Lo que se ha puesto de manifiesto en las últimas dos semanas no es una medida audaz de Trump destinada a reducir la amenaza de una guerra imperialista, ni tampoco es un caso de un supuesto gran logro (la alianza EE.UU./OTAN) que ahora corre el riesgo de ser trágicamente abandonado
3 de marzo de 2025
Trump reprende a Zelensky en una reunión en la Casa Blanca, el 28 de febrero de 2025. Foto: Captura de pantalla del video de whitehouse.gov
3 de marzo de 2025
El viernes pasado, Donald Trump y el vicepresidente JD Vance recibieron a Volodymyr Zelensky, el presidente de Ucrania, para hablar sobre las negociaciones para resolver la guerra entre Rusia y Ucrania. Rusia atacó a Ucrania hace poco más de tres años y cientos de miles de personas han muerto como resultado, tanto soldados como civiles. La alianza EE. UU./OTAN respaldó el esfuerzo militar ucraniano, pero no envió tropas. Utilizaron a Ucrania para librar una guerra por poderes contra su rival imperialista ruso. Trump llegó decidido a resolver la guerra y ha estado trabajando para cambiar las relaciones con Rusia.
En las negociaciones de la Casa Blanca, Zelenski aceptó permitir a Estados Unidos una gran participación en los valiosos recursos minerales de Ucrania, incluidos los minerales de tierras raras que son esenciales para los microchips y otras tecnologías modernas. Esto se presentó como un pago por la ayuda estadounidense a Ucrania durante el gobierno de Biden. Pero Zelenski argumentó que para avanzar en las negociaciones de alto el fuego se requeriría una “garantía de seguridad” estadounidense en caso de un futuro ataque ruso, es decir, como mínimo, ayuda militar estadounidense. Trump se negó a comprometerse a eso. Haga clic aquí para obtener información de fondo sobre la guerra.
Al final de las negociaciones, Trump invitó a Zelenski a una sesión con el Cuerpo de Prensa de la Casa Blanca. En esa sesión, Zelenski insistió repetidamente en su insistencia en las garantías de seguridad y advirtió continuamente contra la falta de fiabilidad de Putin. (Por supuesto, Zelenski no mencionó que Estados Unidos había violado las garantías a Rusia de que no interferiría en los asuntos ucranianos y de que no consideraría admitir a países de Europa del Este cercanos a Rusia en la alianza militar de la OTAN liderada por Estados Unidos, promesas que se violaron repetidamente). Hacia el final de la conferencia de prensa, Vance intervino y reprendió a Zelenski por faltarle el respeto, por no abordar realmente la terrible posición de Ucrania en la guerra y por no agradecer lo suficiente a Estados Unidos. Trump luego entró para reprender y menospreciar a Zelenski. Le dijo a Zelenski que no estaba en posición de dictar términos; que sin Estados Unidos, Ucrania "no tenía cartas"; y que Putin respetaría cualquier acuerdo que hiciera con Trump, pero que a menos que Zelenski cambiara su actitud a una de gratitud, las cosas no irían a ninguna parte. En resumen: acepta el trato o permanece en la guerra por tu cuenta.
Los aliados de la OTAN en Europa, junto con políticos y comentaristas liberales dentro de Estados Unidos, reaccionaron con conmoción y enojo ante la abierta intimidación a Zelensky. A raíz de esto, ha habido mucha ofuscación, es decir, encubrimiento y “manipulación” de la realidad por parte de diferentes políticos y comentaristas imperialistas (y reformistas). Esta es una situación muy compleja y de alto riesgo, en la que las cosas están cambiando radicalmente, casi día a día. Es crucial abordar esto con una metodología científica que permita llegar a la verdad. Eso requiere eliminar las mentiras y penetrar en la dinámica viva subyacente que establece el marco y los intereses materiales reales detrás de las posturas y las palabras de las diferentes fuerzas en pugna.
1. La mentira: Que Donald Trump estaba luchando por la paz y trabajando para prevenir una guerra nuclear cuando el ingrato Zelensky le faltó el respeto imprudentemente y trató de arruinar esas oportunidades.
La verdad: A pesar de su postura, Donald Trump no estaba luchando por la paz ni mucho menos tratando principalmente de prevenir la Tercera Guerra Mundial.
