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CARLOS GAVIRIA DIAZ, UN MAESTRO EJEMPLO DE PATRIOTA, COHERENCIA, DECENCIA Y DIGNIDAD POLÍTICA

HOMENAJE
Falleció a los 77 años de edad

Murió el exmagistrado Carlos Gaviria Díaz

El excandidato presidencial estaba hospitalizado desde hace tres semanas en la Fundación Santa Fe.



Redacción Política




El exmagistrado de la Corte Constitucional, Carlos Gaviria, falleció este martes en laFundación Santa Fe, donde permaneció hospitalizado desde hace más de una semana por una fuerte afección respiratoria.

En el momento de su muerte, el jurista, de 77 años, se encontraba acompañado de sus familiares.

El político fue candidato presidencial en 2006, también fue presidente del Polo Democrático y de la Corte Constitucional.

El presidente de la República, Juan Manuel Santos, lamentó la muerte de Carlos Gaviria a quien calificó de "Gran jurista y colombiano" y como una enorme pérdida para el país. "Condolencias para sus familiares".

A su vez desde distintas bancadas expresaron sus condolencias a la familia de Gaviria. El presidente del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, publicó en su cuenta en Twitter: "Lamento la muerte del Dr, Carlos Gaviria Díaz. Un jurista de profundas convicciones democráticas. Sentido pésame a su familia y amigos". 

El senador del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo, resaltó la labor del exmagistrado: "Falleció Carlos Gaviria. Un colombiano que dejó profunda huella. Marca de patriota y de demócrata. Ejemplo de coherencia. Abrazo a su familia".


Carlos Gaviria o el testimonio de la decencia y la dignidad en la política

Rodolfo Arango

A la edad de 77 años falleció este martes 31 de marzo en Bogotá el maestro Carlos Gaviria Díaz, uno de los principales referentes de la izquierda colombiana al comenzar el siglo XXI, como consecuencia de una fuerte afección respiratoria, por lo cual había sido internado en la Fundación Santa Fe.

El Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático Alternativo, su presidenta, Clara López Obregón; el secretario general, Gustavo Triana Suárez; la bancada de congresistas, diputados y concejales de esta colectividad en todo el país, al lamentar su sensible fallecimiento, resaltaron las eximias calidades humanas, profesionales y políticas del maestro Carlos Gaviria.

La presidenta del Polo, Clara López sostuvo que la fecunda vida de Gaviria es testimonio de coherencia con sus convicciones y ejemplo de rectitud, habida cuenta que durante su rica trayectoria como juez, docente universitario, magistrado, congresista y dirigente político, dio muestras de sobra de dignidad y compromiso con los supremos valores de la ética, la democracia, la defensa de los derechos humanos, el pluralismo y la apertura de espacios ciudadanos para avanzar en una Colombia en paz, sustentada en la decencia, como fue el lema de su última campaña política.

Para Colombia, para la izquierda del país y particularmente para el Polo Democrático Alternativo, que lo tuvo como a uno de sus fundadores y candidato presidencial en 2006, su fallecimiento deja un profundo vacío por el liderazgo y la magistratura intelectual, moral y política que ejercía.

Al lamentar profundamente su partida, el Polo Democrático hace llegar su sentida expresión de condolencia y su saludo de solidaridad a su esposa María Cristina, a sus hijos, familiares y allegados.

La constante búsqueda del conocimiento

Como bien lo describió el destacado periodista Fernado Garavito en una nota publicada en El Espectador de Bogotá en el año 2000, “en Carlos Gaviria juega un intuitivo proceso de selección natural de las ideas, de aciertos, de seguridades, de pequeñas -y también de enormes- sabidurías”.

