Unos investigadores podrían haber encontrado la molécula que pudo haber sido el origen de toda la vida en la Tierra
“Ahora tenemos, me atrevería a decir, la prueba más sólida hasta ahora de esta herencia molecular directa desde la nube fría hasta las rocas reales del Sistema Solar”.
Según afirman estos expertos, ahora está flotando en una nube interestelar.
Por Darren Orf
03/11/2024
Foto:iStock en: https://imagenes.eltiempo.com
Entre los elementos más importantes de la tabla periódica, pocos pueden compararse con el número atómico 6: el carbono. Seguramente habrás oído que los componentes básicos de toda forma de vida, desde un mísero microbio hasta una maravillosa ballena, proceden del carbono. Y es cierto, pero aún no se sabe qué trajo todo ese carbono a la Tierra.
Investigadores del MIT y de la Universidad de Columbia Británica han detectado una abundancia de pireno -que pertenece a una categoría de moléculas que contienen carbono conocida como hidrocarburo aromático policíclico (HAP) y que se cree que contiene hasta el 25 por ciento de todo el carbono del espacio- en una región de formación estelar de la nube molecular Taurus conocida como TMC-1. El equipo se inspiró en el descubrimiento de pireno en la muestra del asteroide Ryugu (recogida por la Agencia Espacial Japonesa JAXA y devuelta por la nave espacial Hayabusa2 en 2020), y decidió utilizar la capacidad de observación de espectros del telescopio Green Bank (GBT) de Virginia Occidental para buscar indicios de pireno más allá de nuestro Sistema Solar. El estudio que detalla sus resultados se publicó en la revista Science.
“Una de las grandes preguntas en la formación de estrellas y planetas es: ¿cuánto del inventario químico de esa nube molecular primitiva se hereda y forma los componentes base del Sistema Solar?”, señaló en un comunicado Brett McGuire, coautor del estudio del MIT. “Lo que estamos viendo es el principio y el final, y muestran lo mismo. Eso es una prueba bastante sólida de que este material de la nube molecular primitiva encuentra su camino hacia el hielo, el polvo y los cuerpos rocosos que componen nuestro Sistema Solar.”
Este no es el primer rodeo de McGuire con PAH. En 2018, su equipo descubrió el anillo de carbono benzonitrilo, y en 2021, encontraron dos HAP individuales. Y encontrar estas moléculas no es fácil. El pireno no puede detectarse mediante radioastronomía tradicional debido a su simetría, por lo que McGuire y su equipo se centraron en encontrar cianopireno, una versión de la molécula que ha reaccionado con cianuro (y tiene el feliz efecto secundario de romper esa simetría).
McGuire y sus colegas sintetizaron primero el cianopireno en un laboratorio y analizaron la señal emitida por la molécula. Utilizando el GBT, encontraron esas señales en todo el TMC-1. Se trata de la mayor abundancia de HAP jamás descubierta en el espacio, y el equipo estima que representa aproximadamente el 0,1 por ciento del carbono de la nube, una cifra pequeña pero poderosa.
“Aunque el 0,1 por ciento no parece una cifra muy grande, la mayor parte del carbono está atrapado en el monóxido de carbono (CO), la segunda molécula más abundante del universo, además del hidrógeno molecular. Si dejamos a un lado el CO, uno de cada pocos cientos de átomos de carbono restantes se encuentra en el pireno”, afirma McGuire en un comunicado de prensa. “Imagínense los miles de moléculas diferentes que hay ahí fuera, casi todas ellas con muchos átomos de carbono diferentes, y una de cada pocos cientos está en el pireno”.
La existencia de pireno en esta nube interestelar significa que es probable que sea la fuente de una gran parte del carbono de nuestro Sistema Solar, que se formó incluso antes de que Ryugu comenzara a existir. Es probable que el pireno sobreviviera a la experiencia de la formación estelar porque la molécula es difícil de desintegrar una vez que se forma, y Ryugu proporciona pruebas de primera mano de este hecho. El siguiente paso en las investigaciones de McGuire analizará otros posibles HAP en esta nube, así como el origen inicial del pireno en TMC-1.
“TMC-1 es una isla interestelar de estabilidad”, afirmó McGuire en un comunicado de prensa. “Ahora tenemos, me atrevería a decir, la prueba más sólida hasta ahora de esta herencia molecular directa desde la nube fría hasta las rocas reales del Sistema Solar”.
Darren Orf
Contributing Editor
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