Tras la invasión rusa, la alianza Estados Unidos-OTAN intervino del lado de Ucrania con cantidades masivas de ayuda militar, asistencia de inteligencia y asesoramiento militar, además de librar una dura guerra económica contra Rusia. De este modo, la alianza Estados Unidos-OTAN transformó ese sangriento conflicto en una guerra interimperialista por poderes entre ellos y Rusia, lo que aumentó enormemente el peligro de que estallara una guerra nuclear que podría acabar con la civilización.
Trump se opuso durante mucho tiempo a esta guerra porque la consideraba una forma de distraer la atención de intereses imperialistas más fundamentales, en especial la pugna con China, la potencia imperialista en ascenso que desafía cada vez más el dominio estadounidense. Pero, como vimos dramáticamente el viernes, esta guerra aún no se ha resuelto. Además, cualquier “resolución” no abordará ni puede abordar las causas profundas de la guerra. Esas causas se encuentran en el sistema capitalista imperialista y en la forma en que la lógica de “expandirse o morir” de ese sistema obliga a las potencias imperialistas a luchar para ampliar las esferas que dominan… a expensas inevitables de otros imperialistas.
Al mismo tiempo, las consecuencias del enfrentamiento del viernes entre Zelenski y Trump-Vance intensificaron aún más lo que ya venía siendo un conflicto cada vez más agudo entre Estados Unidos y sus aliados más cercanos durante los últimos 80 años, las naciones de Europa occidental (Alemania, Francia, Gran Bretaña y otras). Durante esas décadas, esas naciones se han subordinado a las políticas estadounidenses y las han apoyado principalmente para perseguir mejor sus propios intereses imperialistas bajo el paraguas de la OTAN. Ahora todo eso está siendo puesto en tela de juicio y la discusión pública sin precedentes con Zelenski fue parte de eso.
La semana pasada informamos sobre las formas en que JD Vance y Elon Musk habían respaldado al partido “neonazi” en Alemania; y vale la pena señalar que Trump habló en la Conferencia de Acción Política “Conservadora” 1 que estaba llena de partidos fascistas europeos y en la que Steve Bannon dio su saludo nazi.
A principios de la semana pasada, Friedrich Merz, el recién elegido canciller de Alemania (el país más poderoso de Europa), dijo que su prioridad ahora era “fortalecer a Europa lo más rápido posible, para que logremos la independencia de los Estados Unidos, paso a paso”. Merz continuó diciendo que las “intervenciones [en las elecciones alemanas] de Washington no fueron menos drásticas, dramáticas y, en última instancia, no menos descaradas que las intervenciones que hemos visto por parte de Moscú”. Fareed Zakaria habló en nombre de otros comentaristas liberales cuando calificó esta tendencia general de cambio “sísmico” (similar a un terremoto). El incidente con Zelensky lo acentuó.
En todo esto no hay “buenos” ni “mejores fuerzas” a las que aliarse . Se trata de potencias capitalistas-imperialistas, cada una impulsada por la lógica de “expandirse o morir”, y cada una de ellas lo hace a costa de los cuerpos y espíritus destrozados de miles de millones de personas y del medio ambiente de todo el planeta. Esta lógica las lleva a la guerra: guerra contra las masas cuando se alzan, y guerra entre ellas para ver quién dominará.
He aquí una ironía: entre sus muchas distorsiones y mentiras, Trump dijo una verdad profunda: el conflicto en Ucrania conllevaba y sigue conllevando la posibilidad de una escalada hacia una Tercera Guerra Mundial. Pero el objetivo de Trump al impulsar estas negociaciones no está impulsado por un deseo de paz , sino por un acuerdo en el que Estados Unidos esté en una posición más fuerte para competir con su principal rival, China. A esta altura es imposible decir adónde irá esto.
2. La mentira: Que Trump puso en peligro uno de los “grandes logros de la historia”, el (llamado) “orden internacional basado en reglas”, formado y encabezado por Estados Unidos.
La verdad: La dominación capitalista-imperialista estadounidense del mundo durante los últimos 80 años ha estado marcada por el hambre, el horror y una opresión violenta e implacable en una escala gigantesca y totalmente innecesaria.