Porque Gaviria fue un espíritu auténticamente dialéctico, “de una desconcertante disciplina intelectual, de un discurso con el rigor que tenía el de los viejos patricios, fundamentado sobre silencios y lecturas, sobre afirmaciones e iluminaciones. En Gaviria juega un luminoso e intuitivo proceso de selección natural de las ideas, de aciertos cuando se trata de escoger un camino preciso. Si se quisiera hacer su biografía sería secundario decir que nació en Sopetrán el 8 de mayo de 1937 y que es abogado de la Universidad de Antioquia, y que fue juez en Rionegro durante un año (del 12 de enero de 1962 al 12 de enero de 1963 para cumplir, sin un minuto más, sin un minuto menos, con la obligación de la judicatura), y que practicó el derecho y fue defensor en consejos de guerra de estudiantes y de sindicados de delitos políticos, y que luego fue maestro (que no es lo mismo que ser profesor) universitario, y que fue magistrado de la Corte Constitucional”

Entre los diversos autores que tuvo como referentes intelectuales destacan Kelsen, Wittgenstein, Spengler, Kant, Borges, de quienes aprendió el rigor y la obsesión por la claridad con que confrontaba cada día su acción y su pensamiento.

En la Universidad de Harvard cursó su maestría en derecho y ejerció por varios años la docencia en la Universidad de Antioquia, donde se desempeñó además como decano de su facultad.

También se destacó como activista y defensor de derechos humanos, lo que le obligo a salir del país, debiendo exiliarse en Argentina en 1987.

Fue magistrado de la Corte Constitucional entre 1993 y 2001, y presidente del mismo tribunal en el año 1996. Al terminar su periodo de magistrado ingresó a la actividad política, logrando una curul en el senado en 2002 con una importante votación que superó los 150 mil votos. Fue un decidido impulsor de la fundación del Polo Democrático Alternativo y en 2006 disputó la Presidencia de la República, obteniendo un contundente respaldo de dos millones 600 mil votos, el máximo guarismo electoral que ha logrado la izquierda en Colombia.

Durante su fructífera vida, Carlos Gaviria estuvo siempre inmerso en la búsqueda del conocimiento, tratando de descifrar a un país de las complejidades como Colombia, no solo a través de sus clases en las aulas universitarias, como bien lo describió Garavito, “(que alguna vez fueron de Teoría general del delito y luego de Introducción del Derecho, y que después pasaron a ser de Teoría general del Estado y de Filosofía del Derecho), sino en su pasión por el problema humano, en el recuerdo persistente de sus cursos de Harvard (de Iuris Prudens, con Lon L. Fuller, y de Teoría Política, con Karl J. Friederich), en su convicción de que la política es el arte de ver claro, “claridad que debería habilitarlo a uno para la acción”, en su adhesión al maravilloso ideal anarquista de la inutilidad de un gobierno, en sus ponencias esenciales que enseñan comportamientos a un país sin norte alguno: sobre la eutanasia, sobre la despenalización del consumos de dosis mínima de droga, sobre las jurisdicciones indígenas que obligan a respetar la autonomía de grupos étnicos que no comparten la cultura hegemónica, en su salvamento de voto en torno a la prohibición del castigo a los niños (“no podemos entender que en Colombia la violencia sirve inclusive para educar”), y en la iluminada seguridad como acepta que él es un humanista, tal vez un romántico convencido de que Bertrand Rusell tenía una enorme razón cuando comenzó sus memorias con una sentencia categórica: ‘Tres pasiones simples pero abrumadoramente fuertes han gobernado mi vida: el ansia de amar, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad’”.

Carlos Gaviria Díaz: un Maestro



Rodolfo Arango 

El país habría sido otro si Carlos Gaviria Díaz hubiera ganado las elecciones de 2006. A veces un pueblo aprende más por lo que pierde que por lo que gana.

Personas muy cuestionables no habrían llegado a la Corte Constitucional para luego sumirla en el mayor de los desprestigios. Tampoco los falsos positivos o el rastro de sangre y sufrimiento habrían tenido el camino expedito si la dirección del Estado hubiere estado en manos de quien es hoy conciencia ética para la Nación.

Carlos Gaviria ha sido a lo largo de su vida un maestro a carta cabal. Insaciable en su sed de conocimiento, presto siempre al asombro y dedicado a la búsqueda del equilibrio entre lo verdadero, lo bueno y lo bello. Su autenticidad y generosidad ha hecho de él un ejemplo de virtud para las actuales y nuevas generaciones. Mito o logos, ese libro que nos regaló no hace mucho, es testimonio de sabiduría. No en vano Platón ha estado a la cabeza de su santoral.

En estos momentos de decadencia y desconcierto de la república por el extendido fenómeno de la corrupción, los medios de comunicación han hallado en el exmagistrado filósofo un referente moral. La negación de la ética por algunos contrasta con una vida dedicada a su práctica. La ética, como dice Carlos Gaviria parafraseando al autor del Tractatus, no se enseña, se muestra. Primero entre sus pares, su sabiduría trasciende en una jurisprudencia que dignifica la justicia y demuestra los verdaderos frutos de una inteligencia dedicada al bien de la comunidad.

Un hombre admirable, excelso, pleno. Eso ha sido siempre nuestro filósofo del derecho de la Universidad de Antioquia. Fiel a sus convicciones y a la defensa de la autonomía, fundamento de la dignidad humana. No temer a la libertad, al disenso y al aprendizaje dialéctico, indispensables para la democracia. La búsqueda de respuestas al malestar de nuestra sociedad queda inmortalizada en un video que todos pueden consultar en la web (https://vimeo.com/122013684).

Si debo resaltar una de las muchas cualidades de Carlos Gaviria es la de ser un formador de carácter. Heterodoxo, agnóstico, presto al asombro, nos enseña a ser generoso con quienes sinceramente buscan entender y hacer el bien a los demás. No pocos ataques, desplantes y rechazos ha recibido quien con valor decidió luchas contra la desigualdad, la exclusión y la injusticia, desafiando las estructuras de poder social y político, para liberar con su ejemplo las ataduras del miedo y de la servidumbre. Nada en vano. Quizás es el costo a pagar para alumbrar la senda a actuales y futuras generaciones.

Un verdadero liderazgo que ilumine en momentos de incertidumbre exige una cabeza bien puesta. Arriesgarse, mojarse, embarrarse al descender de las cumbres universitarias a las Cortes y de ellas a la política para reconducirla de nuevo a sus orígenes, no desdice sino que enaltece una existencia humana. En ese camino los principios del buen discernimiento según Kant, recordado periódicamente por Carlos, son guía indispensable: 1) pensar por uno mismo; 2) pensar poniéndose en el lugar del otro; 3) pensar siempre en concordancia con uno mismo. Cuando el mandatario o magistrado carece de criterio, pocos motivos existen para la esperanza. Cuando el buen juicio lo acompaña, puede confiar en el porvenir la república.

Rodolfo Arango
El Espectador, Bogotá.
http://www.elespectador.com/opinion/carlos-gaviria-diaz-un-maestro


Un hombre que luchó contra las tinieblas


A pesar de las amenazas, señalamientos, seguimientos e interceptaciones ilegales, el exmagistrado nunca abandonó su vocación. *Por Jorge Cote, periodista de SEMANA

 
Carlos Gaviria Díaz. Foto: Archivo SEMANA

Es un milagro que Carlos Gaviria muriera de viejo, rodeado de su familia, y no asesinado por las balas de los paramilitares y grupos de extrema derecha que han sembrado el terror en el país. Desde cuando inició en la década de los 80 la defensa de los derechos humanos en Colombia hasta los últimos años de su vida, este hombre de barba y cabello blancos fue objeto de todo tipo de acciones que pusieron en riesgo su vida.

En Colombia defender los derechos humanos se convirtió en una actividad de alto riesgo que puede llevar a los activistas a la muerte, todo porque ciertos sectores del país consideran que el respeto a la vida y demás derechos fundamentales son ideas de izquierda que atentan contra los valores y tradiciones de la sociedad colombiana. Y eso lo supo Carlos Gaviria en 1987 cuando las recién creadas autodefensas formadas por Carlos Castaño iniciaron un exterminio de toda persona que congeniara con la izquierda y defendiera los derechos humanos.

Por medio de una lista, difundida principalmente en Medellín, en la que aparecían 34 de defensores de derechos humanos, políticos de izquierda, periodistas, músicos y actores como Héctor Abad Gómez, Jaime Borrero Ramírez, Alberto Aguirre y otros, Castaño les comunicaba que debían salir del país si no querían ser asesinados. Aunque Gaviria, de 48 años, nunca apareció en la lista, sí empezó a recibir “múltiples llamadas telefónicas y cartas en las que se le conminaba a salir del país lo más pronto posible”, como lo informó una edición de SEMANA de la época.

Luego de la aparición de la lista, el 25 de agosto de ese año cayeron bajo las balas de sicarios Luis Felipe Vélez Herrera, presidente de la Asociación de Institutores de Antioquia y organizador de la Jornada Nacional por la Vida que se había realizado días antes; Héctor Abad Gómez, presidente del Comité por la Defensa de los Derechos Humanos de Medellín y gran amigo de Gaviria, y Leonardo Betancur Taborda, médico y miembro del Comité.

Gaviria sabía que él era el siguiente en morir, pues para la época era vicepresidente del Comité, organización que estaba bajo la mira de los paramilitares, y decidió viajar a Argentina, donde estuvo exiliado dos años. Sus últimas palabras antes de salir del país fueron: “El mejor homenaje que hoy podemos rendir a nuestros compañeros caídos es decirles que la bandera no será arriada ni un instante, que seguimos en esta exasperante lucha contra las tinieblas”, como lo recuerda el periodista Jorge Cardona en su libroDías de Memoria.

Precisamente esa lucha contra las tinieblas y a favor de los derechos humanos es el gran legado que nos deja Carlos Gaviria. Un hombre que desde la cátedra, la Corte Constitucional, el Senado y el proselitismo político difundió el liberalismo filosófico. En el Comité por la Defensa de los Derechos Humanos de Medellín defendió el derecho a la vida de disidentes políticos que por esa época eran asesinados por los paramilitares y perseguidos por algunos sectores del Estado y buscó que esos crímenes no quedaran en la impunidad.

Pero no sólo luchó contra los grupos paramilitares que querían (o quieren) implantar a sangre y fuego un modelo de sociedad autoritario. Como magistrado de la Corte Constitucional protegió a las minorías étnicas y culturales de sectores conservadores que aunque no sea a punta de bala, quieren mantener el ordenamiento jurídico excluyente.

Se enfrentó a gigantes económicos para preservar la cultura de pueblos ancestrales, como sucedió en la sentencia T-652 del '98 en la que tutelaba el derecho a la supervivencia de los emberá-katío del alto Sinú y obligaba a los constructores de la hidroeléctrica de Urrá I a suspender el llenado del embalse hasta que no solucionaran los perjuicios que le habían causado a esa comunidad.

Defendió en la Corte la idea de que la “homosexualidad no era un lastre moral, pues el comportamiento recto o desviado de una persona nada tenía que ver con sus preferencias sexuales”. Incluso en su célebre ponencia C-221 de 1994 que despenalizó el consumo de la dosis mínima de droga, Gaviria consideró al drogadicto no un criminal sino un sujeto con derechos.

Tal era el compromiso de Gaviria con la construcción de una sociedad libertaria y democrática, en donde se respetaran los derechos humanos, que una vez terminó su período en la Corte Constitucional, ingresó al mundo de la política en el que enfrentó al uribismo, ese fenómeno que embelesó a buena parte de los colombianos y que Gaviria consideraba autoritario y despótico.

Aunque su muerte puede entristecer los corazones de sus seguidores, también hay que alegrarse porque ese defensor de los derechos humanos logró sobrevivir a la época trágica de finales de los 80 y así contribuir a la construcción de una sociedad más justa, democrática e incluyente.

*Por Jorge Cote, periodista de SEMANA

http://www.semana.com/nacion/articulo/carlos-gaviria-un-hombre-que-lucho-contra-las-autodefensas-defendio-los-derechos-humanos/422784-3

3 ponencias de Carlos Gaviria que acercaron la Constitución y la ley a la gente común

Fue magistrado de la primera Corte Constitucional y estas, convertidas en sentencias, le hicieron ganar el calificativo de ‘progresista’.

www.youtube.com

Gaviria también aprobó otras sentencias, con ponencias de sus colegas, que tenían la misma orientación.

1. Despenalización del consumo de la dosis personal (1994)

Declaró inexequbles artículos de la Ley 30 de 1986, que establecía sanciones para quienes portaran dosis mínima de droga permitida.

En su ponencia, Gaviria dice que considerar a la persona como autónoma tiene sus consecuencias inevitables e inexorables, "y la primera y más importante de todas consiste en que los asuntos que sólo a la persona atañen, sólo por ella deben ser decididos. Decidir por ella es arrebatarle brutalmente su condición ética, reducirla a la condición de objeto, cosificarla, convertirla en medio para los fines que por fuera de ella se eligen".

En conclusión, para Gaviria:

Cuando el Estado resuelve reconocer la autonomía de la persona, lo que ha decidido, ni más ni menos, es constatar el ámbito que le corresponde como sujeto ético: dejarla que decida sobre lo más radicalmente humano, sobre lo bueno y lo malo, sobre el sentido de su existencia".

Pero fue más allá y sostuvo que el hecho de que las personas sean libres y autónomas para elegir su forma de vida mientras ésta no interfiera con la autonomía de las otras, "es parte vital del interés común en una sociedad personalista, como la que ha pretendido configurar la Carta Política que hoy nos rige".

Con base en esos argumentos, Gaviria sentencia:

Si el derecho al libre desarrollo de la personalidad tiene algún sentido dentro de nuestro sistema, es preciso concluir que, por las razones anotadas, las normas que hacen del consumo de droga un delito, son claramente inconstitucionales”.

2. La eutanasia (1997)

Eliminó la responsabilidad penal en casos de homicidio por piedad, cuando concurre la voluntad del enfermo terminal.

En la sentencia se declara exequible el artículo 326 del decreto 100 de 1980 (Código Penal), “con la advertencia de que en el caso de los enfermos terminales en que concurra la voluntad libre del sujeto pasivo del acto, no podrá derivarse responsabilidad para el médico autor, pues la conducta está justificada”.

En la misma sentencia, la Corte exhortó al Congreso a reglamentar la muerte digna.DEJE AQUÍ SUCOMENTARIO

“Para ese entonces, solamente el estado de Oregon, en los Estados Unidos, había dado pasos en ese sentido, y posteriormente lo harían países como Holanda y Bélgica. En la actualidad, muchos otros se encuentran en el proceso”, dice una columna de opinión publicada en El Espectador.

3. Derechos pensionales de las mujeres (1994)

Una menor edad de jubilación para las mujeres no va en contra del principio de igualdad entre los sexos consagrado en la Constitución, estableció la Corte Constitucional.

En su ponencia, Carlos Gaviria expuso los siguientes elementos de juicio que explican por qué los papeles que la tradición asignó a cada uno de los sexos se erigían en el mayor obstáculo de las mujeres en el camino hacia la “igualdad sustancial” y ayudaban a comprender que “a más de las diferencias biológicas inmutables entre los miembros de uno y otro sexo, en especial la relativa a la maternidad que es un proceso natural, existen otras de índole social que configuran discriminaciones basadas en el sexo”:
  • La realización de labores productivas secundarias y mal remuneradas
  • El monopolio del trabajo doméstico, asumido con exclusividad y sin el apoyo indispensable
  • La escasa valoración social y el desconocimiento de las labores del ama de casa que no son consideradas trabajo
  • La inexistencia de tiempo libre ligada a una jornada laboral larga
  • El impacto negativo de estos factores sobre la salud física y mental de la mujer
Eso le permitió concluir:

Mujeres y hombres conforman grupos cuya condición es distinta, pues es un hecho incontrovertible que nuestra sociedad deslinda con claridad los papeles y funciones que cumplen unas y otros”.

También aseguró que “la previsión de una edad diferente, menor en la mujer, para acceder a la pensión de vejez y a la pensión sanción, así como para otros efectos pensionales, es una medida que precisamente, toma en consideración fenómenos sociales anómalos con un indudable propósito corrector o compensador que se acomoda muy bien a la normativa constitucional que lejos de ser contrariada resulta realizada”.

“En suma, la Corte Constitucional considera que la diferencia de edad pensional que favorece a las mujeres es una fórmula de discriminaciòn positiva y no atenta contra la igualdad de los sexos”, dice el documento ‘Los sistemas de pensiones en América Latina: un análisis de género’.

http://www.pulzo.com/nacion/317506-3-ponencias-de-carlos-gaviria-que-acercaron-la-constitucion-y-la-ley-la-gente-comun

De catedrático receloso a magistrado reformador

Las tesis defendidas en la Corte Constitucional, enfocadas en los derechos humanos, le dieron amplio reconocimiento a Carlos Gaviria.

 
Carlos Gaviria Díaz. Foto: Archivo SEMANA

Cuando se gestaba el movimiento de la séptima papeleta para reformar la Constitución de 1886, el entonces vicerrector de la Universidad de Antioquia, Carlos Gaviria Díaz, era uno de sus contradictores.

Para él era inútil modificar la Carta, pues con un poco de voluntad política se podía dar vigencia a muchas normas constitucionales que sólo estaban en el papel. Pero la vida da muchas vueltas y en 1993 Carlos Gaviria se convirtió en el nuevo presidente de la Corte Constitucional, el organismo creado para salvaguardar la Carta Política de 1991.

Por esa contradicción, a primera vista parecería que Gaviria fuera uno de tantos oportunistas que abundan en Colombia en las épocas de crisis. Pero no. Su cambio de opinión es una de las cosas que más admiran quienes trabajaron con él. No es fácil que una persona que en ese momento alcanzaba los 60 años admitiera que estaba equivocado.

“Paulatinamente me fui dando cuenta de que la actual Constitución, que algunos dicen que es extensa, contradictoria y hasta mal escrita en algunos apartes, le llega mucho más al pueblo que la aparentemente breve y perfecta de 1886”, dijo Gaviria.

Lo cierto es que desde cuando fue nombrado magistrado de la Corte Constitucional en 1993, Gaviria demostró ser una de las personas que mejor conocían la nueva Constitución. Por eso en su momento no fue exagerado decir que si se reunían todos los constituyentes y tuvieran que elegir al presidente de la Corte, la mayoría se inclinaría por Carlos Gaviria.

Este abogado nacido en 1937, en Sopetrán, Antioquia, especializado en la Universidad de Harvard en jurisprudencia y teoría política, fue considerado uno de los magistrados de mayor avanzada de ese organismo. Gaviria entendió que la actual Carta es una de las más evolucionadas del mundo en lo que a derechos fundamentales se refiere. Pero creía que para cubrir ese campo se necesitan jueces que hagan prevalecer la realidad sobre el derecho.

Hay quienes le criticaron a Gaviria que era demasiado objetivo y analítico al tratar un tema. Pero eso, antes de ser un defecto, fue su mayor cualidad -que muchos terminaron aplaudiendo-, ya que ostentaba una condición de juez, una persona que toma decisiones que afectan a los demás.

Como magistrado, Gaviria libró varias batallas. La más reconocida fue la ponencia que al final permitió la aprobación de la dosis personal para el consumo de marihuana y cocaína. “Hay que ser comprensivos con las personas que consumen los estupefacientes”, le dijo Gaviria a Semana.com en diciembre del 2014.

Sus tesis políticas también fueron expuestas en la ponencia que buscaba la legalización de la eutanasia. Ante la urgencia en el tema, el entonces magistrado Gaviria presentó en 1997 una ponencia que fue aprobada por la mayoría de magistrados de la Corte Constitucional.

La misma permitió que la eutanasia fuera considerada una alternativa para quienes se encuentren en el estado terminal de una enfermedad y deseen morir voluntariamente. En el fallo se le solicitó al Congreso regular el tema de manera pronta. A la fecha y tras varios intentos, el Legislativo no ha reglamentado la llamada muerte digna.

El derecho al aborto fue otro de los temas que defendió el exmagistrado. Gaviria avaló y votó a favor de una ponencia en la que se declaró exequible el artículo 345 del Código Penal.

En el 2011 y en pleno debate por el intento de referendo de los integrantes del Partido Conservador de penalizar el aborto, Gaviria se convirtió en un abanderado en la defensa para mantener la despenalización en los tres casos. “Es un recorte de la autonomía del individuo” de decidir sobre su vida. “Es inconcebible dentro de la Constitución”, le dijo a SEMANA.

