Ciencia y sociedad
Incluirá una Declaración sobre las generaciones venideras porque el medioambiente tiene rostro humano: el de nuestros hijos y nuestros nietos
Exposición arquitectónica de 30 historias “illUmiNations: PROTECTING OUR PLANET” proyectada en el lateral del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. / ONU/Eskinder Debebe.
Alejandro Sacristán, Fernando Prieto (*)
Madrid 31 JUL 2024
En 2024 no solo no vamos por buen camino para alcanzar los objetivos fijados en los diferentes compromisos internacionales, sino que se nos está acabando el tiempo para evitar los peores impactos y efectos que se van a producir al traspasar los umbrales de seguridad de temperatura y los límites planetarios. La ONU se propone alcanzar un Pacto para el Futuro para abordar no solo los retos de ahora, sino los del futuro teniendo en cuenta a las siguientes generaciones.
En Nueva York el 22 y 23 de septiembre de 2024, como corresponde a una Cumbre de la ONU, se reunirán los máximos representantes de los países y la sociedad civil para celebrar la Cumbre del Futuro y lanzar un Pacto para el Futuro. Vendrán precedidos por los llamados “días de acción” 20 y 21. Nos gustaría pensar que se van a plantear las hojas de ruta para afrontar los riesgos existenciales que amenazan a la humanidad, a la civilización y a las condiciones de habitabilidad del planeta para una gran mayoría de especies.
En palabras de la ONU, “la Cumbre tiene un doble objetivo: acelerar los esfuerzos para cumplir nuestros compromisos internacionales y adoptar medidas concretas para hacer frente a los nuevos retos y aprovechar las nuevas oportunidades que se presentan”. Ya se dispone de una versión preliminar, pero muy avanzada, de un documento final base para cubrir los objetivos planteados y establecer el camino de las acciones necesarias. Este documento se denomina “Un Pacto para el Futuro”. La versión final del Pacto será negociada y refrendada por los países antes y durante la Cumbre.
Este pacto, y esta serie de acciones ordenan grandes compromisos que tiene pendientes la sociedad mundial y que están reflejados en pactos primordiales y tan emblemáticos como la Carta de las Naciones Unidas o la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Agenda 2030, el Acuerdo de París y la Agenda de Acción de Addis Abeba, entre muchos otros. Como indica el nombre se trata de abordar no solo los retos de ahora, sino los del futuro teniendo en cuenta a las generaciones futuras. De hecho, específicamente se producirá una Declaración sobre las Generaciones Futuras en la Cumbre.
Rostro humano
Hay que recordar que en España, distintas personalidades y fundaciones, entre ellas la Fundación Savia, llevan más de una década trabajando sobre este tema crucial de las Generaciones Futuras. El doctor en genética ingeniero agrónomo José Esquinas ha resumido al respecto: “El medioambiente sí tiene rostro humano: el de nuestros hijos y nuestros nietos, con nuestros apellidos y genes, a expensas del futuro que queramos dejarles. Es preciso desarrollar un marco de justicia intergeneracional que integre los Derechos de las Generaciones Futuras sobre los recursos naturales del planeta, con el fin de asegurar su capacidad de supervivencia y de mantener sus opciones para afrontar un futuro incierto e impredecible. Las generaciones futuras, obviamente, no están representadas, no consumen, no votan. Es necesaria la creación de un Defensor de las Generaciones Futuras que se incluya en nuestros órganos representativos”.
El otro aspecto específico será prestar atención a la evolución de la tecnohumanidad expandida por la revolución digital: “Un Pacto digital global”. Al comienzo de este documento se señala que “Las tecnologías digitales están transformando drásticamente nuestro mundo. Ofrecen inmensos beneficios potencialespara el bienestar y el progreso de las personas, las sociedades y nuestro planeta. Encierran la promesade acelerar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. Pero también se advierte que “los riesgos asociados a las nuevas tecnologías son cada vez mayores”.
Si la transformación profunda de la nueva tecno humanidad, esa humanidad expandida, camina sobre la delgada línea de la revolución digital, no es menos cierto que la biodiversidad y la sostenibilidad es la otra parte de la ecuación. La nueva tecnohumanidad habrá de ser biodigital, un equilibro humano-máquina-naturaleza, o no será.
Una llamada de atención, una llamada de emergencia
Cada vez está más claro, según la propia ONU y organismos científicos asociados, como el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), formado por los mejores científicos climáticos del mundo, que no solo no vamos por buen camino en 2024 para alcanzar los objetivos fijados en los diferentes compromisos internacionales, sino que se nos está acabando el tiempo para evitar los peores impactos y efectos que se van a producir al traspasar los umbrales de seguridad de temperatura y los límites planetarios. Además, la desigualdad, la pobreza y el hambre van en aumento en demasiados países, y entre distintas capas de la población. La pandemia del coronavirus demostró que mueren más las personas más vulnerables y los pobres, hecho también más que demostrado en el caso de las migraciones climáticas o los efectos de fenómenos extremos como las olas de calor o los huracanes.
