- Eliminar las cláusulas que ponen la fecha límite de 15 años al acuerdo, ¿Paraponer “hasta el fin de los tiempos”? ¿Le preocupa a Trump que Irán en 2030 pueda fabricar la bomba, pero le empuja a romper el acuerdo y reanudar su programa nuclear hoy mismo? Todo el acceso de Irán al material nuclear está bloqueado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que supervisa incluso las minas de uranio del país.
- Considerar el programa de misiles de largo alcance iraníes como parte de las armas nucleares. El PACC ya prohíbe a Irán diseñar misiles para llevar cabeza nuclear hasta ocho años después de su firma. Otra cosa son los misiles convencionales, vitales para un país como Irán que fue atacado por Irak durante 8 años de guerra (1980-1988), y está siendo apuntado por los misiles de media docena de países.
- Imponer inspecciones sorpresivas a las instalaciones nucleares iraníes. Pero, si tanto la AIEA que monitoriza a Irán, como los militares de EEUU, aseguran que Teherán cumple con el acuerdo. O ¿es que pretende inspeccionar a las instalaciones militares? ¿Qué país lo permitiría, sobre todo después de que Irak lo hizo en 2002 y meses después se convirtió en escombros?
- Generar incertidumbre entre las empresas extranjeras deseosas de invertir en Irán, ahora que no pueden hacerlo las compañías estadounidenses, víctimas de las presiones del lobby proisraelí.
- Provocar cansancio en Teherán que debe esperar cada tres meses la decisión del presidente de EEUU al respecto.
- Desviar la atención pública de la crisis política en EEUU: a “Rusiagate” se ha sumado los escándalos sexuales del presidente (puestos en la punta de mira con la campaña “Metoo” de Hollywood): una guerra podrá exportar la crisis interna. Y es más viable una guerra contra Irán que contra Corea del Norte, ya que al contrario de Irán, nadie en EEUU está presionando a Trump para que ataque a Corea; Irán no tiene bomba nuclear, ni otros países entrarían en guerra para salvarle, todo lo contrario: además de Israel, los países sunnitas pretenden formar su OTAN para desintegrar a este poderoso rival.
- Presentar a Trump como un presidente poderoso y con determinación, y no un oscuro y degenerado hombre que ha asaltado la Casa Blanca.
- La “Guerra sin fin” es un negocio redondo para el complejo industrial-militar, que de paso palía el problema financiero de EEUU.
- La presión del lobby pro israelí: el mismo que le ha forzado a reconocer Jerusalén como capital de Israel. La consigna inicial de “América Primero” ahora es “Israel y Arabia Saudita Primero”, puesto que Irán, una potencia de tercer nivel, no reprsenta ninguna amenaza para los intereses de EEUU.