Pensar está asociado con sentimientos poco placenteros, según un trabaja comparativo que abarca 170 estudios e investigaciones
El esfuerzo mental puede llegar a ser doloroso y desagradable, concluyen los investigadores. / Crédito: Enrique Meseguer en Pixabay.
Pablo Javier Piacente
23 AGO 2024
El esfuerzo mental parece estar relacionado con sentimientos desagradables en muchas situaciones, según una nueva revisión de múltiples estudios realizados entre 2019 y 2020. Los especialistas concluyeron que mientras mayor era el esfuerzo o desafío mental de los participantes en los estudios, crecían de la misma forma los sentimientos desagradables como frustración, irritación, estrés o molestia.
Investigadores de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, según las siglas en inglés) publicaron recientemente un metanálisis que abarca 170 estudios realizados entre 2019 y 2020 e incluye 4.670 participantes, para examinar cómo las personas experimentan el esfuerzo mental. Comprobaron que pensar sobre un tema con cierta insistencia está asociado con sentimientos desagradables. También verificaron que esa asociación se relaciona con múltiples tareas y grupos poblacionales.
La necesidad del reconocimiento
Publicado en la revista Psychological Bulletin, el trabajo incluye estudios con una amplia variedad de participantes, como empleados de atención médica, militares, atletas aficionados o estudiantes universitarios, residentes en 29 países. Además, involucra 358 tareas cognitivas diferentes, como por ejemplo aprender una nueva tecnología, encontrar cosas únicas en un entorno desconocido o dominar un juego de realidad virtual, entre otras.
Vale destacar que en todos los estudios analizados los participantes informaron el nivel de esfuerzo que ejercieron, como así también la medida en que experimentaron sentimientos negativos como irritación, estrés o molestias de distinto tipo. La conclusión más importante es que en todas las poblaciones y tareas el incremento del esfuerzo mental aumenta en la misma medida la sensación de desagrado que se experimenta.
“Nuestros hallazgos muestran que el esfuerzo mental se siente desagradable en una amplia gama de poblaciones y tareas. Esto es importante para algunos profesionales, como ingenieros, gerentes y educadores, y debe considerarse al diseñar tareas, herramientas, interfaces, aplicaciones, materiales o instrucciones. Cuando se requiere que las personas realicen un esfuerzo mental sustancial, debe asegurarse al mismo tiempo que obtengan apoyo o recompensa por su esfuerzo” indicó en una nota de prensa el especialista Erik Bijleveld, autor principal del estudio comparativo.
Condicionantes culturales
Aunque los resultados indican una relación general entre esfuerzo mental y sentimientos desagradables, un dato interesante es que si bien la asociación entre pensar y las experiencias negativas seguía siendo significativa, fue menos pronunciada en los estudios realizados en países asiáticos, en comparación con los de Europa o América del Norte.
Los científicos creen que la aversión al esfuerzo mental puede depender de la historia de aprendizaje de las personas. Los estudiantes de secundaria en los países asiáticos tienden a pasar más tiempo en el trabajo escolar que sus pares de Europa o América del Norte: por lo tanto, pueden aprender a soportar niveles más altos de esfuerzo mental desde el principio de sus vidas.
A pesar de esto, la realidad muestra que el esfuerzo cognitivo sigue siendo atractivo para la mayoría de las personas, aunque insuma un sabor agridulce en el camino. “La idea es que si las personas han estado ejerciendo esfuerzo mental tienen más aprecio por lo que crearon. Debido a que el esfuerzo resulta desagradable o aversivo, las personas también lo relacionan con algo valioso. En consecuencia, creo que a la larga el esfuerzo mental juega un papel importante en dar sentido a la vida”, indicó Bijleveld a CNN.
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Referencia
The unpleasantness of thinking: A meta-analytic review of the association between mental effort and negative affect. David, L., Vassena, E. and Bijleveld, E. Psychological Bulletin (2024). DOI:https://psycnet.apa.org/doi/10.1037/bul0000443
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Fuente: