Los fenómenos que cruzan por la negrura del cielo se han convertido en un enigma para el hombre que les ha observado desde tiempos antiguos
En el Renacimiento la ciencia tuvo un despertar enorme, sin embargo, la tecnología no nos permitía todavía comprender qué eran las luces fugaces que atravesaban el firmamento. Entonces se les nombró como estrellas fugaces y se les atribuyó un mal presagio, aunque más tarde cambió la visión y se les consideró como amuletos de la buena suerte.
Por: Ecoo sfera
Hoy en día sabemos que las luces fulgurantes en el cielo no son más que polvos cósmicos diminutos que cruzan la atmósfera terrestre. La velocidad a la que ingresan es tan grande que a causa de la fricción se incendian, formando las luces resplandecientes lineales que observamos en el cielo.
Aunque la idea de que se trataba de estrellas viajando a gran velocidad a través del espacio fue desechada, hoy día los astrofísicos dicen que es posible que las estrellas fugaces sí existan y no hablamos de los meteoros que cruzan la atmósfera.
Estrellas fugaces reales
El programa de observación monumental del Sloan Digital Sky Survey que utilizó el Observatorio Fred Lawrence Whipple, encontró un nuevo tipo de estrellas que no habían sido detectadas con anterioridad. Estas encajan perfectamente en la descripción de una estrella fugaz, es decir, son estrellas que se mueven a velocidades tan increíbles que son capaces de escapar a la gravedad de sus galaxias madre. Reciben el nombre de estrellas de hipervelocidad y su origen es realmente interesante.
La idea de que estrellas de este tipo existieran, no es tan reciente como su descubrimiento. Ya en la década de los 80 el teórico Jack Gilbert Hills de los Alamos National Labs, se imaginó qué sucedería si un sistema binario viajara cerca del agujero supermasivo, que sabemos habita en el mero corazón de la Vía Láctea.
Los sistemas binarios se caracterizan por unir el destino de dos estrellas que giran una alrededor de la otra y que están atrapadas mediante sus campos gravitacionales, es decir, que orbitan un centro de masa común. Hills se planteo el cuestionamiento de qué sucedería si este sistema cruzara a una distancia adecuada por el agujero negro Sagitarius A, ni tan cerca para ser devorado, ni tan lejos como para no interactuar con su campo gravitacional.
Estrellas de hipervelocidad
Al calcular la fuerza de marea, Hills se percató de que el campo gravitacional podría partir el sistema binario en dos. Lo que sucedería a continuación sería algo similar a lo que pasa si dos patinadores tomados de las manos comienzan a girar a una velocidad exageradamente rápida; terminan cediendo a la fuerza y salen disparados uno lejos del otro.
Algo similar sucedería con el sistema binario que al acercarse al agujero supermasivo terminaría por separar a sus estrellas. En tal encuentro, una estrella podría ganar la fuerza suficiente como para salir disparada completamente fuera de su galaxia.
La teoría de Hills sólo fue una hipótesis durante mucho tiempo, hasta ahora que las observaciones con telescopios han demostrado que las estrellas fugaces que viajan a velocidades vertiginosas a través del Universo sí son reales. Pero en vez de traer respuestas a los astrofísicos, se han abierto un sinfín de cuestionamientos sobre las estrellas fugaces.
Los investigadores están ahora tratando de rastrear estrellas de este tipo y se preguntan si existen planetas que orbiten alrededor de ellas. En cuyo caso, dicho descubrimiento cambiaría para siempre la manera en la que concebimos el nacimiento de los planetas.
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