La militarización de la política internacional de EEUU hacia América Latina persigue mantener su dominio sobre la región, alejar a Rusia y China y apoderarse de sus principales reservas
SERGIO RODRÍGUEZ GELFENSTEIN
Durante los últimos años, se ha desatado un frenesí casi sin control por la explotación del litio al que se le ha comenzado a denominar “el oro blanco del siglo XXI”. El amplio uso de este mineral en baterías y en medicina, ha hecho que se valore cada vez más.
Encontrar el litio (de color plateado claro) de forma pura no es tarea fácil ya que reacciona tanto con el agua como con el oxígeno. No obstante, lo que más destaca no es su color, sino su capacidad para almacenar energía, permitiendo acumular altas densidades de carga en un espacio pequeño.
Aunque es un mineral abundante, como cualquier otro, sus reservas son finitas. Se ha calculado que las existencias mundiales podrían alcanzar para su explotación durante unos 365 años. Sin embargo, se debe considerar que su extracción es bastante complicada debido a su tendencia a formar compuestos con otros minerales.
América Latina guarda las mayores reservas de litio del mundo, destacando Argentina, México, Chile y Bolivia como los países que tienen mayores existencias. En cada uno de ellos la situación de existencia, explotación e industrialización es distinta. Veamos:
Chile
La información acerca de cuánto litio produce y exporta cada país es difusa, por lo que se emiten cifras que no necesariamente coinciden. Manuel Viera, Presidente de la Cámara Minera de Chile, instancia que representa los intereses de los empresarios de la industria minero-metalúrgica informó que su país es el origen del 48 % de las exportaciones mundiales de litio.
La voracidad de los grandes empresarios chilenos es enorme. En esa medida, han rechazado toda posibilidad de control estatal sobre el mineral utilizando todo tipo de argucias legales en un país de economía neoliberal, en el que los empresarios tienen más poder que el Estado al tiempo que éste se subordina a los intereses de los primeros.
Estos empresarios no representan los intereses de la mayoría de los chilenos, sólo los de sus agremiados que es una minoría de propietarios, cuyos intereses no coinciden con los del pueblo chileno. Aquellos que rechazan la explotación indiscriminada del litio en favor de las grandes empresas, argumentan que con los recursos que se podrían generar, si el mineral fuera propiedad del Estado, sería posible financiar todos los reclamos económicos que han producido los levantamientos populares desde 2019.
Argentina
Argentina encierra contradicciones todavía no resueltas en relación al litio. El gobierno de Alberto Fernández quiso impulsar el desarrollo del sector con un rol destacado del Estado en la extracción del mineral y el desarrollo de las baterías para los autos eléctricos, pero se desataron grandes tensiones sociales y ambientales que aún hoy se mantienen.
Argentina cuenta con el 9 % de las reservas totales del mundo ocupando el tercer lugar detrás de Chile y Australia.
Según cifras oficiales, en 2020 se exportaron 31.500 toneladas de carbonato de litio por 134 millones de dólares, por debajo de los 184 millones de dólares de 2019. Con el ingreso pleno de producción de la mina Cauchari-Olaroz, la capacidad total del país pasaría de las 37.500 toneladas en 2022 a 85 mil toneladas.
En el país hay entre 50 y 60 firmas que tienen en sus manos prácticamente todas las concesiones de los salares donde están los yacimientos de litio. La explotación del mineral puede hacer surgir conflictos por el agua, toda vez que compite por este recurso que es crítico en las áreas productoras al noroeste del país, en zonas de extrema aridez.
La poca agua dulce disponible, es subterránea y se configura como un recurso básico para las comunidades y la biodiversidad. En Argentina se desarrolló un nuevo método de extracción que compite en el mundo con proyectos de empresas y gobiernos para acceder a la escala industrial.
La proyección de crecimiento del negocio del litio en el país está basada en las reales previsiones de los proyectos en marcha y en la evolución de la demanda que no para de crecer.
México
El 13 de abril de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó la iniciativa de reforma de la ley minera para que el litio quedara como propiedad de la nación. Su posición se sustenta en la necesidad de que el país y sus recursos básicos estén protegidos tanto de la voracidad extranjera como de “políticos locales ambiciosos” que pueden vender el interés del país.
El siguiente lunes 18 de abril, la Cámara de Diputados aprobó en lo general y en lo particular, diversos cambios a la Ley Minera para proteger el litio declarando “de utilidad pública” la exploración, explotación y aprovechamiento. El proyecto de ley considera al litio como patrimonio de la Nación para que su explotación sea en beneficio exclusivo de México.
De esta forma, la iniciativa refiere que la exploración, explotación y aprovechamiento del mineral estarán exclusivamente a cargo del Estado por conducto de un organismo público descentralizado que se creó para este fin. Entre los puntos más importantes del proyecto es que establece que el litio no podrá estar sujeto a otorgamiento de concesiones a favor de particulares.
