales históricas. Siguiendo al autor, el migrante debe reconocerse no sólo como un inmigrante que es construido como una tabula rasa vacía de pasado, historia, vida, sino también como un sujeto que trae consigo un bagaje de historia, experiencia, conocimiento, aportes y por lo tanto deben ser garantizados sus derechos como los posee un nacional. Es un e/inmigrante que está contenido de dos mundos, el de la sociedad de origen y la sociedad receptora.Finalmente, es importante considerar la variable de la interseccionalidad en las identidades de poblaciones migrantesen virtud de que no todo migrante es percibido de la misma forma. No es lo mismo ser un migrante de nombre reconocido y rico, que un conjunto de población migrante y pobre. Los migrantes criminalizados son los pobres, los trabajadores, las personas de provincia, de color de piel. De esta manera, podemos hablar de otras formas de discriminación que no están dadas solo por el color de la piel o el lugar de origen sino también por la clase social.
La autora Adela Cortina (2017) habla sobre aporofobia que significa el rechazo hacia los pobres y las personas en situación de vulnerabilidad, y se manifiesta como otra forma de discriminación social. Muchas de las voces de los sectores conservadores de la política utilizan la retórica del tipo “el pobre que viene a mi país a trabajar y a quitarme mi derecho” lo que permite legitimar discursos de rechazo, odio, a la población migrante pobre, negra y racializada y que en este contexto de ultraderecha en la Argentina, se empieza a consolidar con políticas sectarias que proponen la restricción de derechos fundamentales como la salud y la educación y su arancelamiento a la población migrante habitante de este territorio. ¿Cuál es el impacto de la discriminación el racismo en las subjetividades?
Psiquismo, racismo y colonización
La división individuo/sociedad genera que ciertos debates se mantengan dentro de lo personal/individual sin problematizar su carácter social o, en su otro extremo, que sea reducido a lo ambiental sin indagar en lo individual, llevando a una psicologización o psicopatologización de los problemas sociales, buscando una reducción del problema o malestar social en el cual el sujeto debe “hacerse cargo” de los problemas sociales, responsabilizándolos o creando categorías psicológicas como “resiliencia” que no permiten problematizar cómo lo social se encuentra enraizado en lo más profundo del psiquismo, al mismo tiempo que se vive en un determinado contexto.
Nuestra posición de psiquismo es que es grupal, colectivo y socio-histórico, ya que sólo tomando en cuenta estos aspectos es que es posible pensar la incidencia del racismo y la colonización en las personas ¿Cómo pensar el racismo bajo estas categorías? No puede ser sin primero problematizar los aspectos sociales y los imaginarios sociales que cada comunidad tiene: ese desencuentro entre el capital simbólico que el lx migrante trae de la comunidad de origen al capital simbólico con el que se encuentra en la comunidad de destino, genera un impacto en la persona que requiere de un esfuerzo psíquico (Grinberg & Grinberg) el cual no necesariamente conlleva a un padecimiento. No toda migración es dolorosa, no toda migración es un duelo o desarraigo. También hay amores, realización de proyectos propios y a veces mejora en la calidad de vida. Pero también los hay quienes sufren.
Ya sea en uno o en otrx, pensamos al racismo como estructural dentro de la sociedad.
Nos interesa dilucidar sobre el racismo desde una doble vertiente: la atención clínica individual y la colectiva. Es que una consulta individual bastante común en CABA de personas migrantes tiene que ver con cierto sentimiento de inferioridad (Adler, A. 1907) respecto de su origen al mismo tiempo de una añoranza por ese lugar ¿por qué llama la atención? porque son cuerpos negros, marrones y latinoamericanos, es decir, aquellos cuerpos blancos y europeos no sufren de este sentimiento por su color de piel o nacionalidad. Es por ello que pensamos que hay un sentido, hay un motivo que genera que algunos cuerpos sean mejores que otros, hay un sentido que hace que ciertos acentos avergüencen por sobre otros y ese sentido es transmitido muchas veces por cuestiones culturales. Nuestra postura es que ese sentido es socio-histórico, una construcción del sujeto en el cual estas diferencias se han enraizado en lo más profundo de su psiquismo: en su modo de autopercibirse y en su modo de manejarse con los otrxs.
