La amígdala cerebelosa, más conocida como “cerebro de lagarto”, no se limita a procesar miedos y amenazas: también influye en los comportamientos sociales.
ZAP//DALL-E-2
27 de noviembre de 2024
Los seres humanos han desarrollado regiones cerebrales avanzadas, conocidas colectivamente como red cognitiva social , que sobresalen en la comprensión e interpretación de los pensamientos y emociones de los demás.
Estas regiones, que evolucionaron más recientemente, están en constante comunicación con la antigua amígdala cerebelosa (una estructura cerebral a menudo denominada "cerebro de lagarto", ya que el sistema límbico es todo lo que un lagarto tiene en términos de función cerebral), según una nueva investigación. de Northwestern Medicine, citado por SciTech Daily .
El autor principal del estudio publicado en Science Advances el 22 de noviembre confirma que “la amígdala está constantemente en diálogo con estas regiones avanzadas, lo que nos permite ponernos en el lugar de los demás e inferir sus pensamientos y sentimientos, una capacidad exclusivamente humana”.
Aunque tradicionalmente se asocia con el procesamiento del miedo y la detección de amenazas, la amígdala también desempeña un papel clave en comportamientos sociales como la crianza de los hijos, el apareamiento y la navegación en las jerarquías sociales.
Utilizando imágenes avanzadas de resonancia magnética funcional, el estudio es el primero en mapear las intrincadas conexiones entre la amígdala y la red cognitiva social con un detalle sin precedentes, dice Rodrigo Braga. Se basa en investigaciones anteriores que destacaron la coactivación de estas áreas del cerebro, pero va más allá al demostrar su comunicación constante.
El descubrimiento explica las experiencias de pensamiento excesivo y ansiedad social que muchos de nosotros sufrimos , como repetir y recordar interacciones después de un evento social y cuestionar constantemente las palabras o acciones de una persona. Estos comportamientos, a menudo impulsados por la interacción entre la amígdala y las regiones cognitivas sociales, reflejan el impulso de nuestro cerebro para navegar por dinámicas sociales complejas.
Los hallazgos prometen un arma futura para el tratamiento de enfermedades psiquiátricas como la ansiedad y la depresión .
“Pasamos mucho tiempo pensando en lo que otros podrían estar sintiendo o pensando, a menudo hasta el punto de angustia”, señaló Braga: “Al estudiar la red cognitiva social del cerebro, esperamos comprender mejor, y eventualmente tratar, las causas fundamentales. de estas enfermedades”.
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