Mientras Estados Unidos y la Unión Europea se desgastan en aplicar “sanciones” contra las naciones que no siguen sus dictámenes, otros mecanismos regionales avanzan en programas de desarrollo, de integración económica y comercio, en beneficio de sus miembros
Por Hedelberto López Blanch
Los bloques económicos, políticos y comerciales que han surgido en las dos últimas décadas están poniendo en jaque al sistema imperial dominado por Estados Unidos, el cual se había fortalecido después del derrumbe de la extinta Unión Soviética a finales de l991.
Mantener el régimen unipolar por cualquier medio ha sido la premisa de los dirigentes de los partidos Demócrata y Republicano, de las administraciones estadounidenses y de las grandes compañías transnacionales que se han beneficiado durante décadas de ese sistema de control mundial.
El 15 de junio de 2001 se constituyó oficialmente la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) que se ha ido fortaleciendo año tras año. En la actualidad cuenta con ocho miembros permanentes (China, India, Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán), cuatro Estados observadores interesados en adherirse como miembros de pleno derecho (Afganistán, Belarús, Irán y Mongolia) y seis Asociados en el Diálogo (Armenia, Azerbaiyán, Camboya, Nepal, Sri Lanka y Turquía).
En la última edición de la OCS realizada en Uzbekistán del 16 al 18 de septiembre de este año, se aprobó que Irán y Belarús entraran como miembros efectivos.
En la actualidad esa organización esta integrada por la mitad de la población mundial y cuenta con el 20 % del Producto Interno Bruto (PIB) global, mientras sus miembros se adhieren al “Espíritu de Shanghai” que se sostiene en la confianza y beneficio mutuos, el respeto a la diversidad y el desarrollo común.
Asimismo, sus integrantes y observadores poseen colectivamente un cuarto de las reservas probadas de petróleo del mundo, cerca del 50 % de las reservas de gas natural, y en su actual configuración, interactúan cuatro países poseedores de armas nucleares, dos de los cuales (Rusia y China) tienen asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Otro bloque que cada día toma más fuerza es el BRICS, integrado por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, y al cual han pedido entrar Argentina e Irán, los que casi seguro serán aceptados.
Durante la XIV Cumbre del grupo, efectuada recientemente en Beijing, se acordó fortalecer y ampliar un mundo multipolar que facilite el avance de las economías emergentes, así como incrementar la participación de más países en su seno y explorar la creación de una moneda única.
Estos países caracterizados por un rápido desarrollo forman una asociación económico-comercial intergubernamental informal cuyo objetivo es reforzar la cooperación multilateral.
Desde su creación hace 14 años, han superado desafíos y avanzado con determinación para abrir un curso acertado de apoyo mutuo y cooperación de ganancias compartidas.
El presidente de China, Xi Jinping durante su intervención en el evento destacó que los esfuerzos principales del grupo son la necesidad de la más amplia solidaridad, salvaguardar la paz y la tranquilidad mundial
Como los cinco países tienen un potencial político, económico, científico, tecnológico y humano considerable, y a la par han profundizado la cooperación en toda la gama de temas de la agenda global y regional, cada año su autoridad e influencia en la escena global aumentan constantemente.
Datos del Banco Mundial indican que los integrantes del bloque representan a nivel mundial, el 43 % de la población del planeta, el 25 % del Producto Interno Bruto mundial, más del 18 % del comercio global y el 28 % de extensión territorial.
En esa XIV Cumbre, el presidente de Rusia, Vladimir Putin informó que sus naciones están explorando la creación de una moneda de reserva internacional basada en una canasta compuesta por reales, rublos, rupias, yuan y rand, como esfuerzo por desarrollar una alternativa a los acuerdos internacionales dominados por el dólar estadounidense.
Explicó el mandatario ruso que será un paso monetario decisivo para cambiar el liderazgo mundial y desbloquear una nueva ola de desarrollo económico con diversidad de transacciones.
Otra agrupación que avanza en el sentido opuesto a las exigencias que intentan imponer Estados Unidos y Occidente a las naciones del orbe, es el Foro Económico Internacional de San Petersburgo que en su XXV reunión efectuada en esa ciudad de Rusia, contó con la participación de 14 000 personas de 130 países. Durante el encuentro se firmaron convenios por 5,6 billones de rublos, equivalentes a 98 000 millones de dólares.
El Comité organizador del evento informó que se signaron 691 acuerdos por valor de 5,639 billones de rublos, pero solo anunciaron los que no representan un secreto comercial en previsión de que las extorsiones occidentales no caigan sobre ellos.
Tanto Xi Jinping como Vladimir Putin han reafirmado en esos encuentros que la “época del orden mundial unipolar ha finalizado pese a todos los intentos de conservarlo por cualquier medio”.
La moraleja es que mientras Estados Unidos y la Unión Europea se desgastan en aplicar “sanciones” contra las naciones que no siguen sus dictámenes, otros mecanismos regionales avanzan en programas de desarrollo, de integración económica y comercio, en beneficio de sus miembros.
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Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.
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