¿A qué nos referimos con “sentimiento de inferioridad”? A un modo de autopercepción que les inhibe en relacionarse con otros, en alzar la voz, en hablar frente a otros, en reclamar, en exigir derechos, en usar el sistema público de salud, etc., por su acento, por su color de piel, por sus rasgos. Sentimiento que genera angustias y ansiedad social, recluyéndolos y despotenciándolos de aportar en lo que como sujetos deseantes buscan encontrar a través de su migración. Es bastante común escuchar: “no quiero reclamar porque me siento agradecido de que me recibieron, por ello no voy al hospital público”. Culpa por venir, culpa por migrar. Como si migrar no fuera un derecho, como si se fuere un objeto-parásito que viene a consumir los recursos del país y no tiene para aportar. Culpa que no le permite ver el enorme capital simbólico y cultural que cada uno trae. Por otro lado, también tenemos a aquellos que convencidos de la riqueza cultural que traen desean aportar encontrándose con dificultades para que su propuesta sea aceptada.
Es que el imaginario social que prima en CABA es el de la migración europea que hubo a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, acontecimiento histórico que es recordado hasta el día de hoy y que invisibiliza las migraciones de países latinoamericanos, africanos, asiáticas e inclusive las propias migraciones internas, solidificándose como el mito de un imaginario blanco y europeo (Adamovsky, 2021). Narrativa que se encuentra en muchos otros países de Latinoamérica, como en la necesidad de emblanquecer a actores o artistas a través de su series, películas o programas ¿qué pasa con ese cuerpo negro, marrón, indígena que se encuentra con esta narrativa, cuando el ideal de belleza es el blanco o europeo?
El descubrimiento de Freud (1920) de la pulsión de muerte y la pulsión de vida lo llevó a una tercera posición en la cual el hombre no es ni bueno, ni malo, en donde hay un aspecto agresivo en lo más profundo del psiquismo con el que hay que lidiar y en donde existe un malestar inherente solo por el hecho de advenir a la cultura (Freud,1930), pero también analizó aspectos de una cultura particular, la vienesa, resaltando los efectos de los ideales que impone una sociedad y de qué manera generan un padecimiento en el hombre (Freud, 1905). Muchos años después él mismo será un migrante y exiliado -escapando del nazismo, mientras le quemaban sus libros-, años antes, en el “Porvenir de una ilusión” (Freud, 1927), encontramos una clara referencia a los efectos de ciertos ideales de la cultura por sobre otras culturas y que producen segregación y discriminación:
“Por tanto, la satisfacción que el ideal dispensa a los miembros de la cultura es de naturaleza narcisista, descansa en el orgullo por el logro ya conseguido. Para ser completa, esa satisfacción necesita de la comparación con otras culturas que se han lanzado a logros diferentes y han desarrollado otros ideales. En virtud de estas diferencias, cada cultura se arroga el derecho a menospreciar a las otras. De esta manera, los ideales culturales pasan a ser ocasión de discordia y enemistad entre diversos círculos de cultura, como se lo advierte clarísimo entre las naciones” (p. 13).
Extracto que refleja con claridad los efectos de un ideal, en nuestro caso: el ideal de blanquitud europeo.
Sabemos que hay un malestar estructural, pero podemos decir que no es suficiente sólo con esta lectura, ya que justificar una segregación por los aspectos estructurales del psiquismo es olvidar que los cuerpos-sujeto segregados son de un determinado tipo. ¿por qué? porque hay cuerpos en específicos que son objetos de esta agresión, cuerpos no-blancos. Nos interesa resaltar este aspecto: el simbólico-imaginario que habita a cada sujeto ya se encuentra colonizado en una relación de interioridad-exterioridad con lo social (éx-timo para usar el neologismo de Lacan (1959-1960)) y ello implica e incluye las diferencias de clase, género y de raza que se imponen y que se muestran. Al mismo tiempo que el sujeto se subjetiva se transmiten los discursos de clase, género y raza, y con ellos las relaciones de poder y los lugares que le competen a cada cuerpo. Es por ello que el malestar en una sociedad quedará organizado por un ideal que excluye a unos e incluye a otros, en el caso del racismo, la organización es lo blanco y lo europeo.