Sin embargo, EEUU y Canadá podrían impugnar la nacionalización del litio en México ya que vulnera algunos de los acuerdos alcanzados en el Tratado de Comercio (T-MEC) que une a los tres países sobre la base de que el instrumento incluye una serie de especificaciones para ciertos mercados, por lo que en el caso del litio, que ahora sólo podrá ser explotado por el Estado, tendría que haberse discutido con anterioridad para incluirlo como una excepción.
México se reservó en ese Tratado la generación de energía nuclear, pero no la explotación de litio
De manera que aun cuando México es el país más avanzado en materia de legislación para explotación del litio, evidentemente, por razones políticas internas habrá resistencia del empresariado y de los partidos de derecha. En el plano internacional, sus socios, EEUU y Canadá que ansían echar mano a las grandes reservas de litio del país, también generarán obstrucciones al país.
Bolivia
La Estrategia Nacional de Industrialización de los recursos minerales sedimentarios y rocas sedimentarias que se forman por la precipitación a partir de un fluido acuoso en proceso de evaporación de Bolivia tiene tres fases: 1. La explotación de carbonato de litio. 2. La industrialización y 3. La comercialización que se realiza bajo la dirección y el financiamiento nacional hasta la producción de baterías.
Hay que recordar que el salar de Uyuni es el principal yacimiento de litio del mundo. Bolivia incluso se ha propuesto producir vehículos eléctricos en el país. Aunque la participación de empresas privadas y transnacionales estaba prevista únicamente para la fase de producción de baterías, se han concretado acuerdos de cooperación en la parte de desarrollo tecnológico.
Sin embargo, todavía hay una variedad de problemas no resueltos y muchos desafíos hasta que se pueda llegar a producir carbonato de litio.
La importancia del litio se confirma cuando en julio de 2020, Ellon Musk, respondió a una imputación sobre su participación en el golpe de Estado contra Evo Morales, promovido y avalado por el Departamento de Estado de EEUU, diciendo que: “Nosotros derrocaremos a quién queramos”.
Políticas de integración
A partir de estas realidades nacionales se han comenzado a producir acercamientos en búsqueda de la integración de políticas comunes entre estos cuatro países latinoamericanos productores de litio, considerando que los salares continentales de Argentina, Bolivia y Chile (sin contar con México) representan casi el 60 % de los recursos globales de litio.
El Servicio Geológico de EEUU ha cuantificado las tenencias de México en 1,7 millones de toneladas —el 2,3 % de las reservas mundiales—. Así mismo informó que Chile posee 9,8 millones de toneladas, Bolivia 21 millones y Argentina, 19 millones. Así mismo, Perú con 880.000 Toneladas y Brasil, con 470.000, poseen reservas. De esta manera, en la región estarían más del 59 % de las reservas conocidas de este metal.
Un primer acercamiento se produjo entre Bolivia y México a partir de la idea de que su cooperación binacional puede desarrollar un aprovechamiento integral de este mineral estratégico por lo que han llegado a la convicción de la necesidad de un acuerdo entre los dos países.
Lo ideal sería plantear un interés básico: ponerse de acuerdo entre los cuatro países productores de América en cómo se va a trabajar en la explotación de este mineral porque a las cuatro partes les conviene ponerse de acuerdo en el precio.
Esta convicción parte de la idea de que cuando se produce la búsqueda de socios y tecnología extranjera para ayudar en la extracción del recurso, si no se está organizado de forma común, las condiciones las pondrán otros países y negociarán según lo que más les convenga. Estos países deberían ir a un esquema similar al de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) respecto al crudo.
Esta alianza debería está abierta para los cuatro países sin importar la orientación política-ideológica de sus gobiernos, toda vez que produciría ventajas recíprocas para todos y solo necesitaría de una secretaría técnica que coordine a los cuatro entes que en cada país maneja este tema. Así mismo, se debe pensar en una alianza que se oriente a la industrialización de este recurso.
El factor Rusia y la guerra de la OTAN en Ucrania
El 14 de abril de 2022, Argentina y Chile cesaron el envío de suministros de litio a Rusia, lo cual significó un contratiempo importante para Moscú, pudiendo tener potenciales consecuencias de importancia, capaces de socavar una serie de industrias clave, donde Rusia ocupa una posición de liderazgo mundial.
Rusia depende críticamente de la importación de materias primas de litio. Baste decir que en 2019 sus principales abastecedores fueron Argentina y Chile aunque también entre los proveedores se encuentra China en tercer lugar, pero con una cifra bastante menor.
