Una pandemia de hambre, pobreza y desempleo
Latinoamérica, entre el riesgo de pobreza y de más protestas
La mayor recesión de la región aumentará el desempleo, la desigualdad, y el hambre, lo que según los expertos incrementará el descontento social.
La pobreza y el hambre en zonas de Latinoamérica se ubican como los mayores riesgos. AFP
Amedida que avanzan los contagios de coronavirus en Latinoamérica y se hace más patente su impacto económico, más crece el debate acerca de los efectos que sufrirá la región, lo que ha sido denominado como una pandemia de hambre, pobreza y desempleo.
Este es el argumento que sustenta las aperturas graduales de las actividades que están llevando a cabo algunos países. No obstante, gran parte del impacto en ese sentido está asegurado.
Alicia Bárcena, secretaria general de la Cepal, en diálogo con Portafolio, dijo que las previsiones ya muestran deterioros en todos los rubros. “El desempleo se ubicaría en el 11,5%, con un aumento de 3,4 puntos porcentuales frente a 2019, por lo que el número de desocupados llegaría a 37,7 millones, un incremento de 11,6 millones, a lo que suma que la informalidad hace a los trabajadores muy vulnerables. La elevada participación de las pymes en la creación del empleo aumenta los impactos negativos, pues el sector ha sido muy afectado por la crisis”.
Pero, según Bárcena, no serían los únicos. “La desigualdad de género y la sobrecarga de cuidado se acentuará con el cierre de las escuelas, el aislamiento y el alza de personas enfermas, y tendrá repercusiones en el trabajo no remunerado femenino. Además, la caída del 5,3% del PIB y el aumento del desempleo golpearán los ingresos de los hogares. Así, la tasa de pobreza aumentaría 4,4 puntos porcentuales, al pasar de 30,3% a 34,7%, lo que significa una subida de 28,7 millones de personas. Esto implicaría regresar a los niveles de 2006. Por su parte, la extrema crecería 2,5 puntos porcentuales, de 11% a 13,5%, un alza de 16 millones de personas. También se deterioraría la distribución del ingreso”.
A esto, la Secretaria General de la Cepal agrega que “más desempleo resultaría en un incremento del índice Gini de entre un 1% y un 2%, sin considerar la subida adicional por la caída en los ingresos del empleo que afecte más a los hogares de menores recursos”.
Pero para algunos las cifras podrían ser mayores. De hecho, ya hay quienes han planteado la posibilidad de que en un país como Colombia el desempleo pueda superar el 15% o 18%.
El incremento de la pobreza también es uno de los aspectos con más riesgo. Pablo Lacoste, profesor de estudios avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, señala que “muchos países de América Latina pueden regresar al 50% de pobreza. En Chile, eso es volver a 1990. Es decir, la pandemia puede hacer retroceder 30 años en la historia”.
Por su parte, Ignasi Carreras, director de los programas de formación directiva para ONG de Esade, en España, apunta que “en todo el mundo habrá un incremento del número de personas por debajo del umbral de la pobreza (US$3,20 dólares al día). Oxfam ha cuantificado en 500 millones el número de personas. En América Latina este número puede estar entre 15 y 30 millones, dependiendo de si la caída en los ingresos es del 10% o del 20%. Por esto, el gran peligro social es que, además de los graves efectos sobre la salud, no solo vaya a provocar un retroceso de muchos años en el nivel de desarrollo económico, sino también un agravamiento de la inequidad”.
La ONU suma a esta ecuación el hambre. Como apunta, el dato de 135 millones de personas sumidas en este problema en el mundo a finales de 2019, se podría duplicar por la pandemia. De esa cifra, casi 20 millones son de Latinoamérica.
Con todo, Alicia Bárcena resume que “antes del coronavirus y ahora con mayor razón, se ha evidenciado la desigualdad que atraviesa nuestra región, de ingresos, de riqueza, de acceso a la salud, de género y territoriales. Por ello se están pagando costos muy altos para equiparar estas brechas en estos tiempos, lo cual requiere enfrentarla con acuerdos políticos para ejercer la acción pública”.
DESCONTENTO SOCIAL
Latinoamérica terminó 2019 inmerso en un gran número de protestas ciudadanas a causa de las desigualdades, un sentimiento que, según los expertos, se verá exacerbado tras la pandemia, lo que podría generar más movimientos sociales.
Chile, Perú, Brasil, Bolivia y Colombia, con las protestas de los ‘pañuelos rojos’ son algunos de los ejemplos que están empezando a surgir por la pandemia.
“En muchos países se llegó a la pandemia con un nivel intenso de tensión social y de polarización. Habrá nuevas protestas si los planes de ayuda benefician más a las grandes empresas y a ciudadanos privilegiados, que a las pymes y a los sectores más vulnerables. También, si los estados de alarma deterioran la situación de los derechos fundamentales y la calidad democrática”, apunta Carreras.
De igual forma, Lacoste resalta que “esto dependerá de cada estado. Los que tengan masa muscular vigorosa, tenderán a consolidarse, pero los que no tengan fondos contracíclicos, alta inflación y sin acceso al crédito, van a sufrir fuertes turbulencias. En esos países se va a generar una frustración social sin precedentes. La popularidad de los gobiernos se va a desplomar, y varios pueden llegar a caer, como ocurrió en la Gran Depresión”.
Rubén López Pérez
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