El imperialismo necesita confinar la capacidad de pensar de las masas, anularlas, someterlas
El embrutecimiento de las masas es una estrategia planificada del actual sistema de dominación, en fase imperialista, para sostener su dictadura de clase. El capitalismo agotó ya la etapa histórica en la que fue capaz de producir una elevación de la cultura y del desarrollo social, como consecuencia de los potentes cambios que en todos los órdenes generó el inicio de este modo de producción. Hace tiempo se acabó esa etapa de florecimiento, ahora en el capitalismo todo está impregnado del hedor de la muerte.
C. Suárez (Unidad y Lucha).—
CAPITALISMO PARASITARIO Y EN DESCOMPOSICIÓN
Una acusada contradicción, entre el alto desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción existentes, determina el presente momento. Hoy, dentro del capitalismo, se ha creado ya la base material necesaria para la construcción de la sociedad socialista.
Entonces, esas fuerzas productivas altamente desarrolladas, que ya no caben dentro del sistema capitalista, son usadas por la burguesía de manera ajena a la utilidad social histórica que les es intrínseca. Por situar un ejemplo que ilustre esta idea: los drones son magníficos inventos de gran utilidad para la siembra agrícola o para controlar los incendios, pero en manos de la oligarquía monopolista se convierten en letales instrumentos de muerte. También es un ejemplo, en este sentido, el uso de la IA en las operaciones de guerra, como hace el sionismo en estas fechas.
Son fuerzas productivas casi socialistas, pero que no están regidas por el poder de la clase obrera -la clase que las crea-, sino regidas por su clase antagónica, que las usa de forma pervertida para perpetuar su dictadura de clase.
El vertiginoso proceso de concentración y centralización del capital, de dimensiones gigantescas, provoca enormes conflictos en el seno de la burguesía como clase dominante. Una dinámica imparable expulsa y proletariza a una parte cada día mayor de esa burguesía y, en consecuencia, una fracción cada vez más reducida de la misma es la que ejerce todo el poder. Una élite -que es una minoría social- lo decide todo, tanto en lo económico como en lo político. Un violento poder que desconoce las mínimas formalidades democráticas. La cantidad de sus sepultureros sí que crece de forma incesante.
El imperialismo es capitalismo parasitario y en descomposición (Lenin). ¿Qué es lo que se descompone? Se descompone no solo el proceso de acumulación de capitales, al mismo tiempo también se descomponen todos los mecanismos de legitimación de esta lógica económica. ¿Y qué se vuelve parasitario? Pues no solo la actual acumulación por desposesión, sino también todo el edificio social. Se arruinan todas las normas y hábitos sociales que fueron necesarios en la etapa pre-imperialista para la legitimación de esa dictadura del capital, para legitimar la esclavitud asalariada, y la explotación (plusvalía) como regla de oro del sistema de dominación, y que hoy son un obstáculo para la élite en el poder.
Marx y Engels, en varios textos, hacen un reconocimiento de los avances que el capitalismo supuso con respecto al régimen feudal anterior, en el sentido de que la sociedad fue liberada de una situación servil por un nuevo patrón social que era objetivamente más avanzado, siendo al mismo tiempo una nueva forma de dictadura de clase, y, como tal, nunca un régimen de libertades, de justicia y de igualdad social.
SIMPLISMO COMO ALIENACIÓN
Se recurre a un empobrecimiento general de la vida, tanto en las relaciones sociales como en la elaboración intelectual. El pensamiento alienado y subalterno lo impregna todo. Así, la clase sometida admira a la clase opresora. El mensaje se vuelve simplista al extremo, no hay debate de ideas, solo likes y emoticonos. Sometido el individuo social a la sistemática negación de las capacidades intelectuales, se impone la cultura de Walt Disney, el cómic más ramplón y la estupidez del reguetón. También la hipersexualización, desde la más temprana edad, como otro factor de alienación. El individuo queda en la degradación y el debilitamiento de sus valores y capacidades, a merced de las estrategias de la oligarquía monopolística, que controla todo y que chequea la subjetividad de las masas en tiempo real mediante el control de las redes sociales, utilizando el big data y la IA.
El poder colisiona con sus propios avances civilizatorios anteriores, porque hoy ya son un obstáculo para el ejercicio de su violencia opresora. El imperialismo necesita confinar la capacidad de pensar de las masas, anularlas, someterlas. En esta fase histórica se trata de paralizar el desarrollo de las fuerzas del avance social, porque lleva a su clase dominante a la muerte. Inútilmente tratan de parar “el movimiento del sol” -el desarrollo superador de sus agudas contradicciones internas sistémicas-, porque nunca podrán evitar el surgimiento de nuevos espacios favorables para las luchas por la liberación.
El embrutecimiento de las masas, provocado y planificado de forma consciente, es una expresión de la misma degeneración del sistema capitalista, y de la degeneración de la elitista clase en el poder. Consecuencia de su agotamiento histórico, el poder trata inútilmente de paralizar el proceso hacia el estallido de la crisis revolucionaria, y el inicio de la transición a la sociedad socialista. La clase dominante en el capitalismo, una vez más, busca amparo en el recurso a un fascismo versión 2.0.
DICTADURA DE CLASE EXPLÍCITA Y GUERRA
El capital, acorralado por la férula de la ley de caída tendencial de la tasa de ganancia, recurre explícitamente a la represión y la violencia más directas, puesto que su debilitada hegemonía no tiene ya capacidad para actuar como camisa de fuerza de las aspiraciones sociales libertadoras. Ahora Ley Mordaza, palos y montajes policiales-judiciales de todo tipo. Assange emprisionado y amenazado hasta la eternidad. Centro de torturas de Guantánamo y prisiones secretas por cualquier lugar.
Al final, la guerra sistémica permanente. Guerra sin normas. Barbarie ilimitada.
Llegamos así a Milei, Trump, Biden, Bannon, Meloni, Abascal, Le Pen, Netanyahu, Bolsonaro, Bukele, etc. Ya sea con la motosierra, con la Biblia, con los MENAs, con el racismo más miserable, con las privatizaciones, con salarios de mierda,… siempre al servicio de la dictadura del capital, desarrollan toda una dinámica marcada por el histrionismo, que enardece a las masas simplistas y simplificadas, las convierten en borregos para implantar los comportamientos sociales más reaccionarios y decadentes, pudrición de los valores elaborados por siglos de civilización acumulada y encapsulamiento de las potencialidades que ofrece una nueva base material altamente desarrollada, la que llevará a la Humanidad a niveles de bienestar nunca conocidos en la historia. El futuro será una sociedad en la que no cabrá ninguno de estos asesinos embaucadores al servicio mercenario de la dictadura monopolista del capital.
Los tiempos históricos preparan la llegada de la revolución socialista. Las fuerzas revolucionarias han de meterle el bisturí a esta lógica del imperialismo en su etapa tanática. Imponiendo una dura confrontación con su estrategia de degradación y la descomposición del ser social mediante el embrutecimiento y la estupidización. Un camino final del capitalismo que solo conduce a una barbarie dantesca, incluso a la destrucción de todo.
Es tiempo de llevar al capitalismo a su derrota total y a su fin histórico.
Tiempo de sociedad socialista y dictadura del proletariado.
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FUENTE:
unidadylucha.es