Tempo al tempo
ABIL PERALTA AGÜERO
La filosofía y el humanismo son las fuentes que norman las profundas preocupaciones estéticas, emocionales y espirituales del artista puertorriqueño Abdías Méndez Robles. Su más reciente exposición individual, presentada en el Convento de los Dominicos por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, es la más precisa comprobación de su visión sobre la función humano, espiritual, estética y conceptual del arte y de su obra como sensible fuente de recepción de sus inquietudes mas enigmáticas y radicales sobre el presente y destino de la humanidad. Méndez Robles, dentro de una cósmica visión sobre la función del arte, separa su vínculo con el hombre de la territorialidad planetaria y terrenal y se sitúa como vidente y habitante en una mística sucesión de planos atemporales donde el racional concepto de vida encuentra respuestas reales a preguntas tales como el destino de la humanidad, el cuerpo como residencia del espíritu y del ser, y el éter como morada cósmica de nuestro cuerpo en su estado supremo de inmanencia o esencial negación de la materialidad.Desde ese estadio de serena y profunda reflexión nos habla Méndez Robles en su más reciente colección de pinturas y obras-pastel-sobre papel, partiendo desde una formulación plástica y visual en directa correspondencia con la pintura metafísica, cercano a los imaginarios y enigmáticos mundos de René Magritte y Giorgio de Chirico; de ellos aprendió el artista caribeño la poética, densa y sutil organización del espacio visible.
Reversión
La metafisisidad en su obra se inscribe dentro de un ideario supraterrenal, situando al hombre en planos superiores de existencia, procurándole respuestas a los tormentos, pasiones y angustias arrastrados durante su material presencia y estadios de vida en el planeta tierra.
El artista a pesar de la atemporalidad del universo creador que domina las escenas de su obra, muestra hondas preocupaciones por el destino del hombre interior, por el destino del humano esencial, por el destino del ser; procura armonía a su infinita existencia futura. Para alcanzar esa serena plenitud discursiva, el artista apela a una organización composicional constructiva del espacio, impregnándole una silenciosa y poética plasticidad, en la que una serie de propuestas signológicas comportan sus estudios de comunicación visual dentro de la categoría de signos: círculos, arcos veteados, estructuras geométricas, rostros en permanente y misteriosa observación, rostros suspendidos en el aire o en el agua, etc.Es a partir de esa comunicación signológica, dotada de una compleja relación semiológica en que Abdías Méndez Robles nos revela los enigmas de su discurso, siempre desde la atmósfera de un espacio dilatado, en el que prevalece el perfil curvo de los elementos, en el que el círculo es un significante esencial para referenciar el valor universal de la existencia humana. Esos aciertos conceptuales en su obra dentro del contesto general de su producción, el artista los obtiene con mayor afirmación estética y estilística en su exquisita y espiritualizada serie de pasteles sobre papel, en las que logra exponer sus formas bullentes de cósmicas asociación a partir de matizaciones cromáticas nacidas de una sobria y poética aplicación de colores acerados que le imprimen profundidad e intemporalidad continua a este silencioso y místico dialogo con la duda, la conciencia, el destino del hombre y del ser.
* El autor es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte AICA / UNESCO y miembro directivo de la Asociación Dominicana de Críticos de Arte