Ni los escándalos ni los homicidios por abusos en la policía colombiana son nuevos: entre 2017 y 2019, cada mes murieron un promedio de 18 civiles
1. Policía en Colombia: por qué es militar y no civil (y qué tiene que ver con las demandas de las recientes protestas)
Daniel Pardo
BBC Mundo en Colombia
Como en otros países, la policía ha tenido que jugar un rol clave para mantener el aislamiento social en la pandemia. Derechos de autor de la imagen AFP Image caption
La policía en Colombia no depende del Ministerio de Gobierno o de Justicia, sino del de Defensa. Y eso marca una diferencia sustancial con lo que ocurre en otros países.
Así es que los delitos de los que son acusados los agentes se investigan y sancionan en la justicia militar, pese a que en la Constitución y en el Código Penal la policía está configurada como un ente civil.
Un cambio en ese sentido es una de las reformas que manifestantes, expertos y políticos piden ahora que la fuerza pública volvió al escenario tras la muerte de Javier Ordóñez, un abogado de 45 años, detenido y brutalmente sometido por dos oficiales el martes en Bogotá.
El miércoles, el caso desató una nueva ola de indignación.
Los enfrentamientos entre manifestantes y policías que se registraron ese día y el siguiente dejaron, según el balance del Ministerio de Defensa hecho público el jueves, 10 muertos, siete de ellos en Bogotá y tres en Soacha, un municipio aledaño. También resultaron heridos 209 civiles y 194 policías.
Según la Alcaldía de Bogotá, sufrieron no solo del uso desproporcionado de armas de baja letalidad, que fue el caso de Ordóñez, sino disparos con armas de fuego.
Este último estallido social se da en un país que en noviembre de 2019 vivió una ola de violencia que, de hecho, incluyó denuncias de abuso policial.
Y ahora el gobierno de Iván Duque responde con la misma estrategia de noviembre: más presencia policial en las calles, anuncio de investigaciones a los abusos y defensa de la actuación "férrea, gallarda" de la policía.
Por su parte, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, denunció una campaña de "estigmatización" de la fuerza pública en redes sociales y otra de "incitación a la violencia" por parte de miembros de la oposición, entre ellos el excandidato presidencial Gustavo Petro.
La muerte de Ordóñez cerró el paréntesis que impuso la pandemia al estallido que demandaba cambios en la política económica, social y educativa del gobierno y una implementación más proactiva del acuerdo de paz firmado con la guerrilla en 2016.
Porque parte de la deuda de ese acuerdo, coinciden analistas consultados por BBC Mundo, ha sido sacar a las Fuerzas Armadas de la lógica del conflicto.
Por qué es militar
El Monitor de Fuerza Letal, un centro de estudios que estudia los abusos de las fuerzas del orden, atribuye a las policías en Brasil, Venezuela y El Salvador índices de brutalidad y homicidios de civiles mucho más altos que a la de Colombia.
En esos países, así como en Chile o México, las policías también se unen parcialmente al ejército en su función de defensa del Estado.
Pero Alejo Vargas, un veterano experto en seguridad de la Universidad Nacional en Bogotá, advierte sobre la particularidad del caso colombiano: "Todo en la policía colombiana es muy único, porque históricamente se han usado a los militares y a los policías para cualquier cosa, con el resultado de que tenemos una policía muy militarizada y un ejército muy policial".
El profesor indica que esto "ni siquiera tiene origen en el conflicto armado, porque desde principio de siglo la policía ha tenido labores militares y viceversa, como ocurrió en la masacre de las bananeras (1928), que tuvo que haber sido controlada por policías, pero fueron solados los que mataron a 1.800 trabajadores en una protesta.
Así despertó Bogotá el jueves. Derechos de autor de la imagenAFP Image caption
"Con el tiempo, todas las policías latinoamericanas se fueron reformando hacia la civilidad, pero en Colombia el conflicto siempre lo impidió y ahora, bueno, el conflicto no ha acabo, entonces difícil".
Un ejemplo vigente de la militarización de la policía son los Comandos Jungla, unidades militares de la policía que luchan contra el narcotráfico y la insurgencia y cuentan con sofisticados procedimientos y armamentos.
Alberto Sánchez Galeano, investigador en seguridad ciudadana, explica que la policía fue clave en la lucha contra las guerrillas, porque "los combates para defender las unidades policiales le daban tiempo al ejército para replegarse y pensar estrategias".
