La CNN ha publicado un artículo con cuatro estudios que proponen la resurrección de virus de hace cientos de miles de años, de especies extintas, la búsqueda de nuevos antibióticos o nuevos procesos de momificación
Momias / Getty ImagesFacebook
Redacción
Cadena SER
La "biología de la resurrección" está siendo tendencia y cada vez más científicos investigan sobre sus posibilidades. La CNN ha publicado recientemente un artículo que evidencia esta rama de la biología, que trata de revivir cadenas de moléculas y organismos complejos, y que respaldan con cuatro investigaciones.
Los autores del artículo, Katie Hunt, Ashley Strickland y Tom Page han analizado cuatro proyectos para explorar la "biología de la resurrección" desde distintos prismas.
Revivir virus de miles de años
La primera de las investigaciones que cita la CNN tiene que ver con los riesgos que plantean los "virus zombis" a raíz del aumento de las temperaturas en el Ártico, que está descongelando el permafrost. Se trata de una capa de suelo congelado bajo tierra, que podría reactivar toda clase de virus y podrían suponer un peligro para la salud de los humanos.
El investigador Jean-Michel Claverie de la Universidad Aix-Marseille de Francia logró revivir un virus de 30.000 años de antigüedad al insertarlo en células ya cultivadas. En su último estudio, que fue publicado en febrero de 2023, exponía que al aislar varias cepas de virus antiguos a partir de muestras de tierra de Siberia, con antigüedad de 48.500 a 27.000 años, estos virus seguían siendo infecciosos.
El profesor concluyó que estos denominados "virus zombi" podrían suponer un grave riesgo para la salud de las personas.
Búsqueda de antibióticos a partir de fósiles
Otra de las investigaciones tiene que ver con la lucha contra las superbacterias resistentes a los fármacos. El pionero de la bioingeniería y profesor adjunto de la Universidad de Pensilvania, César de la Fuente, utilizó métodos computacionales basados en la inteligencia para extraer información genética e identificar pequeñas moléculas de proteínas para combatir las bacterias y poder crear nuevos antibióticos.
Así, descubrió compuestos prometedores de neandertales y criaturas de la Edad de Hielo, como el mamut lanudo y el perezoso gigante, y afirmó que estas moléculas de fósiles podrían ofrecer nuevas opciones para tratar las enfermedades infecciosas, ya que las bacterias actuales no están adaptadas a ellas.
"Las bacterias actuales nunca se han enfrentado a esas moléculas, por lo que pueden darnos una mejor oportunidad de atacar a los patógenos que son problemáticos hoy en día", explicó a la CNN.
Resucitar especies extintas
Otro de los proyectos es la resurrección de especies extintas. Muchos animales, plantas o cualquier tipo de fauna se está extinguiendo a una velocidad abismal. Por eso, algunos científicos creen que para frenar esta pérdida, podría ser interesante abrir la puerta a revivir especies del pasado.
La empresa de biotecnología Colossal Biosciences anunció en enero de 2023 su intención de resucitar al dodo, un ave que vivió en la isla de Mauricio hasta finales del siglo XVII. Para ello, estos científicos están utilizando los avances en secuenciación de ADN antiguo, tecnología de edición genética y biología sintética para intentar traer de vuelta al mamut lanudo y al tilacino, o tigre de Tasmania.
La empresa ha descubierto células precursoras de ovarios o testículos en la paloma de Nicobar, el pariente vivo más cercano del dodo, que pueden crecer con éxito en un embrión de pollo. Si la empresa concluye su ensayo con éxito, los dodos resucitados serán una forma híbrida de la especie original.
Procesos de momificación y aromas
La última de las investigaciones tiene que ver con el aroma de las momias y los procesos de momificación. Los investigadores del Museo Moesgaard de Dinamarca recrearon el olor de un bálsamo egipcio a partir de ingredientes identificados mediante el estudio de residuos descubiertos en el Valle de los Reyes de Egipto en 1900.
Los vasos contenían los restos de una noble egipcia y mediante la combinación de técnicas, incluyendo la espectrometría de masas y la cromatografía de gases, pudieron recrear el olor que ahora pueden experimentar los visitantes del museo.
Esta ingeniería en reversa podría ser clave para mejorar los procesos para embalsamar y conservar mejor cuerpos muertos. Por más extraño que suene.
Los resultados de este estudio concluyeron que los bálsamos estaban compuestos por una mezcla de plantas, resinas y aceites, además de mirra, olíbano, lavanda, ciprés y cedro. Este avance podría ser clave para mejorar los procesos para embalsamar y conservar mejor cuerpos muertos.
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