Los nombres de reyes mesopotámicos inscritos en antiguos ladrillos han aportado importantes conocimientos sobre una misteriosa anomalía en el campo magnético de la Tierra, que ocurrió tres milenios atrás
El ladrillo data del reinado de Nabucodonosor II (ca. 604 a 562 a. C.) según la interpretación de la inscripción. Este objeto fue saqueado de su contexto original antes de ser adquirido por el Museo Slemani y almacenado en ese museo. / Crédito: Museo Slemani.
Pablo Javier Piacente
Fabricados hace unos 3.000 años, los ladrillos mesopotámicos contienen granos de óxido de hierro que revelan cambios fascinantes en el campo magnético de la Tierra, que atraviesa y envuelve a nuestro planeta como una barrera protectora contra los embates del clima espacial. En un nuevo estudio, los investigadores profundizan en la "lectura" de estos cambios.
Un equipo internacional de investigadores liderado por la University College de Londres (UCL), en el Reino Unido, confirmó una anomalía en el campo magnético de la Tierra, que tuvo lugar hace 3.000 años, a partir del análisis de inscripciones en viejos ladrillos mesopotámicos. Los científicos utilizaron métodos de "arqueomagnetismo", una especialidad que busca firmas del campo magnético de la Tierra en elementos arqueológicos, con el propósito de mejorar los conocimientos sobre la historia del campo magnético terrestre y su evolución a lo largo del tiempo.
El nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), presenta 32 puntos de datos de intensidad geomagnética de alta resolución en la región de Mesopotamia, que abarcan del tercer al primer milenio a.C. Estos datos contribuyen a mejorar nuestra comprensión de la dinámica del campo geomagnético y sus variaciones o fluctuaciones a corto plazo, como la anomalía geomagnética de la Edad del Hierro Levantina (LIAA), un período que tuvo lugar entre los años 1050 a 550 a. C.
Marcas de la historia terrestre en antiguos ladrillos
Hasta el momento, este fenómeno no había sido demostrado claramente en Mesopotamia, contrariamente a las predicciones de los modelos geomagnéticos regionales. Ahora, la nueva investigación presenta resultados arqueomagnéticos precisos de 32 ladrillos cocidos con inscripciones, fechados estrechamente en los reinados de 12 reyes mesopotámicos, mediante la interpretación de sus inscripciones.
De acuerdo a las conclusiones del equipo de especialistas, los resultados confirman la presencia de altos valores de campo de LIAA en Mesopotamia durante el primer milenio a. C. y aumentan drásticamente la resolución de la curva de arqueointensidad para el tercer y primer milenio a. C., confirmando las consecuencias de la anomalía en el campo magnético terrestre en ese momento y lugar. Además, establecen una línea de base para el uso del análisis arqueomagnético como técnica de datación absoluta de materiales arqueológicos de Mesopotamia.
Cambios rápidos e intensos
Según una nota de prensa, en el momento en que se fabricaron, cada ladrillo tenía inscrito el nombre del rey reinante, que los arqueólogos han datado en una variedad de períodos de tiempo probables. El nombre impreso y la fuerza magnética medida de los granos de óxido de hierro ofrecieron en conjunto un mapa histórico de los cambios en la fuerza del campo magnético de la Tierra.
El equipo conducido por Matthew Howland también descubrió que en cinco de sus muestras, tomadas durante el reinado de Nabucodonosor II, del 604 al 562 a. C., el campo magnético de la Tierra parecía cambiar dramáticamente durante un período de tiempo relativamente corto, lo que agrega evidencia a la hipótesis de que los picos rápidos de variaciones de intensidad en el campo magnético son posibles.
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Referencia
Matthew D. Howland et al. PNAS (2023). DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2313361120
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