Dólar por los cielos, desarrollo por los suelos
“Por la paciencia y el conformismo, Colombia hoy sufre seis ‘apagones’ que condenan al Gobierno actual”
Un país con una pobreza crítica del 49% de su población y una desigualdad en datos del Banco Mundial en 52% –la segunda nación en esta oscura lista– y un desempleo en más de 400 municipios por encima del 15%
Por: Luis Camargo O.
Foto: tomada de internet
Un ciudadano corriente no alcanza a entender cómo un país con seis ‘apagones’– económico, laboral, moral, hídrico, salud, y eléctrico– pueda sostenerse y permanezca inalterado en su estructura de poder y en relativa armonía, manipulado únicamente un proceso de Paz con una de las más de 400 bandas que tiene generando violencia, conflicto y delitos.
Si bien extendemos la denominación al concepto de cese de suministros, los hechos que relata la cotidianidad son más relevantes. Un dólar que en meses se dispara de 1.800 a más de 3.000 pesos, (no bajará de $2.700 a diciembre,) causando la quiebra de las finanzas de decenas de municipios y empresas con deudas externas, detiene las dinámicas de apalancamiento externo de planes y obras, y de importaciones en tecnologías y bienes industriales. Es tan peligroso que el mismo FMI recomienda suspender la política de devaluación, entre otros, de Colombia con la excusa de la competitividad por los serios daños que causa al desempeño económico global y el desbarajuste más agudo de economías que en América y África venían siendo emergentes. El choque es tan grave que se apagaron todos los carros distintos a los de exportaciones. Hasta ahora hay reacciones para menguar este avance inusitado y negativo. El crecimiento anual bajará a menos del 2,5%.
Un país con una pobreza crítica del 49% de su población y una desigualdad en datos del Banco Mundial en 52% –la segunda nación en esta oscura lista– y un desempleo en más de 400 municipios por encima del 15%, cuenta un panorama nada halagador para la estabilidad social y desdice de los políticos, donde los cuadros quedan nuevamente en derrota sin argumentos para mentir, así canten una supuesta reducción de la pobreza y la marginalidad. La informalidad ha disminuido para aumentar el desempleo y la pobreza.
A la vista está un campesinado en un 60% de pobres, que la hora de morir deja batallones de hijos e hijas, y nada para su sepelio, solo recuerdos de su esfuerzo y honor. Realidades que se acentúan por carencia de soluciones y la perenne marginalidad de los tiempos y de los mundos alrededor. Bajo valor agregado en materias primas y alimentos por ausencia de redes cooperativas productivas y de mercadeo rural, falta de una minería organizada, y falta de sistemas multimodales de trasporte interactuando.
Encima de este mosaico de apagones, está el moral con una dirigencia política y unas instituciones cuestionadas en todos los ámbitos de la moral pública. Un mundo gay en el congreso y la seguridad con círculos depravados manejan un poder corrupto dedicado al saqueo del erario de los ciudadanos y al olvido de sus necesidades y problemas. La justicia se contradice entre jueces, fiscales y policías; los paros rebasan los términos, y las ejecuciones superan las condenas. Hasta la DIAN ha sido robada y todas las entidades tienen saldos rojos en pagos de fraudes y pérdidas. ¿En quién confiar si por todas las variables de deontología hay desorden y decadencia?
El sistema hídrico supuesto orgullo nacional, es otro apagón de generadoras por falta del recurso, y acueducto sin líquido que suministrar. Mal manejo del sistema de agua potable tiene una mortandad de la Guajira al Amazonas, bien por carencia o bien por no potabilidad o bien por sequía. La población un día va verse tan precaria que tendrá que congregarse y explorar pozos, recuperar nacientes, cañadas y ríos, y en el caos profundo del siguiente niño a lo mejor beber sus propios líquidos para no morir de sed.
El sistema eléctrico montado sobre un supuesto dilapidado: el agua (65%), con cualquier unidad parada regiones enteras quedan a oscuras. Estando en pleno trópico, se ha desconocido la mayor fuente: el sol con su irradiación y con sus vientos. El eje ecuatorial nos da un privilegio que es casi infinito para fuentes alternas renovables que desdeñamos al ignorarlas todo el pasado siglo y lo que va de este sin establecerlas como los mayores recursos de suministros estables y continuos lejos de toda contaminación, daño al ecosistema o agotamiento. Tecnologías en las que podemos no solo adoptar y acoplar sino producirlas y usarlas a gran escala sustituyendo las demás.
El otro eslabón roto y bien a oscuras es el panorama de la salud. Quebrado el sistema de salud EPS, y sus principales empresas; reformulada la ‘colcha’, y aprobados los desordenes financieros, siguen mal prestados los servicios, recetarios uniformes para todas las enfermedades, y hospitales cerrados o quebrados sin pagos y con nóminas hambrientas porque no hay para nóminas aun siendo mal pagadas. Puestos de salud sin nivel y sin fármacos. Poblados sin prestación del servicio.
¿Cómo señalar hacia Venezuela, Ecuador, Bolivia o Argentina si tenemos la casa incendiada y la familia deprimida en al incertidumbre rebuscando a palos su destino? Pero a los dirigentes están ocupados en sus componendas e intrigas en un submundo del que solo los va a sacar un golpe de Estado de las próximas elecciones nadando en el mapa zozobrante del posconflicto. Las multitudes fatigadas de la ignominia tendrán que reaccionar a hurto de la compraventa de votos y las maquinarias para ver surgir líderes que los escuchen, sirvan y compongan la situación y el desbarajuste indigno y cínico. Solo la paciencia, el conformismo y la desilusión permiten permanecer un régimen tan mediocre y corrupto mientras el dólar está por los cielos y el desarrollo no camina se arrastra por los suelos siendo estos con sus subsuelos, sus pobladores, la biótica y el clima colmados de tal variedad de riquezas.
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