"La militarización de la policía fue parte de la supervivencia del Estado", señala.
Pero eso, aunque necesario en su momento, tuvo consecuencias: la policía es hoy un ente autónomo, que se reforma y se controla a sí mismo y ve en la protesta social una amenaza casi subversiva.
Muchos comparan el caso de Javier Ordoñez con el de George Floyd en EEUU. Derechos de autor de la imagenAFPImage caption
Qué hay que reformar
Ni los escándalos ni los homicidios por abusos en la policía colombiana son nuevos: entre 2017 y 2019, cada mes murieron un promedio de 18 civiles a cuenta de presuntos abusos policiales, de acuerdo a Temblores, una ONG.
Y cada vez que la atención del país se vuelca hacia la fuerza pública, los gobiernos lanzan reformas, comisiones y estrategias de capacitación en derechos humanos para atender los problemas.
Según los expertos consultados, sin embargo, nada de eso ha producido un cambio estructural.
Para María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, "la policía no cuenta con una orientación, un liderazgo y una subordinación civil que determine sus funciones".
"Tú hablas con ellos (policías y militares) y tienen una sensación de orfandad, porque ningún civil les hace seguimiento, les mide sus indicadores, verifican si están cumpliendo o no las políticas de Estado", añade.
Las protestas contra la violencia policial generaron más violencia.Derechos de autor de la imagenEPAImage caption
"Entonces los civiles no cumplen con sus funciones de pensar las políticas del país, pero les echan la culpa a los militares y policías de que son corruptas y no saben para dónde van", sostiene.
Sánchez Galeno coincide: "Uno no resuelve con policías lo que fractura con malas políticas. Hoy dicen que el problema es una reforma policial, y sí, eso hay que plantearlo en el corto y largo plazo, pero la policía no puede seguir pagando el costo de malas políticas educativas, sociales y políticas".
La policía, entonces, puede pasar al ministerio del Interior o Justicia y se pueden consolidar protocolos claros de control, sanción y capacitación en derechos humanos que se sostengan en el tiempo y respondan a criterios civiles en lugar de militares.
Pero, como manifiestan las protestas, la demanda no es solo para reformar la policía: es para que Colombia supere la violencia, la desigualdad y la corrupción. El cambio es de fondo.
Fuente:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54112641
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. Abuso policial ¿casos aislados?
Por Colombia Informa
Hoy, 9 de septiembre, Colombia despertó nuevamente con otro caso de abuso policial. Esta vez, contra Javier Ordoñez, un abogado de 46 años que murió luego de recibir varios golpes y choques eléctricos por parte de dos uniformados de la Policía Nacional.
En un video registrado por testigos del hecho se observa la acción desmedida de los dos agentes y la suplicas de Javier para que cesaran con la golpiza y el abuso.
Javier Ordoñez, un hombre de 46 años que compartía junto con amigos en la madrugada del miércoles, murió minutos después de haber recibido varios golpes y choques eléctricos por parte de dos uniformados de la Policía Nacional.
– El 12 de enero de 2020, en la estación de Transmilenio Veraguas, un grupo de personas fueron requeridas por el patrullero Elías Madera, por evadir el pago del pasaje, entre ellas una mujer de 20 años. El grupo fue conducido a un bus de la institución y posteriormente dejado en libertad, a excepción de la joven de 20 años, quien fue violada por el patrullero Madera.
– El 21 de abril de 2020 en la ciudad Cali, Valle del Cauca, un hombre y una mujer fueron conducidos a un CAI en el sur de la ciudad porque, supuestamente, había violado la cuarentena obligatoria. Allí los uniformados les solicitaron dinero a las personas detenidas para dejarlos en libertad, por lo cual el hombre salió del lugar para buscar el dinero requerido. Mientras tanto, uno de los agentes de policía abusó sexualmente de la mujer.
La policía nacional menciona que los uniformados habían sido retirados de su cargo y que se iba a iniciar la investigación correspondiente; sin embargo, aún no se han mostrado avances en el caso.
– El 19 de mayo del 2020, en el municipio de Puerto Tejada, Cauca, el joven Anderson Arboleda de 24 años de edad se encontraba a las afueras de la casa de su madre. La policía lo requiere por estar violando la medida de aislamiento obligatorio y en medio del procedimiento le propicia diferentes golpes y patadas que le ocasionan la muerte.
