Uribe contra Santos: Deshojando la margarita
ARGENPRESS.info
La alianza de clases dominantes en Colombia cohesionada por Uribe Vélez, y que su continuador en el ejercicio del Poder Juan Manuel Santos trata desesperadamente de mantener con el nombre de Unidad Nacional, tiene (como toda alianza económica y política entre clases sociales) sus contradicciones internas y estructurales que de cuando en cuando salen a flote, dejando ver el movimiento que subyace y dinamiza la realidad más allá de las apariencias o formalidades, con la cual los “spinn doctors” (intoxicadores de opinión del régimen) han pretendido explicarlas: por ejemplo entre un Gamonal con zurriago y un Tahúr frío y elegante de los barcos a vapor del río Misisipi.
J.M. Santos golpeado diariamente por la fermentada y olorosa realidad que heredó como sucesor de Uribe Vélez, supo desde un principio (porque se lo advirtieron en Washington) que debía maquillar (por no decir corregir) el rumbo dictado por la mafia narco-paramilitar que finalmente había copado el Estado Colombiano. Pero, ¿cómo hacerlo sin trabar el liderazgo impuesto por el Gamonal del Ubérrimo y entrar en contradicción abierta con él? Fácil: Tal como la experiencia canina de los tahúres enseña, “es mejor lamer que morder”.
Y así con nadadito de perro (elegancia aristocrática del Gun Club la llamaron los intoxicadores de opinión) fue introduciendo sus pequeños maquillajes correctivos tratando de no molestar o malquistarse con su Padrino. Respondiendo con una zalema cada zurriagazo de ira con que desde su Twiter el Capataz lo fustigaba. Declaró a su odiado Chávez como “su mejor amigo” y lo llevó a firmar un pacto de Estado para que le entregara las personas opuestas a él. Logró que el gobierno del Ecuador atenuara su reclamos de Soberanía por el bombardeo criminal y artero en Sucumbíos. Arregló con el gobierno de Panamá el asunto de la extradición de la chuzadora del DAS María del Pilar Hurtado. Y reconoció públicamente como gobernante que, en Colombia si había un conflicto social y armado de vieja data.
Hizo alianzas burocráticas con los más odiados adversarios de Uribe Vélez: Vargas Lleras, el primer impulsor de la tesis de la amenaza terrorista, para que impulsara su ultrarreaccionaria ley Lleras. Con los liberales Pardo Rueda, Samper y Serpa para impulsar la ley de Victimas, y con el conservador antioqueño Juan Camilo Restrepo para sacar adelante la restitución de Latifundios.
Y cuando su padrino y sus seguidores pedían grandes gestos de rechazo, hizo apenas algún mohín aristocrático por los fallos de la Corte Suprema de Justicia sobre la Lámpara de Aladino de Raúl Reyes, o por el fallo jurídico sobre la toma base de las delicias por la Farc en 1997, sobre otras condenas a militare y el llamado a juicio de Narváez ( el psicópata director del Das para quien matar comunistas no es ningún delito punible), o sobre las denuncias del registrador sobre el fraude electoral electrónico proveniente de los cuarteles de la Policía Nacional; pero cuidándose eso sí, de deshojar públicamente la margarita y declarar públicamente que él era “el mejor cuidandero de los huevitos del presidente Uribe”, o que “quienes quisieran la guerra estaban mentalmente enfermos” o que el bombardeo en Sucumbíos Ecuador era responsabilidad suya, pero (ojo) “compartida” con el presidente Uribe. ect
Y así el miedo de Uribe Vélez a enfrentar la Corte Penal Internacional, aumentado después del bochornoso suceso en la comisión de acusaciones de la cámara de representantes, aunado al descontento de los Militares y del Inquisidor Ordóñez por los fallos adversos a sus intereses, llevaron a que las “fuerzas oscuras “ o “mano negra” o “mafia narco paramilitar” como se le conoce actualmente ( la misma que llevó a Juan Manuel Santos a la presidencia de la república ) se decidiera a salir de la oscuridad, donde se ha mantenido oculta y sin castigo por más de 60 años, para advertirle abiertamente a Santos que ha ido demasiado lejos desobedeciendo al Patrón, y le pusiera un “petardo” al busto de Laureano Gómez, mientras su hijo predilecto Enrique, hacía coincidir la versión suya con la del narco paramilitar “Rasguño” responsabilizando de la muerte de su hermano Álvaro Gómez Hurtado a Samper y su ministro del interior Serpa Uribe.
¿Cual ha sido la respuesta gentil y cortes de JM Santos? En lugar de dar nombres que de sobra sabe, prefirió lanzar un pétalo negro en la oscuridad, reviviendo la trasnochada tesis de la “conspiración de la Mano Negra” fundada por Echavarría Olózaga y Julio Mario Santodomingo en 1960, puesta en boga por López Michelsen para presentarse como revolucionario liberal partidario de la revolución cubana, y sobre todo, para insultar a los demócratas partidarios de la justicia y la verdad. Como si en Colombia no hubiera pasado nada en todos estas décadas de conflicto y no hubiéramos aprendido nada de nada.
Como si en Colombia todos fuéramos una chusma de ignorantes que no supiéramos de donde proviene Juan Manuel Santos y su teoría inglesa del neoliberal Tony Blair de la Tercera Vía. Como si no supiéramos que, la familia Santos (tal como lo confesó desvergonzadamente Luis Fernando Santos, gerente de la CEET) “no tiene corazón sino bolsillo”. Como si no supiéramos...
Fuente imagen: NARIÑO
http://www.argenpress.info/2011/06/uribe-contra-santos-deshojando-la.html