Si entendemos a la transferencia como la investidura del analizante hacia el analista a través de un clisé prexistente que se actualiza y repite (Freud, 1912), actualización que tiene que ver con la relación que ha tenido con los otros en su propia historia y a los modos en que demandó (o no), se vuelve necesario pensar cual ha sido la relación entre estos cuerpos: cuerpos blanco-negro, blanco-marrón, blanco-indígena, negro-negro, marrón-negro, etc y que se repite y actualiza tanto en las atenciones individuales como en los ambientes institucionales. Una mujer musulmana nunca hablará de sexualidad con un analista varón, ni lo saludará de beso; unx migrante que sufre de discriminación en su trabajo por parte de argentinxs no hablará mal sobre los argentinxs con su analista si es argentinx; una persona asiática tal vez no mire a los ojos a su analista porque en su cultura las personas no miran a los ojos a desconocidos; un cuerpo negro se podrá llegar a sentir invadidx por la mirada de un cuerpo blanco. Es que la transferencia es un vínculo con el analista que llevará implícita las relaciones de poder con otros cuerpos-sujetos y el modo en que en su propia historia se le ha posicionado y también el modo en que eso se le ha transmitido en su propia cultura a través de su familia.
Si el analista (y las instituciones) no es capaz de interrogar los efectos de su propio cuerpo en el espacio analítico correrá el peligro de señalar una resistencia por parte del analizado, y con ello psicopatologiza. Ya que no podrá ver que la transferencia muestra la relación de poder que ya ha habido. La transferencia es entonces también una repetición de una determinada relación de poder.
Pero recordemos que la transferencia no es sólo algo del orden de lo individual, también se juega en las instituciones. Ello implica que esta relación también se va a manifestar en las visitas a las instituciones: el hospital público, las defensorías, los CAJ, la CO.NA.RE., las ONG, etc. Demás está decir que una persona migrante al solicitar sus documentos suele estar a merced de la información que la institución le otorgue y que, frente al desconocimiento de sus derechos, quedan como objeto de estas mismas, en una relación de subordinación. Es por ello que pensamos que organizaciones como la nuestra: el Bloque de Trabajadores Migrantes con su reivindicación del migrante como sujeto de derecho: migrante, trabajador y ciudadano, permite primero: ofrecer un lugar para hablar, discutir y organizarse; segundo: permite pasar de ser un objeto a ser un sujeto activo.
Pensamos que en el trabajo con población migrante y refugiada los abordajes respecto al racismo tienen que ser dobles, no sólo dar cuenta de las relaciones de dominación y de poder implícitas que hay en lo social y en lo simbólico-imaginario que conforma al sujeto y que también se expresa en una sesión analítica, sino las que se juegan dentro del campo de lo social y las mismas instituciones. En este sentido uno de los primeros aspectos que ofrece el BTM es algo de lo semejante, un espacio en el cual la persona migrante pueda desplegar sus potencialidades, frente a la construcción del otro como lo extranjero y lo peligroso implícitas en las políticas que se desprenden de este imaginario, como por ejemplo el actual Decreto 584/ 2024.
Decreto 584/ 2024: Un Obstáculo al acceso a la regularidad migratoria y a otros Derechos
El 5 de julio del presente año se implementó el decreto 584/2024 que incrementó en un 1500% el costo de los aranceles migratorios. Este significativo aumento ha dificultado la regularización de la residencia, afectando de manera desproporcionada a las personas migrantes en situación de mayor vulnerabilidad. Aquellas que no cuentan con los recursos económicos necesarios se ven impedidas de continuar con su trámite de radicación, lo que las deja en una situación de irregularidad migratoria. CAREF (2024) reconoce que esta medida, lejos de promover derechos, obstaculiza arbitrariamente la posibilidad de que las personas migrantes en condiciones de vulnerabilidad regularicen su situación.