Según la institución, Arboleda agredió a los patrulleros quienes, al igual que en casos anteriores, se vieron “obligados” a actuar en su defensa.
– El 3 de Julio del 2020 en la localidad de Kennedy en Bogotá, se realizó un procedimiento policial contra un grupo de jóvenes que departían en la madrugada; luego de un altercado, uno de los uniformados sacó su arma y disparó contra un joven de 23 años quien, a raíz de este ataque, muere.
Según la policía, ellos atendieron a una asonada en este lugar, por lo cual el uniformado se vio “obligado” a disparar contra estas personas.
– El 24 de julio del 2020 en la ciudad de Barranquilla, Atlántico, Ángela María Pérez, una mujer de 50 años muere después de recibir un bolillazo en el pecho por parte de uniformados del CAI ‘Rebolo’. Según testigos, los agentes ingresaron a la casa de Ángela por un altercado y en medio de ello le propiciaron una fuerte golpiza en el pecho, lo que la desplomó y dejó sin signos vitales. La policía no realizó ningún pronunciamiento.
El 24 de agosto del 2020 en la ciudad de Cartagena, Bolívar, Harold Morales de 17 años, trabajador de un lavadero de motos, se negó a lavar la motocicleta de un agente de la policía de forma gratuita. Harold fue golpeado y atacado con un arma de fuego por parte de los uniformados de la policía, lo cual le ocasionó la muerte al menor de edad.
Según la policía, Harold atacó a los agentes de la policía y por ello estos se vieron obligados a accionar su arma.
No obstante, los hechos en los que la policía se ha visto involucrada no sólo se asocian al abuso por medio de la violencia física directa. Los casos de abuso sexual por parte de la policía también han sido reiterativos.
*Fotos por Javier Jiménez
No son casos aislados
A estos hechos se suman los cientos de denuncias de maltrato físico, abuso de autoridad, agresión, violación y tortura por parte de la fuerza pública, cifras que son alarmantes y representan el accionar abusivo, desmedido y violento por el cual se caracteriza la fuerza pública colombiana. Así, hasta el 31 de julio, la ONG Temblores había registrado 124 denuncias de abuso policial a través de su plataforma de denuncia GRITA.
Estos sucesos presentan un patrón generalizado; en primer lugar, la institución siempre evade su responsabilidad en torno a los casos de abuso que se presentan, mencionando que son casos aislados que no representan a la Policía Nacional como institución.
En segundo lugar, no existe un equilibrio con respecto a la igualdad de fuerzas dentro de los procedimientos, esto se refleja en la extralimitación con el uso de sus armas y de su personal.
Por último, la ciudadanía ha denunciado la poca celeridad en las investigaciones en los casos de abuso presentados, que finalmente terminan en impunidad.
Así, es clara la necesidad inmediata de reformar la estructura de la institución: la formación de sus agentes, el establecimiento de límites reales dentro de su accionar, apropiarse de una perspectiva de género, y prevenir y atender oportunamente los casos de abuso policial.
CI JJ/ND/09/09/2020/19:20
Fuente:
https://kaosenlared.net/colombia-abuso-policial-casos-aislados/
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3. Tras una noche de pandemonio en Bogotá, voces reclaman reforma en Policía Nacional
© REUTERS / Luisa Gonzalez
Por Andrés Pachón
Los gritos de "¡asesinos, asesinos" y de "¡resistencia, resistencia!" contra la Policía, que no sonaban desde noviembre pasado en una serie de manifestaciones contra el Gobierno, volvieron a escucharse nuevamente en la noche del 9 de septiembre en Bogotá en medio de fuertes disturbios tras la muerte de un abogado en un nuevo caso de abuso policial.
La situación comenzó el 9 de septiembre en la tarde con una manifestación frente a la estación de policía del barrio Villa Luz, en el noroccidente de Bogotá, donde agentes habrían golpeado en la noche del martes (8) al abogado Javier Ordóñez, de 45 años, luego de que antes dos de ellos lo sometieron en la calle a descargas eléctricas con una pistola tipo Taser cuando caminaba con amigos para comprar licor.
Un video que muestra a Ordóñez en la calle, con dos policías abalanzados sobre él disparándole con una Taser mientras les pedía que no lo hicieran más, se hizo viral en redes sociales, donde los llamados a manifestarse crecieron como una bola de fuego en cuestión de horas hasta terminar en 26 protestas violentas en diferentes sectores de la capital.
