La Tierra no tiene sólo dos movimientos, en realidad tienen cinco y hay quienes se atreven a decir que tiene muchísimos más pero que no hemos sido capaces de contabilizarlos todavía
Por: Ecoo sfera
A menudo pensamos que el tiempo es una medida absoluta e inmutable que nos contabiliza el pasar de los días sin variación alguna. Pero solemos olvidar que de hecho el tiempo está dado por lo que Einstein describió de manera magistral en su Teoría de la Relatividad General. Son los movimientos derivados de los campos gravitacionales de los astros, los que determinan el pasar de los segundos y lamentablemente, los movimientos de la Tierra no son nada sencillos, tan es así que en la escuela se nos suele explicar sólo por encima lo que realmente sucede.
La Tierra no tiene sólo dos movimientos, en realidad tienen cinco y hay quienes se atreven a decir que tiene muchísimos más pero que no hemos sido capaces de contabilizarlos todavía. Por ende, el tiempo está sujeto a una multiplicidad de factores y cambia gradualmente, sujeto a los movimientos de nuestro planeta que, hay que decir que depende de otros dos entes; el Sol y la Luna.
Durante los últimos 50 años, se han añadido un total de 27 segundos intercalares a nuestros relojes para reajustar las mediciones y lograr mantener los calendarios civiles en sincronía con la rotación de la Tierra. No es que ahora tengamos 27 segundos de más en el día, sino que los segundos intercalares, adicionales o bisiestos, son segundos que se agregan al calendario de cierto año para reajustar las mediciones humanas.
Una forma más correcta de decirlo es que en 27 ocasiones se ha tenido que agregar un segundo a los años, debido a que la rotación de la Tierra se ralentizó y tardó más en completar los días de dicho año. En estos momentos, los relojes marcan un tic inusual que pueden ser por ejemplo duraciones del día tales como 23:59:59, 23:59:60, 00:00:00.
¿Qué ocasiona los cambios en la rotación de la Tierra?
La Tierra no está sola, hay que hacernos a la idea de que todo lo que suceda en nuestro planeta, hablando específicamente de movimientos a través de su órbita, está dado principalmente por el sistema Tierra-Luna. La dinámica orbital entre los dos orbes es un círculo vicioso que genera las fuerzas de mareas y también la ralentización en el giro rotacional de nuestro planeta.
Existen tres interacciones principales que intervienen en la fuerza de marea, la atracción del Sol, la Luna y la rotación de la Tierra. Además entra en juego el hecho de que nuestro planeta no tiene una forma completamente esférica, sino que es geoide con un achatamiento en los polos. En ese sentido, la atracción que la Luna ejerce sobre nuestro planeta no es siempre la misma, sino que depende de su posición alrededor del planeta.
Cuando las protuberancias de ensanchamiento de la Tierra están más cerca de la Luna, la gravedad de esta última tiene un efecto de mayor atracción. Pero no olvidemos que la Tierra está sujeta al Sol y gira sobre su propio eje durante el movimiento de rotación, esto ocasiona que la protuberancia no está justamente alineada con el movimiento de la Luna, sino que va detrás de su posición. En consecuencia, la atracción neta que el satélite ejerce sobre la Tierra es hacia atrás, generando una ralentización en el giro de nuestro planeta. Es por esto que en ocasiones la Tierra tarda más de lo normal en completar los giros sobre sí misma, alargando la duración de los días.
Cambios en el tiempo
Desde la década de 1960, el día ha alargado su duración en por lo menos 3 milisegundos, pasando de tener 86,400 a 86,400.003 segundos. Y aunque parece una perturbación casi efímera, recordemos que la Tierra gira y gira sin cesar, por lo tanto si cada día de rotación durara 1 milisegundo más, la medición del reloj humano perdería 1 segundo cada 1000 días y se requeriría de adicionar 1 segundo intercalar para recuperarlo.
En pocas palabras, el tiempo no es una medida exacta, el día no es el transcurso robótico de 86,400 segundos a perpetuidad, sino que debido a los cambios en la rotación de la Tierra, esta medida está cambiando constantemente. Y de hecho, seguirá cambiando debido a que la Luna cada vez se alejan más de nosotros, aunque ese es otro cuento.
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