El retroceso es prácticamente universal
La crisis global acentuada por sucesos como la pandemia covid-19 y la guerra en Ucrania hace retroceder el índice con el que Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo mide el desarrollo humano según los ingresos, la salud y la educación de las poblaciones en 191 países. Foto: BM
NACIONES UNIDAS- Por primera vez en los 32 años que se ha estado calculando, el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que mide la salud, la educación y el nivel de vida de una nación, ha disminuido mundialmente durante dos años consecutivos, informó este jueves 8 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).
El retroceso “es prácticamente universal, ya que más de 90 % de los países registran un deterioro de su IDH en 2020 o en 2021, y más de 40 % en ambos años, una demostración de que la crisis sigue empeorando para muchos”, asentó el informe.
La pandemia covid-19 y la invasión rusa de Ucrania lideran la lista de sucesos que están causando importantes perturbaciones, a los que se suman profundos cambios sociales y económicos, peligrosas transformaciones en el planeta y el aumento de la polarización, según el Pnud.
El desarrollo humano ha retrocedido hasta los niveles de 2016, revirtiendo gran parte del progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible que las Naciones Unidas quieren alcanzar hacia 2030, indica el informe titulado “Tiempos inciertos, vidas inestables: Forjar nuestro futuro en un mundo en transformación”.
El administrador del Pnud, Achim Steiner, observó que “el mundo desesperadamente trata de responder a las sucesivas crisis y, aunque es tentador adoptar medidas de corto plazo, como los subsidios a los combustibles fósiles, tales respuestas están retrasando los cambios sistémicos a largo plazo que es preciso adoptar”.
“Estamos estancados delante de los cambios que debemos realizar. En un mundo definido por la incertidumbre, necesitamos un sentido renovado de solidaridad mundial para abordar nuestros desafíos comunes e interconectados”, dijo Steiner.
“Aunque es tentador adoptar medidas de corto plazo, como los subsidios a los combustibles fósiles, tales respuestas están retrasando los cambios sistémicos a largo plazo que es preciso adoptar”: Achim Steiner.
Algunos países, según el informe, están empezando a recuperar el terreno perdido, pero la recuperación es parcial y desigual, lo que amplía aún más las brechas en el desarrollo humano, muy marcadas en las regiones del Sur.
América Latina y el Caribe se ha visto particularmente afectada y “al observar el IDH, que captura la situación de los países a finales de 2021, vemos que varios países de la región sufrieron retrocesos significativos en el desarrollo humano en comparación con 2019”, indica el informe.
Para el Pnud “esto no es sorprendente, ya que la región fue una de las más afectadas por la pandemia, con 33 % de las muertes por covid-19 en el mundo, y también fue la región con la contracción económica más fuerte, cerca de siete por ciento en 2020”.
En todo el mundo el despliegue de vacunas efectivas contra la covid representó “un logro monumental” que salvó las vidas de unos 20 millones de personas, y mostró “el enorme potencial que nace al juntar la innovación con la voluntad política”.
En cambio, el reparto de las vacunas “puso al descubierto las enormes desigualdades de la economía mundial, su acceso fue ínfimo en muchos países de bajos ingresos, y las más perjudicadas fueron las mujeres y las niñas, al asumir más responsabilidades domésticas y de cuidado y enfrentarse a un aumento de la violencia”.
Los autores del estudio advierten que el trastorno global causado por la pandemia no es nada comparado con lo que experimentaría el mundo si se produjera un colapso de la biodiversidad y las sociedades se encontraran con el reto de cultivar alimentos a gran escala, sin insectos polinizadores.
“Por primera vez en la historia de la humanidad las amenazas antropogénicas (provocadas por el hombre) se ciernen sobre las naturales”, dice el informe.
El “conjunto de incertidumbres” que recoge el texto lo forman “los peligrosos cambios planetarios, la transición a nuevas formas de organización de las sociedades industriales, y la agudización de la polarización política y social”.
Según Steiner, el estudio puede “ayudar a trazar un nuevo rumbo que nos permita salir de la actual situación de incertidumbre mundial”.
“Tenemos un estrecho margen para reiniciar nuestros sistemas y garantizar un futuro construido con base en una acción climática determinante y con nuevas oportunidades para todos”, afirmó.
En la clasificación de 191 países que trae el IDH, los 10 primeros lugares corresponden a Suiza, Noruega, Islandia, Hong Kong, Australia, Dinamarca, Suecia, Irlanda, Alemania y Países Bajos.
Los 10 zagueros son Sudán del Sur, Chad, Níger, República Centroafricana, Burundi, Malí, Mozambique, Burkina Faso, Yemen y Guinea.
De América Latina y el Caribe el país mejor situado es Chile, en el puesto 42, seguido por Argentina en la casilla 47, Bahamas en la 55, Trinidad y Tobago en la 57, y Costa Rica y Uruguay en la 58.
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