Misión Ciencias Humanas ha dado el primer paso.
Solo devolviéndoles a las ciencias sociales y a las humanidades el lugar central que en realidad nunca debieron perder
Por ADRIANA ARJONA
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Las neurociencias, el conjunto de disciplinas científicas y académicas que estudian el sistema nervioso, más específicamente la actividad del cerebro y la forma en la que se relaciona e incide en nuestro comportamiento, han demostrado lo que desde hacía mucho intuíamos: los humanos somos diferentes al resto de los mamíferos que hacen parte del reino animal. No solo hemos desarrollado el lenguaje, sino que contamos con sistemas avanzados de memoria, tenemos habilidades agudas para resolver problemas complejos, somos altamente creativos, tenemos conciencia (aunque algunos intenten demostrar lo contrario), nos caracterizamos por nuestra capacidad para evaluar las consecuencias de nuestras acciones, y generamos identidades culturales.
Más allá de lo que las neurociencias han logrado demostrar, hay algo que sabemos desde siempre: el ser humano es un ser social. Y la construcción de sociedades implica cohesión, relacionamiento, cooperación y corresponsabilidad. Hacer parte de un grupo determinó nuestra supervivencia como especie. Y si bien para existir necesitamos ser reconocidos como individuos, es improbable subsistir sin pertenecer –de un modo u otro– a un conjunto.
Por muy outsiders que queramos ser, el grupo social es inherente a la condición humana. Juntos hemos logrado cosas extraordinarias. Pero, por supuesto, también enfrentamos serios problemas. La corrupción, la pobreza, el hambre, el narcotráfico, la violencia, la deserción escolar, la violencia intrafamiliar, las adicciones, entre otros, están a la orden del día en el mundo entero, y son apenas la punta de un iceberg que amenaza con destruir esa embarcación con aires de Titanic que llamamos sociedad. Por eso, comportarnos con la misma soberbia que condenó a los tripulantes de aquel transatlántico que todos creían imposible de hundir, no nos llevará a nada diferente que a una catástrofe anunciada.
El llamado para la comunidad global es claro: si no invertimos en comprender lo que como humanos somos, por qué nos comportamos como lo hacemos, qué hemos aprendido de los procesos históricos que protagonizamos, cómo nos relacionamos con los demás y con el entorno, entre muchas otras interrogantes, no será posible sobrevivir. Al menos no en condiciones justas y dignas para todos.
Colombia, por supuesto, no escapa a este tipo de preguntas que los humanistas intentan responder. Por eso, en un país que enfrenta tantos y tan serios problemas de índole social, preguntar para qué invertir en ciencias sociales debería ser una obviedad. Sin embargo, las ramas de la ciencia relacionadas con las sociedades y el comportamiento humano siguen siendo vistas por muchos como lo que en algún tiempo llamaban “costuras”, haciendo referencia a clases inútiles que sumaban créditos, pero no contenido de valor, ni alto nivel de exigencia o posibilidades de productividad en el futuro.
Alivia saber que existe el ánimo de cambiar esta percepción y promover el fortalecimiento y la revalorización de las ciencias sociales y las humanidades en el país, a través de una iniciativa que surgió en 2022 con la creación de la Misión Ciencias Humanas.
Por medio de este movimiento académico, la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, sede Bogotá, y la Asociación Colombiana de Facultades de Humanidades y Ciencias Sociales (Asocolfhcs), encaran el reto de repensar la relación de las humanidades y las ciencias sociales con el Estado colombiano. La idea es liderar este diálogo nacional que involucra a todas las universidades del país y a diversos actores sociales, esperando contar con el acompañamiento técnico de los poderes ejecutivo y judicial, y construir de manera conjunta un primer documento que sirva como base para la renegociación con el Gobierno alrededor de asuntos claves, como la financiación y el mejoramiento de la capacidad institucional, entre otros. Este documento debe derivar en la formulación de una política pública que restablezca la importancia de las ciencias sociales y las humanidades como bien público y común.
Misión Ciencias Humanas es un proyecto con enfoque territorial, presente en toda Colombia a través de cuatro regionales, que cuenta con un equipo de trabajo enfocado a la formulación e implementación de una metodología participativa que sirva de guía para todas las universidades del país. A la fecha, se ha avanzado en un diagnóstico a través del cual se han identificado 14 temas claves, entre los cuales están la creación del Sistema Nacional de Ciencias Humanas, el fortalecimiento de la docencia, los programas especiales de formación en educación superior y la innovación pública y académica.
Pero el camino apenas empieza: las Mesas Preparatorias terminaron la última semana del pasado mes de abril, y las Mesas de Trabajo están en curso desde mayo con cierre al mes de septiembre de 2024. El diagnóstico final y los lineamientos que estas mesas produzcan serán entregados por el movimiento académico a las entidades competentes, con el fin de que se formule la política pública, indispensable para dar el paso hacia la etapa de implementación.
Los países que han logrado superar problemas que, para otros, parecen imposibles, invierten en ciencias sociales (no solo en ciencias puras o exactas), investigan y observan el comportamiento de los ciudadanos, proponen proyectos tendientes a mejorar nuestras habilidades sociales, llevan a cabo pilotos y desarrollan programas basados en la respuesta a dichos esfuerzos para mejorar la cohesión de un grupo social determinado.
La educación en torno a lo social, tanto como a lo emocional, es precisamente la que más necesitamos para desarrollar las habilidades que determinan la convivencia, el civismo y la cooperación. No existe paz donde no reina el bien común. No existe transparencia si no se entiende de ética. No se consigue el progreso donde no hay colaboración. No podemos combatir realidades y comportamientos inhumanos si no luchamos por mantener nuestro espíritu humano, esto es, trabajar por consolidar grupos de personas que vivan en condiciones dignas, capaces de construir memoria histórica, abiertas a la diversidad cultural determinada por cada territorio, enseñadas a escuchar tanto como a expresarse de manera asertiva y respetuosa, y, sobre todo, capaces de abrazar la diferencia.
Solo devolviéndoles a las ciencias sociales y a las humanidades el lugar central que en realidad nunca debieron perder, estaremos en capacidad de redireccionar esta embarcación, y superar los icebergs que, sin duda, seguirán presentes en el camino, comprendiendo que jamás deben ser subestimados, porque las sociedades también pueden hundirse.
Misión Ciencias Humanas ha dado el primer paso. Ahora, es responsabilidad de los colombianos y colombianas unirnos y alzar la voz en pro de la formulación de esta política pública, para seguir construyendo el camino hacia lo que nos hace humanos.
24 Mayo, 2024
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