Y no solo esto, hemos creado por nuestro excesivo éxito como especie un impacto tal en nuestro planeta y específicamente en los ecosistemas que muchos científicos y expertos hablan de una nueva era, la del Antropoceno y del cambio global antropocéntrico imparable. Y hemos generado una sociedad compleja que no es capaz de enfrentar estos retos, muchas esperanzas están depositadas en un desarrollo rápido de herramientas como la inteligencia artificial general, pero mientras llega, si llega, tenemos aquí y ahora la inteligencia colectiva humana. La revolución neoliberal ha dado paso a un capitalismo tardío, de vigilancia y tecno feudal de máxima desigualdad y complejidad, amenazando la capacidad de cooperación humana que siempre nos hizo avanzar como especie.
Mural de Eduardo Kobra en la sede de la ONU. / Foto ONU/Rick Bajornas
Cultura humana
Sabemos que las raíces profundas de esta crisis sistémica no están en la tecnología, sino en la cultura humana que está detrás de la política y del uso de la tecnología. Hay muchas respuestas científico-tecnológicas que nos pueden llevar a mitigar la crisis climática, a realizar la transición eco social y energética, pero no tomamos las decisiones consecuentes porque nuestro marco cultural globalizado, de momento, no nos lo permite. Y las herramientas democráticas que nos ayudarían a tomar estas decisiones todavía no están implementadas.
La Inteligencia Artificial generativa, pero sobre todo la Inteligencia Artificial General (AGI) constituirá una de estas mejores “tecno herramientas”. Millenium Project, un think tank de investigación sobre futuros globales con más de 70 nodos en todo el planeta espera presentar varios escenarios sobre AGI para la próxima década. Entre sus ponentes investigadores se encuentra David Wood, pionero de los smartphones y director de London Futurists, Jerome Glenn, fundador y director de Millenium Project, José Luis Cordeiro, doctor ingeniero del MIT, y Ben Goertzel investigador y programador IA, responsable de la programación de la famosa robot Sophia.
Tiempos de urgencia y reorganización: Un Pacto para el Futuro
Según la propia ONU “La idea de celebrar una Cumbre del Futuro tiene su origen en el informe Nuestra Agenda Común”. El informe fue la respuesta del Secretario General de las Naciones Unidas a un llamamiento de los Estados Miembros para que aportara ideas sobre cómo responder mejor a los retos actuales y futuros. En particular la propia ONU declara que “Se trata de una oportunidad única para restaurar la confianza erosionada y demostrar que la cooperación internacional puede alcanzar eficazmente los objetivos acordados y hacer frente a las amenazas y oportunidades emergentes”. Efectivamente, en el informe Nuestra Agenda Común se recomendaba una renovación simultánea del sistema multilateral, con la Cumbre del Futuro como el momento decisivo para acordar las mejoras más cruciales y necesarias.
La ONU ha anunciado que todas las propuestas que el secretario general someta a la consideración de la Cumbre del Futuro tendrán repercusiones manifiestas en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).La cumbre se desarrollará en cuatro grandes bloques: transformar la gobernanza global y acelerar la implementación de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, fortalecer el multilateralismo para la paz y la seguridad internacionales, fortalecer la innovación inclusiva y la cooperación para superar las brechas digitales para un futuro digital común y mejorar el sistema global para las generaciones actuales y futuras.
Pacto para el futuro
Algunos ejemplos de las propuestas son las siguientes: un Pacto para el Futuro apuesta claramente por un modelo diferente al modelo de agronegocio que domina el actual sistema alimentario. Propone “Transformar fundamentalmente nuestros sistemas alimentarios en beneficio de las personas, el planeta y la prosperidad, de modo que todos tengan acceso a alimentos inocuos, asequibles y nutritivos, abordando las causas de la inseguridad alimentaria, y promover una agricultura resiliente y sostenible. Y prevenir y gestionar la escasez de agua y garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y saneamiento para todos”.
En la versión preliminar del documento Un Pacto para el Futuro se echa en falta el ir más allá de los ODS, ir más allá del PIB como la medida de todas las cosas, y “atreverse a soñar” constatar que “el PIB no mide ni tu relación con la naturaleza ni tu bienestar” como diría el doctor Esquinas o el informe Mas alla del PIB, coordinado por el profesor Stiglitz. Esta versión del documento tampoco recoge, hasta la fecha, algunas recomendaciones del IPCC y determinados economistas por un decrecimiento temporal gestionado en transición justa y basado en evidencias. Los expertos del IPCC, en el informe del tercer capítulo del IPCC en 2022, hablan de “políticas de suficiencia” como "un conjunto de medidas y prácticas cotidianas que evitan la demanda de energía, materiales, tierra y agua al tiempo que garantizan el bienestar de todos dentro de los límites del planeta".
Para hacer una transición justa a nuevos modelos socioeconómicos sostenibles hay que ir más allá de lo puramente económico y no dejar a nadie atrás. Este será uno de los retos de la Cumbre del Futuro, abrir la puerta a un cambio sistémico para todas las personas y organizaciones. La Cumbre nos brinda la oportunidad de encaminarnos por una senda mejor. El futuro empieza ahora proclama la Cumbre del Futuro de la ONU.
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(*) Alejandro Sacristán es periodista de divulgación tecnocientífica y prospectiva. Fernando Prieto es director del Observatorio de Sostenibilidad, un think tank experto en métricas de sostenibilidad que pretende ser referencia y una fuente de análisis y difusión de datos, basados en la mejor ciencia disponible, independientes e imparciales de la más alta calidad científica en temas de sostenibilidad.
Referencias
Pact for the Future Rev2 (un.org) /Global Digital Compact Rev2 (un.org)
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Fuente: