Un estudio en ratas sugiere que la exposición a microplásticos puede dañar la barrera hematoencefálica, inducir estrés oxidativo en el cerebro y dañar las neuronas. La exposición a microplásticos implicó la administración oral de polietileno de baja densidad (LDPE) suspendido en agua durante 3 y 6 semanas
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Vladimir Hedrih
psypost.org 21 de agosto de 2025
La investigación se publicó en Molecular Neurobiology .
Los microplásticos son diminutas partículas de plástico, generalmente de menos de 5 milímetros, que se originan en la descomposición de residuos plásticos más grandes o se fabrican intencionalmente para su uso en productos como cosméticos y abrasivos industriales. Estas partículas están ahora ampliamente distribuidas en océanos, ríos, suelo e incluso el aire, lo que dificulta su prevención.
Los microplásticos pueden ser ingeridos por la vida marina, las aves y otros animales, entrando en la cadena alimentaria y potencialmente representando riesgos para la salud humana. Estas partículas son altamente resistentes a la degradación natural y persisten en el medio ambiente durante décadas o incluso siglos. Entre las fuentes comunes se encuentran los plásticos de un solo uso, las fibras textiles sintéticas, el desgaste de neumáticos y los materiales de embalaje.
El autor del estudio, Ghasem Forutan, y sus colegas señalan que la contaminación del agua dulce es una vía importante de entrada de microplásticos al cuerpo humano. Las partículas microplásticas suspendidas en el agua son consumidas por organismos acuáticos, donde tienden a acumularse. Cuando los humanos ingieren estos organismos (por ejemplo, al consumir pescado), también ingieren los microplásticos acumulados. Sin embargo, los efectos de la ingestión de microplásticos en la salud humana siguen siendo poco conocidos.
Para explorar estos posibles efectos, los autores realizaron una serie de experimentos en ratas para examinar si la ingestión crónica de microplásticos afecta la salud cerebral. Se centraron en los efectos neurotóxicos, en particular la capacidad de los microplásticos para alterar la barrera hematoencefálica, generar estrés oxidativo y dañar las neuronas. La barrera hematoencefálica es una capa protectora de células que regula qué sustancias pueden pasar del torrente sanguíneo al tejido cerebral.
En sus experimentos, los investigadores utilizaron polietileno de baja densidad (LDPE), un tipo común de plástico. Una de las características clave de los microplásticos es su densidad. Los plásticos de mayor densidad, como el PVC (cloruro de polivinilo), tienden a hundirse en el agua y pueden ser ingeridos por especies que viven en el fondo. En cambio, los plásticos de baja densidad, como el LDPE, flotan en la superficie, lo que aumenta su probabilidad de ser consumidos por animales que se alimentan en la superficie. Estas partículas flotantes también pueden adsorber contaminantes tóxicos del medio ambiente, lo que podría servir como transportadores de sustancias nocivas en los tejidos biológicos.
Los experimentos se realizaron con 80 ratas Wistar macho, cada una de aproximadamente seis semanas de edad y con un peso promedio de 180 gramos al inicio del estudio. Las ratas se dividieron en cuatro grupos principales, que a su vez se subdividieron en subgrupos para análisis específicos, incluyendo evaluaciones del contenido hídrico cerebral, la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, marcadores bioquímicos e histopatología.
Se monitorizaron dos grupos durante tres semanas y dos durante seis semanas. En cada par, un grupo sirvió como control y recibió únicamente agua bidestilada mediante una sonda gástrica. Los grupos experimentales recibieron la misma agua, pero con partículas microplásticas de LDPE en suspensión de menos de 25 micrómetros de diámetro, en una dosis de 10 mg/kg de peso corporal al día. La administración por sonda gástrica consiste en administrar sustancias directamente al estómago mediante una aguja especializada que se inserta a través del esófago, lo que garantiza una dosificación constante y controlada.
Los resultados indicaron que la integridad de la barrera hematoencefálica se vio significativamente comprometida en las ratas expuestas a microplásticos de LDPE, tanto después de 3 como de 6 semanas de exposición. Estas ratas también presentaron un estrés oxidativo elevado, como lo demuestran los marcadores bioquímicos. Además, los niveles de factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína esencial para el crecimiento, la función y la supervivencia neuronal, se redujeron significativamente en el grupo de exposición de 6 semanas. Los análisis histológicos revelaron signos de daño neuronal, incluyendo contracción celular y necrosis, en las ratas expuestas a microplásticos.
Estos hallazgos demuestran que la exposición crónica a microplásticos de polietileno de baja densidad (MP) de LDPE deteriora la integridad de la barrera hematoencefálica (BHE), aumenta el estrés oxidativo e induce daño neuronal en ratas. Los resultados resaltan el potencial neurotóxico de los MP y enfatizan la necesidad de más investigación para abordar sus posibles riesgos para la salud, concluyeron los autores del estudio.
El estudio contribuye al conocimiento científico sobre los efectos en la salud de la ingesta de microplásticos de baja densidad. Sin embargo, cabe destacar que se realizó en ratas, no en humanos. Si bien las ratas y los humanos comparten muchas similitudes fisiológicas, siguen siendo especies muy diferentes. Los resultados en humanos podrían no ser idénticos.
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El artículo “ La exposición crónica a microplásticos induce deterioro de la barrera hematoencefálica, estrés oxidativo y daño neuronal en ratas ” fue escrito por Ghasem Forutan, Alireza Sarkaki, Reza Dehbandi, Samireh Ghafouri, Somayeh Hajipour y Yaghoob Farbood.
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