- problemas de concentración, atención y memoria;
- dificultades de orientación en el espacio, por ejemplo, cuando un niño confunde derecha e izquierda, arriba y abajo;
- dificultades con tareas sencillas y más complejas, desde hacer peticiones básicas hasta aprender el alfabeto o las tablas de multiplicar;
- cambios en la secuencia de letras, sílabas y números al escribir o leer información;
- incapacidad para manejarse bien con bolígrafos, lápices, etc. Si un niño necesita escribir algo, utiliza torpemente un instrumento de escritura;
- reticencia a leer en voz alta, escribir, etc. Las acciones que se dan con mucha dificultad o en las que después se encuentran muchos errores, provocan malestar psicológico en los niños.
- una forma inmadura y prolongada de leer, por letras y sílabas;
- demora en la formación de asociaciones sonido-letra, lo que provoca errores y una lenta memorización de las letras;
- numerosos errores en la lectura. El disléxico comete errores diferentes cada vez que lee la misma palabra;
- baja velocidad lectora en comparación con otros niños;
- trastorno de la comprensión lectora;
- vocabulario insuficiente;
- defectos en la escritura.
- trastornos que afectan al equilibrio entre los dos hemisferios cerebrales;
- infecciones graves y severas que afectan al cerebro, el ejemplo más común es la meningitis;
- lesiones cerebrales;
- complicaciones durante el parto y el embarazo, desde infecciones hasta asfixia fetal. En el embarazo, los malos hábitos de la madre también empeoran la situación: tabaco, alcohol y drogas.
- Los factores sociales también influyen mucho en esta patología. Así, los síntomas de la dislexia pueden manifestarse por una excesiva carga de aprendizaje. Con la falta de comunicación, no muy buen ambiente, la situación solo empeora.

- tienen dificultades para aprender y recordar las letras del alfabeto;
- pronuncian mal palabras conocidas;
- tienen problemas para reconocer sonidos;
- no reconocen la rima en los poemas.
- Los síntomas se hacen más evidentes en la escuela primaria:
- leen más despacio que los demás niños;
- no pueden explicar la diferencia entre ciertas letras y palabras;
- escriben letras y números al revés, por ejemplo, seis en lugar de nueve;
- escriben más lento;
- dicen que las palabras de una página están "borrosas".
- Cometen errores de ortografía y puntuación, y no pueden escribir bien;
- tardan mucho en hacer los deberes;
- hablan y leen lentamente;
- evitan leer en voz alta;
- tienen dificultades para recordar palabras y, por tanto, suelen insertar "mmm" en su discurso.
- la persona tiene dificultades para concentrarse en una sola tarea;
- tiende a evitar las reuniones que implican planificación;
- tiene dificultad cuando se le pide que rellene un formulario largo;
- reacciona con dureza ante sus errores, imponiéndose normas estrictas a sí mismo;
- aprende mejor visualmente o a través de la experiencia táctil, la repetición;
- se estresa con facilidad;
- tiene baja autoestima.

- El coeficiente intelectual (CI) está por debajo del valor crítico para un determinado año.
- La diferencia entre la puntuación de inteligencia general del WISC y el CI es de 20 puntos o más.
- Los defectólogos y neuropsicólogos pueden diagnosticar la dislexia. Un logopeda, al que suelen acudir los padres si observan problemas en el habla o la lectura de su hijo, también puede remitirlo para un examen adicional.
- A menudo, las dificultades acompañan a la persona durante toda su vida, por lo que es importante saber cómo mejorar su calidad, cómo ayudar al niño a afrontar las principales tareas de la vida. En otras situaciones, es posible una corrección de bastante calidad. Para ello, se selecciona un programa especial de logopedia.