La relevancia de esta discusión radica en tres aspectos fundamentales:
- La migración es un fenómeno intrínseco a la condición humana, cuyo crecimiento ha sido sostenido a nivel global. A finales del 2022, el mundo contaba con 281 millones de personas migrantes y 117 millones de personas desplazadas, llegando a una de las cifras más altas de las recientes épocas (Organización Internacional para las Migraciones [OIM], 2024). En esa misma fecha, la cantidad de personas en Argentina, nacidas en el exterior con DNI con proceso digital y residencia era de 3.033.786 (Dirección Nacional de Población [DNP], 2022).
- La implementación de esta medida ilustra como el actual gobierno entra en una contradicción en relación al compromiso asumido a nivel internacional, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se establece que todas las personas tienen el derecho a circular libremente y a elegir su residencia dentro de las fronteras de cada Estado (ONU, 1948) y, respecto a la actual Ley de Migraciones (2004) que reconoce que la migración es un derecho esencial e inalienable de las personas, comprometiéndose la República Argentina a garantizarlo, sobre la base de los principios de igualdad y universalidad (Artículo 4). Este análisis es crucial para entender cómo una medida de gobierno puede afectar la vida de las personas migrantes, desafiando los principios establecidos por el derecho internacional y por su propia normativa.
- Esta medida se implementa en un contexto socioeconómico crítico para el país, caracterizado por un aumento en los índices de pobreza, afectando directamente a una población que ya se encontraba en una situación de sistemáticas vulneraciones. En 2022 un tercio de los hogares migrantes se encontraban en situación de pobreza (OIM, 2022)
Algunos de los efectos potenciales de la implementación del Decreto 584/24 son:
Construcción del Migrante Deseable e Indeseable
Se reconoce que el efecto directo de esta medida es la obstaculización del acceso a la regularidad migratoria, principalmente, para las personas en situación de vulneración socioeconómica. Sin embargo, también, se puede pensar que a través de esta medida se construye una representación del migrante deseable y del indeseable. En este sentido,se pudiese pensar que con esta medida se está enviando un mensaje a las personas que tienen la intención de migrar (…) y al conjunto de la sociedad. Depende que tanto puedas pagar eres o no eres bienvenido. Los migrantes que son deseables y los indeseables (D, Rodríguez, comunicación personal, 2024).
¿Qué define al “migrante deseable”? ¿Está este concepto vinculado exclusivamente a factores económicos, o acaso esta medida, de manera subrepticia, privilegia ciertas características de algunas personas migrantes por sobre otras? Desde una perspectiva crítica, es pertinente incluir al análisis el enfoque del racismo estructural, ya que se interpreta que esta medida está impregnada de sesgos raciales que privilegian a migrantes provenientes de países occidentales sobre aquellos de origen no occidental o racializado.
Desigualdad e Individualización de la Gestión del Riesgo
Esta medida, de manera deliberada, omite considerar que no todas las personas se encuentran en condiciones económicas iguales para enfrentar el incremento de las tarifas.Esto difiere con el principio de igualdad en el que se asienta la ley de migraciones. De acuerdo a Kraut, para conseguir una igualdad real es necesario un tratamiento diferenciado que considere las circunstancias personales de los destinatarios de una norma. En consecuencia, se configura como un obstáculo que solo podrá ser superado por aquellos que dispongan de los recursos financieros necesarios para afrontar dicho aumento.
Si bien, existe una forma de eximirse de estos pagos, acceder a esta exención implica que un trabajador social de alguna institución del Estado, realice un informe socio ambiental que acredite la condición de vulnerabilidad socioeconómica. Lo que, igualmente, conlleva un proceder distinto a quienes pueden pagar, implicando el despliegue de diversos esfuerzos y recursos personales adicionales. Poder acceder a la condición de regularidad migratoria es el resultado, por una parte, de contar con recursos económicos o por otra, del despliegue de diversos esfuerzos y recursos personales. En esta línea, la responsabilidad se individualiza y se refuerza el principio de meritocracia. La desigualdad, de que unos sí y otros no puedan acceder a la regularidad migratoria, tiene que ver con las formas desiguales en que los sujetos resuelven sus problemas (Cavalleri y Basta, 2022). En este sentido, esta medida promulgada desde un gobierno abiertamente neoliberal, “ha puesto el acento en las capacidades, habilidades, esfuerzos, méritos de los individuos como los medios para alcanzar el bienestar” (Cavalleri y Basta, 2022).
