Según la Organización Mundial de la Alergia (OMA), actualmente el 20% de la población padece algún tipo de alergia, y se estima que para el año 2050 esta cifra aumentará al 50%.
Edwin Fernández Cruz, Doctor especializado en compuestos bioactivos
08.08.2024
Cuando llega la primavera, se experimentan dos sensaciones opuestas. Por un lado, alegra el cambio de temperatura tras los meses de invierno, pero por otro, comienzan los síntomas en las personas con alergias estacionales. Estos se manifiestan principalmente a nivel respiratorio con ojos llorosos, picor en la garganta y nariz, estornudos, mucosidad, rinitis e incluso episodios de asma. El principal responsable de estas alergias es el polen, el cual se encuentra afectado por las condiciones climáticas que afectan al crecimiento y desarrollo de diferentes variedades de plantas, haciendo que las alergias se extiendan incluso más allá de la primavera.
El principal responsable de estas alergias es el polen. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.ChatGPT / Eugenio Fdz.
Alergias en aumento
Según la Organización Mundial de la Alergia (OMA), actualmente el 20% de la población padece algún tipo de alergia, y se estima que para el año 2050 esta cifra aumentará al 50%, lo que supone un gran impacto de cara a los sistemas de salud y los recursos que se destinarán en problemas de tipo respiratorio. Este cálculo incluye tanto las alergias estacionales, que provocan síntomas respiratorios, como otras alergias, entre ellas las alimentarias.
Las alergias alimentarias son reacciones adversas causadas por sustancias presenten en alimentos que provocan una respuesta de carácter inmune. ¿Esto quiere decir que cualquier persona es susceptible de padecer una alergia alimentaria? La verdad es que hay una serie de factores ambientales y personales (genética, composición de la microbiota, rutinas de higiene) que pueden causar una mayor hipersensibilidad en el individuo, provocando que el sistema inmune reaccione con los alérgenos alimentarios de una forma exacerbada. La entrada al organismo puede realizarse a través de la dieta (ingesta) pero también a través del sistema respiratorio (moléculas en suspensión) o por vía tópica, con el contacto por los alimentos. Actualmente, vivimos en una sociedad tremendamente aséptica, en parte debido al avance en productos de limpieza, desinfectantes y otras sustancias que en vez de potenciar nuestro sistema inmune, lo vuelven más reactivo a cualquier sustancia. La teoría de la higiene muestra una hipótesis en la que la falta de exposición en las etapas tempranas de la vida puede hacer más propensa a una persona a padecer alergias o enfermedades autoinmunes, aunque, por otra parte, también indica que una falta de exposición podría ser beneficiosa según la persona afectada .
En la actualidad, según los últimos datos procedentes del estudio Alergologica 2015, se estima que el 11,4% de la población española presenta alergias alimentarias, con una prevalencia del 13,1% entre los niños de 0 a 2 años (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, 2017). Otros estudios centrados en la población infantil, como el EuroPrevall, evaluaron que la incidencia de la alergia a la proteína de la leche de vaca (0,54%) y al huevo (1,23%) en niños menores de 2 años. Sin embargo, es difícil establecer una prevalencia actualizada debido a la falta de un control riguroso en la recopilación de estos datos, pero es muy posible que hayan aumentado. Hay muchos ejemplos de alergias alimentarias en función de la edad. En la etapa infantil, lar alergias más comunes son al huevo y a la proteína de la leche de vaca. En el caso de la leche, porque es el ingrediente principal de las fórmulas de inicio, y en el caso del huevo, porque es el alimento que presenta una mayor cantidad de proteínas que pueden reaccionar con el sistema inmune y que suele ser mejor aceptado por la población pediátrica. En muchas ocasiones, estas dos alergias pueden desaparecer en la etapa adulta tras un tratamiento de tolerancia. En el adulto, las frutas, los frutos secos y el marisco encabezan las alergias más habituales, las cuales también aparecen en la etapa pediátrica, pero suelen mantenerse en el tiempo.
Las alergias alimentarias pueden producir síntomas o ser silenciosas. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.ChatGPT / Eugenio Fdz.