"Lo que pasó anoche en Bogotá no solo es lamentable, es quizás una de las cosas más graves que hayan pasado en la ciudad. Anoche hubo uso indiscriminado de armas", aseguró la alcaldesa Claudia López al presentar un balance actualizado de la situación, en el que precisó que ocho personas murieron y 175 más resultaron heridas en las manifestaciones, 66 de ellas con arma de fuego.
Para López, tal cantidad de heridos por arma de fuego es algo absurdo que no se observaba "ni en un combate" en plena intensidad de conflicto armado en Colombia, a comienzos del año 2000, pero con el agravante de que anoche quedó en evidencia que tal cantidad de lesionados a bala obedeció al "uso indiscriminado de fuego de la Policía de Bogotá".
Reforma policial
La muerte de Ordóñez, sumada a los fallecidos y heridos que dejaron las protestas, suscitó el llamado de la oposición y de varios sectores ante el Gobierno para que se realice una reforma al interior de la Policía.
"La balacera de anoche de la Policía de Colombia contra jóvenes inermes fue un crimen de lesa humanidad. ¡Basta ya! Se requiere un cambio radical de ese organismo violador de derechos humanos", escribió en su cuenta de Twitter el senador de izquierda Iván Cepeda.
Mientras, el también senador Inti Asprilla, del partido Alianza Verde (centro-izquierda), compartió este día en redes sociales un proyecto de ley que prevé radicar pronto ante el Congreso "por medio del cual se dictan medidas para la prevención y sanción de los abusos en la actividad de policía".
Sin embargo, muy temprano en la mañana, durante una rueda de prensa televisada, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, salió en defensa de la institución y dijo que "los hechos violatorios de la ley en que puedan haber incurrido algunos uniformados, no pueden conducir a la estigmatización general (…) que algunos pretenden hacer de la Policía Nacional".
© REUTERS / LUISA GONZALEZ
Preguntado por los periodistas sobre una eventual reforma al interior de la Policía, Trujillo aseguró que la institución se encuentra en un proceso de fortalecimiento y mejora en en los procedimientos "para brindarle un mejor servicio a la ciudadanía",
Trujillo también señaló que hubo perfiles en Facebook y otras redes sociales que "están montando una campaña de desprestigio contra la institución", mientras que el general Gustavo Moreno, subdirector Policía Nacional y quien participó en la rueda de prensa con el ministro, sostuvo que desde 2017 ese organismo "se encuentra en medio de una transformación interna para brindar un mejor servicio a los ciudadanos".
Sin embargo, en la práctica dicha reforma no se observa, y hoy se cuentan por millones los colombianos que desconfían de sus policías, de quienes, dicen en redes, les tienen "miedo" y tildan de "asesinos".
¿Quién juzga?
El caso del abogado Ordóñez recordó el del joven Dilan Cruz, quien el 25 de noviembre de 2019 murió como consecuencia de un perdigón que dos días antes le fue disparado por un capitán del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía y que impactó en su cabeza en medio de una protesta en el centro de Bogotá, lo que a su vez generó revueltas.
© AP PHOTO / GREGORY BULL
El proceso fue asumido por la Justicia Penal Militar, ya que los hechos en los que resultó muerto el joven se dieron en el marco de un acto de servicio policial, pero la decisión no satisfizo a la parte civil y menos aún a los familiares de Dilan, quienes consideran aún que el caso debió ser abordado por la justicia ordinaria.
La situación parece que se puede repetir en el caso de los dos patrulleros que sometieron a Ordóñez con descargas eléctricas de la Taser, ya que el hecho también se produjo en medio de una acción policial, pero debido a la poca credibilidad que genera en los ciudadanos la justicia penal militar ya son varias las voces que piden que el caso sea competencia de la jurisdicción ordinaria.
"Un comportamiento policial abusivo y violatorio de los derechos humanos, con despliegue de fuerza contra los ciudadanos, rompe con la función de la Fuerza Pública. Los hechos conocidos no tienen conexidad con el servicio y la competencia para juzgarlos es de la justicia ordinaria", escribió el procurador General, Fernando Carrillo, en su cuenta de Twitter.
Mientras aún no es claro qué rama asumirá la competencia, Bogotá se alista para pasar una nueva noche tensa, pero que por ahora se observa libre de cualquier asomo del pandemonio que dejó 50 estaciones de Policía afectadas —22 de ellas incendiadas— en la víspera (9 de septiembre).
Fuente: