La genética cuenta, pero nuestras decisiones diarias también
Este grupo sanguíneo se asocia con mayor riesgo cardíaco, según un estudio del Instituto
Nacional de Salud
Una investigación con más de 50.000 participantes revela que no todos los tipos de sangre enfrentan el mismo riesgo de infarto. El estudio, liderado por el Dr. Arash Etemadi, indica que quienes no tienen sangre tipo O podrían tener un 15 % más de probabilidad de morir por afecciones cardíacas.
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Por Martín Nicolás Parolari
24 de julio de 2025
Durante años, el tipo de sangre fue un dato útil para transfusiones, pero recientes investigaciones revelan que también podría influir en nuestra salud cardiovascular. Un estudio liderado por el Instituto Nacional de Salud de EE. UU. analizó miles de casos y encontró una relación directa entre el grupo sanguíneo y el riesgo de padecer infartos. Los resultados ofrecen nuevas pistas sobre cómo prevenir estas afecciones silenciosas pero letales.
No tener sangre tipo O podría elevar tu riesgo cardíaco

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El estudio, realizado durante siete años en Irán y publicado por el equipo del Dr. Arash Etemadi, evaluó la relación entre los grupos sanguíneos (A, B, AB y O) y la incidencia de enfermedades cardíacas. El hallazgo fue claro: las personas con sangre tipo A, B o AB presentaban un 9 % más de riesgo de fallecimiento general y un 15 % más de morir por problemas del corazón, en comparación con quienes tienen sangre tipo O.
El análisis también mostró que estos mismos grupos no-O tienen un 55 % más de probabilidad de padecer cáncer gástrico. En particular, las personas con tipo A presentaban niveles más altos de colesterol LDL (el “malo”) y mayor tendencia a la coagulación venosa, dos factores clave que aumentan el riesgo de infarto.
¿Cómo influye el tipo de sangre en la salud del corazón?

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La clave parece estar en los antígenos presentes en los glóbulos rojos y en su interacción con el sistema inmunológico. El grupo O, por ejemplo, carece de antígenos A y B en la superficie de los glóbulos rojos, lo que parece otorgarle cierta ventaja protectora frente a enfermedades cardiovasculares y autoinmunes.
Aunque el tipo sanguíneo no es el único factor de riesgo, los investigadores subrayan que podría servir como herramienta preventiva para identificar a las personas más vulnerables. Aun así, la Organización Mundial de la Salud recuerda que el 30 % de los infartos puede evitarse con una dieta saludable, ejercicio regular y control del estrés.
La genética cuenta, pero nuestras decisiones diarias también. Entender cómo influye el grupo sanguíneo es solo una parte del rompecabezas. Lo esencial es actuar con información en la mano y salud en mente.
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