Se podría interpretar que mediante esta medida se imprime un modelo de sujeto particular: “se trata de un sujeto producto del Estado en retirada, que interioriza sus discursos privatizando la gestión de los riesgos; así, el hombre es gestor de su propia vida” (Fränkel, 2015).
Esta subjetividad que se imprime a través de políticas o medidas de gobierno, pudiese implicar que las personas reconozcan el acceso a la regularidad migratoria, no como un derecho que está siendo obstaculizado por el Estado, sino como algo que deviene de las posibilidades de las personas, invisibilizando las relaciones de poder que se tejen entre el Estado y la sociedad. Desde esta mirada, la regularidad migratoria más que un derecho podría ser visto como una retribución, lo que podría instaurar una lógica de competencia en que ciertas personas merecen más que otras. Esto podría tener el efecto de fragmentar aún más la sociedad, creando separaciones y jerarquías dentro de una misma población vulnerabilizada. Asistiendo a una crisis de las solidaridades (Dubet, 2015) en la que se torna importante diferenciarse de los más desiguales, marcando el rango y la posición que se tiene, porque siempre se está bajo la amenaza de ser desiguales y despreciados.
Fragmentación Social
Pensando en los efectos de esta medida en la vida de la población migrante, Chaiavetta menciona que es importante advertir si esta medida está vinculada a un impacto que tienen en términos presupuestarios o más bien, tiene que ver con estigmatizar a ciertas poblaciones y convertirlas de alguna manera en chivos expiatorios de las dificultades que puede tener un país.
Lo anterior, supone una estrategia de fragmentación social reconocida como la peste, donde se “infunde en la sociedad el miedo a un mal potencial, inminente e incierto, que amenaza a todos y cada uno de los miembros de la sociedad” (Binder, 1991). Lo cual se relaciona con el actual contexto de crisis socioeconómica en el que se encuentra Argentina en la que desde algunos sectores y medios de comunicación se han extendido discursos de odio hacia lxs migrantes, aludiendo que vienen a hacer uso de las universidades públicas, del sistema de salud y a dejar sin trabajo a las personas nacionales: “Es propio de la peste que existan chivos expiatorios, grupos de personas que son especialmente culpables de la contaminación social”.
Muerte en Vida e Indignidad
La implementación de este decreto puede interpretarse como una manifestación de Eugenesia social, entendida como “una categoría biopolítica asociada al proyecto contemporáneo de sometimiento colectivo, de servidumbre e indignidad ante la vida” (Fränkel, 2015), ya que contribuye a la exclusión de les migrantes más vulnerables. No sólo agrava las desigualdades existentes, sino que también obliga a les migrantes a enfrentar una existencia incierta y marginalizada. Lo que ejemplifica el aforismo que propone Fränkel de hacer vivir y dejar morir en vida, donde se traza un horizonte de seguridad para los deseables, sin embargo, para las mayorías indeseables la vida se mantiene en la esperanza de, algún día, alcanzar la dignidad y salvación.
Si bien, existe una ley que reconoce la migración como un derecho esencial e inalienable, con la implementación de esta medida las personas migrantes en situación de vulnerabilidad quedan expuestas al abandono colectivo bajo condiciones mínimas de sobrevivencia. Por ejemplo, las directoras, muchas veces, en las escuelas, no quieren ingresar a los pibitxs, porque no tienen DNI argentino, cuando la ley dice que acreditando identidad del país de origen puede ingresar (…) y que la institución tiene que ayudar a regularizar su situación”. (P. Cossio, comunicación personal, 2024).
Se devela, por una parte, la relación compleja que existe entre las personas migrantes y las instituciones en cuanto al reconocimiento de los derechos de esta población, lo cual se complejiza, mucho más, si no se ha podido obtener una residencia en el país y consecuentemente la regularización. Y por otra, como la dignidad se ve transgredida cuando la institucionalidad no le reconoce a la persona su estatus de sujeto de derechos, dificultando un proyecto de vida. Surgiendo la pregunta ¿qué se pone en juego cuando desde el gobierno se crean medidas que pierden el horizonte de la igualdad?
Iglesias (1991) plantea que “el principio de la dignidad humana se entrelaza con el principio de igualdad y de no discriminación”. Lo anterior, da cuenta de la discriminación que es consecuencia de medidas que generan desigualdad, puesto que quienes pueden pagar y acceder a la regularización migratoria no se exponen a este trato proveniente de las instituciones.
Finalmente, argumentamos que la implementación de esta medida tiene un efecto directo al obstaculizar el acceso a la regularidad migratoria, ya que introduce barreras en el proceso de radicación necesario para obtener la residencia en el país. Como resultado, los individuos pueden verse obligados a posponer dicho proceso hasta contar con los recursos necesarios para su realización.
Una vez iniciado el proceso de radicación, se presentan dos principales alternativas en relación al pago de la tarifa: la primera implica abonar el proceso con la tarifa incrementada, lo que requiere de recursos económicos significativos; la segunda opción es solicitar una exención, la cual demanda esfuerzos y recursos personales considerables. En este contexto, un posible efecto de esta medida es la creación de desigualdades entre quienes pueden costear el pago de la tasa y quienes no. De esta manera, el mérito se convierte en el criterio determinante para acceder a la regularidad migratoria, transformando este derecho en una retribución basada en el mismo.
Desde una lectura basada en el racismo estructural, reconocemos que la barrera impuesta por esta medida va discriminando no sólo por un criterio económico sino de clase, quien es el migrante deseable y quien no lo es.
Adicionalmente, se impone un modelo de subjetividad en el cual el individuo es considerado el principal responsable de gestionar su supervivencia, lo que puede fomentar una lógica de competencia que privilegia a aquellos con ciertos recursos, excluyendo a quienes carecen de ellos y contribuyendo a la fragmentación social.
Desde una perspectiva crítica, la racionalidad detrás de la medida podría interpretarse como una estrategia para construir un chivo expiatorio, lo cual también refuerza la fragmentación social.
Otro efecto indirecto que se observa es la “muerte en vida” en relación con la interacción entre las instituciones y la población migrante. Aquellos que no logran acceder a la residencia y, por ende, a la regularización, se ven vulnerabilizados por las instituciones en cuanto al reconocimiento de otros derechos como el acceso a un trabajo registrado, a la educación, a la salud, entre otros, lo que les priva de su dignidad.
Con este análisis buscamos visibilizar las barreras que enfrentan las personas migrantes en Argentina, destacando cómo un solo obstáculo, en este caso el decreto 584/24, puede dar lugar a muchos otros, teniendo un impacto en la calidad de vida de las personas migrantes y la posibilidad de construir un plan de vida sostenido en un mínimo de estabilidad
Por último, sostenemos que al igual que existen personas migrantes sujetas a políticas y medidas que precarizan sus vidas, también dentro de las mismas existen sectores que reconocen las estrategias del poder dominante, se organizan y colectivizan el malestar, construyendo un sujeto político, que encuentra en lo común un punto de partida para enfrentar lo que considera injusto, con la lucha y la reivindicación de los derechos como horizonte.
El BTM como lo colectivo, lo semejante y lo diferente
Lo semejante puede ser pensado como aquel rasgo común con el que un sujeto se encuentra en un otro y se identifica, a veces mencionado como la relación con los pares. Sin embargo, como en toda relación dual, este modo vincular no está exento de problemas, donde las tensiones y la agresividad rápidamente aparecen (Lacan, 1948), por ello es importante identificar cuanto de la alteridad y de la diferencia se puede sostener.
