La otra epidemia que lleva años acosando a Colombia
El Coronavirus está lejos de ser el único peligro que acecha hoy a los colombianos
JOSE OCTAVIO CARDONA
Foto: Archivo Particular del Autor
Según proyecciones del censo del DANE, la población colombiana en 2020, corresponde a 50.372.424 de habitantes.
Actualmente el país tiene 3.216.000 personas desocupadas. Las que si bien no tienen empleo, si tienen necesidades básicas por atender, para ellos y sus familias.
A su vez, y por contraste, tenemos 21.545.000 personas ocupadas en actividades laborales (cifras a enero del 2020), lo que indica entonces que cerca de 29.000.000 de colombianos dependen económicamente de los 21.545.000 que producen económicamente para sus hogares.
Es necesario decir que de esos 21.545.000 ocupados, 9.046.000 ejercen actividades laborales o económicas por cuenta propia, lo que indica que ya tenemos un sector poblacional muy grande, que en medio de esta situación no cuenta con ingresos asegurados, pues al estar confinados en sus casas no tienen ingresos para subsistir, y con ello se afectan cerca de 15.000.000 millones de personas que dependen económicamente de este sector de la producción.
Aquí caben los profesionales que tienen un consultorio, una oficina, una firma. Pero también caben los que tienen una chaza, un carrito de dulces, los que manejan un taxi, etc.
Tanto los primeros, como los segundos, viven de lo que hacen, de lo que producen, lo que indica que al estar en sus casas no están produciendo, es decir que no están facturando y con ello habrá que decir que entonces no tienen ingresos.
Es posible que muchos médicos, odontólogos, contadores, etc, tengan algunos ahorros para sobre llevar la situación. ¿Pero será que el señor de la chaza, el estilista, el taxista, el artista de fines de semana, puede predicar lo propio?, mucho me temo que no.
Por eso el gobierno nacional debe propiciar soluciones urgentes para esta población, bien porque se sirva de las bases de datos del SISBEN para determinar las condiciones de pobreza y de marginalidad de un sector poblacional tan golpeado por la crisis, bien porque se sirva de los datos consignados en el último censo DANE, que por demás son recientes, o bien porque cruce datos con las cajas de compensación familiar que también ayudaría para focalizar recursos y brindar soluciones.
Otro dato que es necesario tener en cuenta es que en Colombia tenemos un número muy alto de empleados particulares, los que en total son 8.617.000, es decir, que el 40 % de los trabajadores u ocupados del país, a diferencia de los particulares que tienen ingresos propios, estos tienen asegurado un ingreso que a su vez depende de unas empresas, firmas, fabricas, hoteles, clínicas, hospitales, fincas, talleres, oficinas privadas, etc., lo que daría cierta tranquilidad. Pero no hay tal, pues resulta que esas fábricas, talleres, empresas, firmas, factorías, etc, están cerradas.
Incluso habría que pensar que aquí, donde hablamos de trabajadores particulares, habría que sumar los trabajadores domésticos que en total suman 764.000, los que también, por ser dependientes, cuentan con un ingreso fijo.
Aunque muchos empresarios del país han anunciado el pago puntual de las nóminas de sus empleados o trabajadores, lo cual es plausible y destacable, lamentablemente no todas tienen el musculo financiero para sostener esa proeza.
En escasos 8 días, exactamente el próximo martes, las empresas deben pagar nóminas y seguridad social, lo cual deben cumplir justamente 11 días después de estar cerradas y con los trabajadores en sus casas cumpliendo los decretos municipales, departamentales y nacionales.
¿Cuántas empresas podrán cumplir con el pago de sus nóminas?
¿Cuánto tiempo podrán cumplir con las obligaciones laborales?
¿Cómo van a cumplir las obligaciones labores y las obligaciones crediticias?
¿Cómo van a cumplir con asuntos asociados, como el pago de arrendamientos?
¿Cómo van a cumplir con los tributos municipales, predial e industria y comercio?
En abril hay que dar dotaciones a los empleados de las empresas, ¿cómo se va a cumplir la norma?
Estos interrogantes tienen un propósito, lograr que el gobierno entienda que no todas las empresa van a poder cumplir las obligaciones laborales con sus trabajadores, y entonces ahí, justamente ahí, empezará la epidemia económica, pues una cosa es estar en la casa confinado con la familia en condiciones dignas, comida, servicios públicos, arriendo al día, etc. Y otra bien diferente es estar en medio de las dificultades, sin alimentos, con arrendadores reclamando, con pensiones de colegio pendientes.
Como se puede ver, el panorama no es tan alentador como quisiéramos, pues si bien hay que señalar que se ven muchos esfuerzos en lo referido a la salud, los que sin lugar a dudas son necesarios y urgentes, habrá que decir que en lo económico también se necesitan medidas urgentes, pues de no hacerlo, un porcentaje muy alto de la población laboralmente activa estará sin ingresos en poco tiempo y ello conllevará a que sus hogares tengan carencias de elementos básicos de primera necesidad.
El gobierno nacional está en la obligación de salir al rescate de la mano de obra laboral del país, donde se destacan los independientes, así como las pequeñas y medianas empresas que carecen de musculo financiero para sostener nóminas en épocas de cierre, por eso se hace necesario que se tomen medidas en favor de los independientes, tales como la fijación de un mínimo vital, mientras pasamos la crisis, y en favor de las empresas mediante créditos que les permitan atender las nóminas, los cuales pueden ser otorgados con tasas compensadas o subsidiadas.
El gobierno no ha sido establecido solo para recibir tributos y recursos, también existe para atender a sus gobernados en épocas tan difíciles como esta.
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