A pesar de los comentarios incesantes y, francamente, moralmente ciegos de casi todos los opinadores y políticos liberales , esto no marca el fin de un orden global “liderado” por Estados Unidos “al servicio de la libertad y la democracia”. Estos últimos 80 años han sido una era de dominación global de Estados Unidos al servicio de expandir su imperio de explotación y de vencer los desafíos para mantener su control sobre esta dominación. Estados Unidos salió victorioso después de la Segunda Guerra Mundial, y desde entonces el mundo ha visto morir de hambre o de enfermedades curables a más de 500 millones de niños. Miles de millones han sido y siguen siendo triturados todos los días en una explotación despiadada para crear la gran riqueza de los capitalistas imperialistas, incluidos 150 millones de niños que trabajan en las minas, granjas y talleres clandestinos del mundo. Casi 10 millones de personas han muerto debido a las guerras directas de Estados Unidos y a la intervención militar dirigida por Estados Unidos en decenas de países desde el final de esa guerra. Las “reglas” que este sistema mantiene están al servicio de hacer cumplir esto. 2
Todo esto está expresado de manera convincente en la declaración de Año Nuevo 2025 de Bob Avakian, 2025: Un nuevo año, nuevos desafíos profundos y una manera profundamente positiva de avanzar frente a un horror muy real , y vale la pena escucharla nuevamente aquí .
3. La mentira: Volodymyr Zelensky es un verdadero héroe al enfrentarse a Trump.
La verdad: Volodymyr Zelensky es el representante de la clase dominante de una potencia capitalista menor, que lucha por el mejor acuerdo para su país dentro y como parte del bloque capitalista-imperialista de Estados Unidos.
Lo que Trump, junto con su despreciable adulador Vance, le hizo a Zelensky fue una repugnante muestra de intimidación. Se podrían escribir volúmenes sobre lo que esto reveló acerca del carácter y la moralidad de estos fascistas.
El hecho es que Putin es un carnicero que ha cometido terribles crímenes de guerra contra el pueblo ucraniano, una vez más, al servicio de los intereses imperialistas. Pero estos crímenes no han sido mayores que los horrores cometidos por Israel y financiados por los Estados Unidos contra el pueblo de Gaza, también al servicio de la dominación capitalista-imperialista. Es este sistema capitalista-imperialista el que exige actos monstruosos y convierte en monstruos a quienes los ordenan y llevan a cabo.
El pueblo ucraniano ha sido maltratado y cínicamente en todo esto y ha sufrido mucho. Pero no derramemos lágrimas por Zelenski: él se puso del lado del imperio más cruel de la historia, Estados Unidos, hace algún tiempo. Probablemente lo hizo con la esperanza de promover lo que percibía como los intereses de su país al obtener parte del botín de ese imperio asesino. Su lucha no era para volcar la mesa del banquete imperialista, sino para conseguir un lugar más seguro en ella. Ahora, como muchos antes que él, está descubriendo que, cuando llega el momento decisivo, la lógica misma del sistema al que sirve lo encuentra a él y al pueblo que dirige muy “prescindibles”.
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Lo que se ha puesto de manifiesto en las últimas dos semanas no es una medida audaz de Trump destinada a reducir la amenaza de una guerra imperialista, ni tampoco es un caso de un supuesto gran logro (la alianza EE.UU./OTAN) que ahora corre el riesgo de ser trágicamente abandonado. Estas dos semanas han mostrado, en cambio, que el sistema imperialista en su conjunto se está acelerando hacia una situación cada vez más inestable y peligrosa para la humanidad, una situación que no se puede abordar dentro de los confines de ese sistema.
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NOTAS AL PIE:
1. Llamar a esta conferencia “conservadora” no puede evitar que me venga a la mente esta observación de Bob Avakian de hace más de 20 años: “Como he dicho varias veces: a estos reaccionarios ni siquiera se les debería permitir usar la palabra ‘conservador’ para describirse a sí mismos. Deberíamos decir: ‘¡Conservadores, mi culo! ¡Esta gente son nazis !’” ( Lo BAsico 1:26)
2. Para más información, véase en revcom.us: El Partido Republicano es fascista.
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Fuente:
