To Die For: la venganza de Gus Van Sant
Siempre polémico, a veces clásico y comercial, Gus Van Sant nunca deja indiferente a nadie. Allá por el año 93 fue vapuleado por la crítica y los mass media en general por su adaptación de la novela de Tom Robbins “Even Cowgirls get the Blues”, protagonizada por Uma Thurman. Hasta ese momento su carrera no hacía más que crecer siempre desde los circuitos alternativos y de Cine independiente con “Mi Idaho privado” o “Mala noche”. Pero como ya dije, la malentendida comedia que hizo por aquel entonces estuvo a punto de hundir su carrera de forma estrepitosa. Así que, dos años después Van Sant volvía para dar guerra con “To Die For” (me niego a escribir su estúpida traducción) y de paso vengarse de todos aquellos que quisieron hundirle desde los medios de comunicación. Y vaya si lo consiguió.
Suzanne Stone es una bella mujer que sueña con triunfar en la televisión. Casada con un italoamericano que hereda el restaurante de su padre, Suzanne comienza a trabajar como mujer del tiempo en una televisión local y de paso aprovecha para hacer un documental sobre la opinión de los adolescentes. Pero su ambición es desmesurada y cuando su marido le insinúa que deje la televisión, ella comienza a maquinar un plan para quitárselo de en medio.
Narrada en forma de documental, reportaje televisivo y melodrama ficticio, “To Die For” es todo un ejercicio de estilo que sorprende por su hábil mezcla de innovación y sobriedad. Van Sant demuestra manejar con pericia la cámara y establecer una mordaz crítica llena de veracidad al mundo de la fama y a todos aquellos que aspiran a ella destruyendo a los demás. No deja títere con cabeza el americano en todo el relato paseando a través de la personalidad de esta “femme fatale” que hará absolutamente de todo por triunfar en la televisión porque como ella dice: “si al hacer algo nadie te ve, ¿de qué sirve?”. Hay mucho de macabro en esta película y no es de extrañar que en su partitura se encuentre Danny Elfman, habitual colaborador del tenebroso (e irregular) Tim Burton, que entiende a la perfección el espíritu que el director quiere darle a su pequeña venganza en forma de film.
Me acordé durante su visionado de la obra maestra de Mankiewicz “All about Eve” y es que son muchas las líneas paralelas que se trazan al comparar ambas películas. Se podría decir que estamos ante la actualización (más personal y atrevida, más moderna y desinhibida y a su vez subjetiva) del filme clásico por parte de Van Sant, siempre visto desde su personal mundo en el que destacan los adolescentes inadaptados (aquí representados por un genial Joaquin Phoenix y un limitado Cassey Affleck) y faltos de comunicación. Si bien en la cinta de Mankievizc el personaje de Anne Baxter era mucho más ambiguo y sugerido, dando lugar a equívocos y sospechas; la Suzanne de Nicole Kidman (casi lo mejor de la película) es pura evidencia y morbosidad, maldad en estado puro. La australiana está quizá ante uno de sus mejores papeles, llenando la pantalla cada vez que aparece y aportando a su personaje una evolución tan perversa que asusta.
Una buena película que si bien adolece de ciertas concesiones y elementos cogidos por los pelos en cuanto al desarrollo de los acontecimientos, se convierte en un ejercicio poderoso y satírico sobre la televisión y el poder de los que la controlan. Muy divertida, reflexiva y ácida. Ojo al Cameo, casi al final, del gran David Cronenberg en una secuencia portentosa y bastante macabra. En fin, una muestra del talento de Van Sant, que a veces nos da mucho y otras nos quita aunque no se le puede negar nunca el valor y el coraje que demuestra a la hora de emprender sus proyectos.