Por tanto, la decisión de los países latinoamericanos, que claramente están siguiendo órdenes de Washington, no sólo puede obstaculizar la expansión de la presencia rusa en el mercado nuclear global sino también, a medio plazo, poner en entredicho la fiabilidad del funcionamiento de los reactores nucleares dentro de la propia Rusia.
Aunque Rusia tiene sus propios depósitos de litio, cuyos volúmenes estimados se ubican en los cinco millones de toneladas, nunca los ha desarrollado realmente prefiriendo comprar materias primas críticas en el extranjero.
Lo cierto es que Rusia está atrasada en la explotación del litio. Apenas en 2021 comenzó algunos avances en el sector. En octubre de ese año se propusieron aprobar la licencia simultánea para 17 yacimientos de litio y recalcular a la baja en decenas de veces el costo de las licencias para los proyectos de desarrollo
El Ministerio de Industria y Comercio de Rusia evalúa la situación actual como problemática, señalando que el único canal de suministro que sigue funcionando es Bolivia. No obstante, el dato más interesante es que Rusia posee importantes reservas en el norte del país y en Siberia, como también en regiones mucho más cercanas y accesibles, por ejemplo en las regiones de Donetsk y Zaporozhie. Recientemente incorporadas a su soberanía.
En la edición de abril de este año de Le Monde Diplomatique, el especialista argentino en el tema Bruno Fornillo abordó la “geopolítica del litio” con varias puntas de investigación sobre el rol de China en la industria.
El autor sostiene que “China advirtió tempranamente que el nuevo paradigma energético era un centro de acumulación y creación tecnológica del porvenir próximo. Fue por ello que a partir de la crisis financiera de 2008 se decidió a abarcarlo por entero, arrancando desde cero, y hoy domina el litio: es el principal productor y mercado de paneles solares, molinos eólicos y baterías de litio, e ingresó a la mayor industria del mundo, la automotriz, por la vía de los autos eléctricos…”
Tras repasar las inversiones chinas en América Latina añade que “en 2022 China absorbió el 63 % del carbonato de litio mundial, seguido por Corea del Sur (18 %) y Japón (10 %); en conjunto, estos tres países implican el 91 % de las importaciones”.
Con datos de la Agencia Internacional de Energía, Fornillo informa que China participa con un 75 % de la capacidad mundial de fabricación de baterías. Y que “en el siguiente eslabón de la cadena sucede lo mismo. En 2022 la República Popular China se convirtió en el mercado de autos eléctricos más grande del mundo. El 60 % de esos autos ya circulan por sus calles, pero lo central es que a su vez China produce el 59 % de la electromovilidad mundial, con los costos de fabricación más bajos”. En suma, dice Fornillo, “el litio ilustra la estrategia de ascenso de China, que se extiende al conjunto de la llamada ‘cuarta revolución industrial’”.
EEUU al acecho
El 24 de enero de 2023, en un video grabado para un evento del Atlantic Council, un 'think tank' vinculado a la OTAN, la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur de EEUU se preguntó “¿Por qué es importante América latina?”.
La respuesta que ella misma daba, argumentaba diversas razones y concluía que la más importante de ellas eran los “ricos recursos y elementos de tierras raras”, que posee la región. Richardson destacó que en el triángulo del litio, zona estratégica que comparten Argentina, Bolivia y Chile se encuentra el 60 % del litio del mundo.
Dos meses después, el 23 de marzo Richardson fue otra vez sobre el tema. En esta ocasión, en una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado, en la que se discutió el presupuesto de defensa de EEUU para el año 2024, la jefa del Comando Sur expuso que no se podía permitir que los adversarios de EEUU tuvieran bajo su influencia los preciados recursos que ofrecen los países de Sudamérica y el Caribe.
La Jefa del Comando Sur dijo que: “La República Popular de China ha expandido su habilidad para extraer recursos y conseguir el 36 % de su comida a través de importaciones desde esta región y el 75 % de su litio desde Sudamérica”. Las giras de Richardson por Argentina y Chile (donde desde hace varios años se han sucedido gobiernos leales a Washington), se han incrementado en el último tiempo.
Alterando la actividad tradicional de los jefes del Comando Sur, circunscrita casi exclusivamente a la actividad castrense, la generala Richardson se reúne con altos funcionarios de gobierno, parlamentarios y empresarios, estimulando la injerencia creciente ya no solo de las embajadas estadounidenses, también de las agencias de inteligencia y de la estructura militar bajo su mando, a la que el presidente Biden ha entregado el total protagonismo en sus vínculos con la región en detrimento del Departamento de Estado y otras agencias civiles.
De esta manera, la militarización de la política internacional de EEUU hacia América Latina persigue mantener su dominio sobre la región, capturar sus enormes recursos naturales, mantener “alejadas a Rusia y China” de la misma y apoderarse de sus principales reservas energéticas y mineras como instrumento necesario para sostener su supremacía global.
hueleaazufre.com
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