¡No más ruina en el campo!
Condonar las deudas y dar apoyo financiero y técnico a los campesinos pobres y medios. Garantizar la compra de las cosechas a precios justos. Tal apoyo no equivale a renunciar a las conquistas y exigencias del proletariado del sector en materia de alza de salarios, estabilidad laboral, condiciones de trabajo saludables, etc.
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El paro de los campesinos productores de arroz pone de manifiesto la crisis de la agricultura capitalista. Una crisis que hace parte de la crisis de sobreproducción del capitalismo mundial
El paro arrocero ocasiona un trastorno general que merece la atención del proletariado revolucionario para examinar las distintas aristas del conflicto y los intereses de las clases involucradas
Revolución Obrera
julio 24, 2025
El 14 de julio, volvieron los campesinos productores de arroz al paro y los bloqueos, luego de que sus demandas de marzo no fueran resueltas por el gobierno. Según el comunicado de los protagonistas: “La decisión de iniciar un nuevo paro nacional arrocero obedece al descontento de los agricultores y productores arroceros ante los repetitivos incumplimientos de los acuerdos firmados en marzo, que fueron completamente ignorados por el Ministerio de Agricultura y el Gobierno Nacional”.
Se han presentado bloqueos intermitentes de las vías en Tolima, Huila, Córdoba, Sucre, Cesar, Casanare, Meta, Arauca, Santander, Norte de Santander, principalmente. Valiéndose de tractores, grúas, cosechadoras combinadas, motoniveladoras y bulldozers han cerrado las vías durante seis horas, permitiendo el paso de vehículos durante una hora, lo que afecta tanto el transporte de pasajeros como de carga y que se traduce en pérdidas para esos sectores.
Sin duda el paro arrocero ocasiona un trastorno general que merece la atención del proletariado revolucionario para examinar las distintas aristas del conflicto y los intereses de las clases involucradas en el mismo.
En ese sentido el actual conflicto de los productores de arroz tiene como protagonistas a los campesinos medios o pequeña burguesía agraria principalmente y a los campesinos ricos o burguesía agraria; sectores arruinados por los grandes capitalistas, los grandes burgueses no solo de la producción, sino dueños del procesamiento en los molinos, el empaque y el comercio del grano, así como del capital parásito financiero.
Las protestas y demandas de los productores obedecen a los bajos precios de compra ya que el precio del arroz paddy verde —el grano recién cosechado— ha disminuido en un alto porcentaje y no cubre los costos de producción, lo cual genera pérdidas significativas. Denuncian que el grano lo están pagando los industriales del sector entre $170.000 y $185.000 por carga de 125 kilos, luego de que el precio estuviera en $235.000, mientras que los costos de producción, afectados por el aumento de insumos, agua, logística y arrendamientos, superan con creces ese monto. Por eso, exigen al gobierno establecer un precio mínimo de entre $205.000 y $220.000, diferenciado por región. Algunos además piden al gobierno subsidio o un plan de salvamento financiero y la regulación en el cobro de la Tasa de Uso de Agua.
Según el comité del paro arrocero, se han registrado pérdidas de entre $1.500.000 y $2.200.000 por hectárea. Calcula que el sector reportó pérdidas por $297.000 millones durante el primer semestre del 2025 y se estima que esta cifra aumente a $772.000 millones en la segunda mitad del año. Esta es una amenaza de ruina del sector que obligaría a renunciar a la producción del grano.
Una de las causas de la baja de los precios de compra tiene que ver con la sobreoferta ocasionada por las importaciones masivas del grano desde países como Estados Unidos y Ecuador que han saturado el mercado nacional, afectando a los productores locales. De ahí que exigen al gobierno, además de aplicar salvaguardas comerciales para evitar la competencia desleal de las importaciones, la compra directa de su producción.
A esto se suma el hecho de que los campesinos enfrentan deudas crecientes debido a la falta de rentabilidad, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de la producción. Por ello exigen se establezcan alivios financieros y medidas que permitan a los arroceros reestructurar sus deudas y acceder a créditos en condiciones favorables para garantizar la continuidad de la actividad.
El gobierno ha establecido una mesa de negociación a la cual presentó un borrador de resolución que dice, busca garantizar una formación transparente de precios, estableciendo un precio mínimo de compra por región, con base en las condiciones del mercado nacional. Según el Ministerio, esta medida responde a la caída del 11,8% en el precio del arroz al productor durante 2024, caída que se ha mantenido en el primer semestre de 2025. El acuerdo hasta ahora 23 de julio es que la carga de 125 kilogramos tendría un precio base que variará según la región así: Centro del país $205.673; Santanderes $201.262; Costa Norte $195.748; Bajo Cauca $192.991; Llanos orientales $188.580.
El Gobierno reconoce además que el inventario nacional de arroz alcanzó en junio 534.940 toneladas, es decir, 67,8% por encima del promedio de la última década. Este exceso de oferta, ha agravado el desplome de precios. Por ello establece en el proyecto de resolución que todo comercializador de arroz blanco, tanto mayorista como minorista, deberá informar de manera clara y visible el país de origen del producto, en empaques, puntos de venta físicos y plataformas digitales.
En cuanto al apoyo económico por tonelada comercializada de arroz entre el 9 de abril y el 30 de junio de 2025, acordado con el gobierno en el paro de marzo pasado, por un monto de $120.000 por tonelada para pequeños productores de bajos ingresos y de $78.000 para medianos productores, es que no se ha cumplido. Según los dirigentes del paro, hasta este mes de julio, el programa ha procesado más de 2.600 registros con una proyección total superior a los $15.700 millones; sin embargo, el Gobierno no ha girado ningún pago porque el proceso de validación es muy lento, debido a que se deben cumplir muchos requisitos. Según el diario El Espectador, de los 2.600 arroceros que están priorizados, solo 260 son los que pueden pasar las cuentas de cobro y la información de las cuentas bancarias para que reciban el dinero. Este ha sido uno de los problemas por los cuales persisten en mantener los bloqueos hasta que no haya soluciones reales.
El paro de los campesinos productores de arroz pone de manifiesto la crisis de la agricultura capitalista. Una crisis que hace parte de la crisis de sobreproducción del capitalismo mundial; en este caso, de la sobreproducción de un cereal básico de la alimentación de muchos pueblos que, en medio de la abundancia creada por el trabajo social, son sometidos al hambre arrojando la aterradora cifra de más 730 millones de personas en el mundo y cerca de 15 millones en Colombia, según los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO.
En el caso de los países oprimidos como Colombia, la crisis de la agricultura capitalista es aún más grave, por cuanto se han dejado de producir gran parte de los alimentos para abastecer el consumo interno, quedando cada vez más convertido en un simple proveedor de materias primas para la exportación y gran parte de la agricultura ha sido destinada a la producción de combustibles.
Situación empeorada aún más por cuanto los grandes monopolios imperialistas como Monsanto, controlan el mercado agroalimentario mundial e imponen sus condiciones para el uso de sus semillas e insumos, así como de la industrialización y comercialización, que van unidas a toda suerte de abusos y chantajes.
Son los problemas estructurales del sistema basado en la explotación asalariada y en la dominación de un puñado de países y monopolios sobre la inmensa mayoría de los pueblos y la sociedad mundial; problemas que no pueden resolverse definitivamente sin cambiar de raíz el modo de producción capitalista imperialista.
El proletariado revolucionario respalda la lucha de los pequeños y medianos productores de arroz, haciendo valer una de las más importantes exigencias del Programa Inmediato levantado durante el levantamiento popular del 2021: ¡No más ruina en el campo! Condonar las deudas y dar apoyo financiero y técnico a los campesinos pobres y medios. Garantizar la compra de las cosechas a precios justos. Tal apoyo no equivale a renunciar a las conquistas y exigencias del proletariado del sector en materia de alza de salarios, estabilidad laboral, condiciones de trabajo saludables, etc.
Así mismo, e independiente del “Acta de Compromisos” que se firme para levantar el paro en las próximas horas, recuerda a los compañeros campesinos que solo su lucha unida y organizada junto a sus hermanos obreros, pueblos indígenas y demás sectores populares en las Asambleas Populares puede conquistar el conjunto de las demandas inmediatas que pongan freno a la voracidad de los ricos explotadores burgueses, terratenientes e imperialistas. Unidad para la lucha que necesita y hace posible trascender de las reivindicaciones inmediatas, construir un nuevo Poder que no deje en pie nada del viejo poder de los explotadores y edificar el nuevo sistema socialista que entregue al pueblo trabajador los medios de producción para satisfacer las necesidades de la sociedad y no el apetito de ganancia de quienes esclavizan la humanidad.
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Julio 2025
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