Los amigos, alumnos y colegas reconocieron en Gaviria a un hombre con ideas liberales que no se quedaron en el discurso, ya que fueron plasmadas en sus ponencias y en las votaciones en temas que afectaban las libertades de los ciudadanos.

http://www.semana.com/nacion/articulo/murio-carlos-gaviria-el-reformador-de-la-constitucion-magistrado-de-la-corte-constitucional/422782-3

El candidato presidencial que no perdió

Se enfrentó a Álvaro Uribe en las elecciones del 2006 y, si bien no llegó a la Casa de Nariño, logró la mayor votación de la izquierda en su historia.

 
Carlos Gaviria Díaz. Foto: Archivo SEMANA

En abril del 2006 dos nombres ocupaban las primeras páginas de los periódicos y los titulares de los noticieros de televisión y radio: Álvaro Uribe Vélez y Carlos Gaviria Díaz.

Los dos eran viejos conocidos y desde orillas opuestas competían por la Presidencia del país. Uribe quería reelegirse y mantener la seguridad democrática. Gaviria aspiraba a ser el primer presidente de una izquierda rejuvenecida que le apuntaba al diálogo con las guerrillas. 

Durante el proceso electoral, el favoritismo del presidente Álvaro Uribe marcó la agenda electoral. Sin embargo, el exmagistrado y exsenador le puso picante a la campaña, ya que se convirtió en la sorpresa. Su nombre caló entre los jóvenes y algunos escépticos a la política electoral que decidieron apoyarlo al ver una imagen fresca que fue capaz de jugársela en la Corte Constitucional por un tema polémico como la aprobación de la dosis mínima del consumo de drogas. 

Antes de enfrentarse a Uribe en las urnas, Gaviria tuvo que derrotar con 1,1 millones de votos a Antonio Navarro en una consulta interna celebrada el 12 de marzo del 2006, en la que participaron todas las tendencias de izquierda. Allí su nombre tomó fuerza en momentos en que ese partido era para muchos la alternativa dentro de las colectividades tradicionales. 

Aunque en su momento fue señalado como ‘radical’ por algunas de sus ponencias como magistrado y por la trayectoria de algunos de los partidos que lo apoyaron, Gaviria era, por el contrario, un conciliador amante del diálogo. No le obsesionaba el poder y era criticado incluso por falta de ganas para ganar.

De la mano de Carlos Gaviria la izquierda obtuvo algunos de sus mayores triunfos. En las elecciones presidenciales del 2006, este hombre de frases célebres y andar pausado obtuvo 2,6 millones de votos. A pesar de que el Polo no alcanzó su objetivo al perder la Presidencia de la República, este abogado se convirtió en una celebridad dentro de la militancia.

Todos querían una foto o estrechar la mano del jefe político que en su pensar había convertido a la izquierda en la segunda fuerza política en el país. A él se le celebraba además el haber mantenido unido al naciente Polo Democrático. 

Unos años atrás ya Gaviria había obtenido otro triunfo. En las elecciones al Congreso del 2002, este antioqueño, quien fue juez promiscuo de Rionegro y profesor de Derecho, alcanzó sin maquinaria política la quinta votación más alta para llegar al Senado. En esa oportunidad obtuvo 115.000 votos, por debajo de viejos caciques electorales.

Gaviria intentó repetir en el 2010 la hazaña lograda en las elecciones presidenciales del 2006, pero perdió la consulta frente al entonces exsenador Gustavo Petro, quien lo acusó de no tener una postura fuerte frente a las FARC.

Durante los últimos años de su vida Carlos Gaviria estuvo dedicado a acompañar a los candidatos del Polo Democrático. Lo hizo en las elecciones presidenciales del 2014, cuando entregó el respaldo a Clara López, a quien acompañó a varias correrías. En ese momento se le veía activo y lúcido.

Luego la imagen del exmagistrado desapareció, aunque era frecuentemente consultado por los medios de comunicación. Gaviria cumplió su palabra y decidió retirarse de la política electoral y se dedicó a la lectura, una de sus pasiones.

http://www.semana.com/nacion/articulo/murio-carlos-gaviria-diaz-el-candidato-que-se-enfrento-alvaro-uribe/422780-3

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