Las dos fases de las alergias
Las sustancias que provocan una alergia alimentaria suelen ser de origen proteico y son las causantes de la reacción por parte del sistema inmune. Esta reacción se produce en dos fases, una primera (sensibilización) que puede producirse incluso en el vientre materno, y en la que el antígeno es presentado a los linfocitos B, encargados de generar un anticuerpo conocido como inmunoglobulina de tipo E que se localiza en las membranas celulares de mastocitos y basófilos. De esta forma, el sistema inmune se prepara para cuando detecte nuevamente el antígeno y se produzca la fase de reacción alérgica, en la que estas células liberan sustancias como las histaminas, leucotrienos o citoquinas, causantes de la sintomatología propia de la enfermedad.
El término "alimenticia" se refiere a lo relacionado con la alimentación o los alimentos en general, mientras que "alimentaria" se usa específicamente en el contexto de alergias. Por lo tanto, la forma correcta de referirse a este tipo de alergias es "alergia alimentaria"
Las alergias pueden estar mediadas por estas dos fases, dando lugar a las alergias mediadas por imunoglobulina E. En este grupo, englobamos las patologías relacionadas con alimentos concretos como las frutas, verduras, el huevo, la proteína de la leche de vaca, el pescado, el marisco, la alergia al Anisakis y a otros alimentos específicos. Sin embargo, podemos encontrar alergias que no contemplen estas dos fases, y que den una sintomatología silenciosa, como es el caso de la enfermedad celiaca, de la intolerancia a la proteína de la leche de vaca o de la esofagitis eosinofílica. Estas patologías suelen desembocar en enteropatías cuyo diagnóstico es más complejo y que suele darse cuando los daños que se producen a nivel de tracto gastrointestinal ya se han producido.
Hay personas alérgicas a la proteína de la leche de vaca. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.ChatGPT / Eugenio Fdz.
La sintomatología clásica de las alergias mediadas por inmunoglobulina E puede ir desde síntomas leves como enrojecimiento o picor de la piel, hasta síntomas de carácter digestivo y respiratorio. Estos pueden variar en gravedad, sobre todo cuando se produce una obstrucción de las vías aéreas. En los peores casos, se pueden provocar shocks anafilácticos que requieren de una intervención médica inmediata y del uso de adrenalina autoinyectable en el momento de aparición de los síntomas. Estas medidas son especialmente importantes en los niños y adolescentes, los cuáles siempre deben llevar una placa identificativa con la alergia que padecen y los conocidos bolígrafos de adrenalina para una rápida actuación.
La falta de tratamiento
Entonces, ¿cuál es el tratamiento para las alergias alimentarias? A día de hoy, el tratamiento por excelencia es la evitación de la ingesta, inhalación o contacto de los alimentos causantes de la reacción alérgica. Para ello, la educación fundamental tras el diagnóstico es clave para evitar la ingesta accidental de los alérgenos, ya sea por contaminación cruzada, reactividad cruzada o por el desconocimiento de la información que aparece en el etiquetado nutricional de alimentos envasados. Ciertamente, algunos médicos pueden recomendar un tratamiento farmacológico de antihistamínicos en el caso de que los síntomas del individuo no alcancen cierto grado de gravedad. El uso de inyecciones es una línea de investigación que tuvo cierto auge a comienzos del siglo XXI, pero los resultados por el momento no han sido exitosos como para considerarlos un tratamiento alternativo para los pacientes alérgicos . En este sentido, parece ser que la mejora en el diagnóstico precoz de estas patologías y el uso de tratamientos de tolerancia oral en la infancia son las mejores vías para asegurar una mejor calidad de vida en los individuos alérgicos.
Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer en términos sociales. Aunque cualquier restaurante, bar o establecimiento de comida a domicilio tiene la obligación de mostrar la información del os alérgenos en sus preparaciones, hay muchas alergias que no están contempladas en la normativa legal, bien por su baja incidencia o bien porque los alimentos susceptibles de la misma tienen un riesgo bajo de ingesta accidental (como las frutas). Lo que está claro es que un aumento en la prevalencia de estas patologías exige de nuevas políticas nutricionales que supongan una mejor protección de las personas alérgicas, un asunto que debe tener el respaldo de la comunidad científica pero también de la sociedad que nos rodea.
No existe la "vacuna contra la alergia". Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.ChatGPT / Eugenio Fdz.
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