Pensamos que organizaciones como el BTM se inscriben y ofrecen una semejanza migrante, es decir, un lugar de identificación para que la personas puedan sentirse cómodas y puedan ir desplegando sus propias potencialidades, pero también un espacio que incluye lo diferente, donde hay voz a los distintos acentos, a los distintos colores del cuerpo, un espacio intercultural que permita mediar y que ofrezca unas garantías en términos de derechos humanos. Un lugar donde los malestares, las luchas y las resistencias se trabajan colectivamente.
Entre las diferentes actividades que hemos propuesto y realizado contamos con las asesorías legales en el local y en territorio, talleres, charlas y formaciones sobre derechos humanos, eventos culturales de distintos países, cine y salud mental, articulaciones con otras organizaciones, apoyo institucional a personas migrantes en situaciones de vulnerabilidad, etc.
Conclusiones
El BTM nace desde sus comienzos como una organización para afrontar las políticas excluyentes hacia las personas migrantes en Argentina. Políticas que se sustentan en un fundamento racista y discriminatorio, donde determinado inmigrante es considerado como un otro inferior y peligroso, en contradicción con el derecho a lxs migrantes que Argentina tiene en su fundamento constitucional.
Este imaginario de blanquitud es producto de la colonización y una organización piramidal de los cuerpos racializados, estando en la cima de la pirámide los blancos y europeos. A pesar que existe un malestar inherente a toda cultura, esto no puede justificar discriminación por racismo. En este aspecto, el migrante como distinto viene a ser el chivo expiatorio de los malestares que la propia cultura, sociedad y comunidad tiene internamente, en donde los ideales e imaginarios sociales de blanquitud juegan un papel primordial pues ordenan las identificaciones de las personas frente a lo propio y lo extraño, en un fenómeno de masa.
Si el BTM nace oficialmente en el 2017 producto del DNU 70, al presente año 2024 con el cambio de gobierno nos volvemos a encontrar en un contexto donde se busca criminalizar al migrante a través de discursos de odio y de políticas como el DNU 584/2024, siendo este último un obstáculo a la regularidad migratoria al aumentar en un 1500% el costo de los aranceles migratorios para acceder a la documentación.
En términos subjetivos vimos que existe la construcción de un migrante deseable y otro indeseable y que las políticas actuales generan fragmentación social, desigualdad, individualización, interpretándose estas implementaciones bajo la llamada eugenesia social, pues excluye a las personas migrantes más vulnerables. Por otra parte, algunos migrantes también traen sentimientos de inferioridad producto de efectos de la colonización y de un ordenamiento determinado de unos cuerpos por sobre otros en su propio psiquismo, con lo cual repiten, ya sea en ambientes sociales, institucionales e individuales, esta relación de poder, inhibiéndose o angustiándose.
Es importante que las instituciones (incluyendo trabajadores de la salud mental) se pregunten cuál es el papel que les compete y que relación de poder interseccional se reproduce en las prácticas cotidianas y burocráticas, a veces, incluso, por la mera presencia de un cuerpo blanco.
Consideramos que esta perspectiva es la que permite un abordaje intercultural. Además, vimos que la función del semejante permite a la persona migrante identificarse parcialmente a un espacio en el cual pueda desplegar sus consultas, dudas, preguntas, angustias y potencialidades, para pasar de ser un objeto a ser un sujeto activo con pleno derecho, pero también consideramos que el mismo hecho de que en el bloque de trabajadores migrantes esté compuesto por diversidad de migrantxs y trabajadorxs permite alojar desde lo semejante, pero a la vez incluyendo la diferencia y la alteridad, al no ser todxs de las mismas nacionalidades, ni con las mismas costumbres. Institución que busca alojar y colectivizar el malestar no sólo a través de la formación y la exigencia de los derechos humanos, sino también desde las propuestas culturales que muestran la dignidad y la riqueza de la diferencia.
__________________________
Referencias bibliográficas
Adamovsky, Ezequiel. “Migración, racismo y poder. La agonía de la argentina blanca”. 2021. https://www.revistaanfibia.com/migracion-racismo-poder-la-agonia-de-la-argentina-blanca/ 01/11/2024.
Adler, Alfred. Estudios sobre la inferioridad de los órganos. Trad. Luis Alberto Bixio. Barcelona, 1980.
Binder, Alberto. “La Sociedad Fragmentada”. En Redes. Hacia la construcción de redes en salud: los grupos humanos, las instituciones, la comunidad. Rosario, 2000, pp 157-167.
Buenos Aires. 2022, Págs. 127-139.
Cavalleri, María S. y Basta, Roxana. “Las categorías de igualdad y desigualdad, una relación compleja”. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ConCienciaSocial/article/view/39215 ISSN 2591-5339
Comisión Argentina para personas Refugiadas y Migrantes. “El Gobierno de Milei pone trabas para la regularización migratoria”. 2024.
Cortina, Adela. Aporofobia: El rechazo al pobre. Buenos Aires, 2017.
Deleuze, G. & Guattari, F. Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Trad. De José Vázquez Pérez con la colaboración de Umbelina Larraceleta. Valencia, 2004.
Dirección Nacional de Población. “Caracterización de la migración internacional en Argentina a partir de los registros administrativos del RENAPER” 2022. https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2022/12/caracterizacion_de_la_migracion_internacional_en_argentina_a_partir_de_los_registros_administrativos_del_renaper_dnp.pdf
Dubet, Francois. ¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo contrario). Trad. Horacio Pons. Buenos Aires, 2015.
Fränkel, Daniel. Eugenesia social. Configuraciones del poder en tiempos de muerte en vida. Buenos Aires, 2015.
Freud, Sigmund. “El Malestar en la cultura”. Sigmund Freud. Obras completas. Trad. José Luis Etcheverry. Volumen XXI. Buenos Aires, 1992, págs. 57-140.
Freud, Sigmund. “La moral sexual <cultural> y la nerviosidad moderna”. Sigmund Freud. Obras completas. Trad. José Luis Etcheverry. Volumen IX. Buenos Aires, 1992, págs. 159-182.
Freud, Sigmund. “Más allá del principio de placer”. Sigmund Freud. Obras completas. Trad. José Luis Etcheverry. Volumen XVIII. Buenos Aires, 1992 págs. 1-62.
Freud, Sigmund. “Sobre la dinámica de la transferencia”. Sigmund Freud. Obras completas. Trad. José Luis Etcheverry. Volumen XII. Buenos Aires, 1992, págs. 93-106.
Grinberg, León. & Grinberg, Rebeca. Psicoanálisis de la migración y del exilio. Madrid, 1984.
Iglesias, María Graciela. “Capacidad, información y autonomía: principio de dignidad”. Revista MPD. Buenos Aires, 2015.
INDEC. Índice de precios. Vol. 8 n° 21, 2024.
Kraut, Alfredo Jorge. Derecho y salud mental. Una mirada interdiciplinaria. Buenos Aires, 2020.
Lacan, Jacques. “La agresividad en psicoanálisis”. En Escritos I. Trad. Tomás Segovia y Armando Suárez. Buenos Aires, -págs. 107-128.
Lacan, Jacques. “La ética del psicoanálisis 1959-1960”. En El Seminario de Jacques Lacan, libro 7. Trad. Diana S. Rabinovich. Buenos Aires, 1990.
OIM. “Informe sobre las migraciones en el mundo”. 2024.
Organización Internacional para las Migraciones. “Condiciones de vida y situación laboral de las personas migrantes en la república de Argentina año 2022”. 2022. https://argentina.iom.int/sites/g/files/tmzbdl901/files/documents/2023-12/condiciones-de-vida-y-situacion-laboral-de-las-personas-migrantes-en-argentina_oim_2022.pdf
Organización Internacional para las Migraciones. “Informe sobre las migraciones en el mundo”. 2024.
Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela.
Quijano, Aníbal. “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. En E. Lander (Ed.), La colonialidad del saber: Eurocentrismo y anderciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires. CLACSO. 1993. Páginas 201-246.
Sayad, Abdelmalek. A imigração ou os paradoxos da alteridade. São Paulo, 1998.
Segato, Rita. La crítica de la colonialidad en ocho ensayos y una antropología por demanda. Buenos Aires, 2015.
__________
Fuente: