Unas nanopartículas metálicas pueden dañar el ADN en células al otro lado de una barrera celular. (Foto: Bristol U.)
(NC&T) La investigación ha sido realizada por un equipo de la Universidad de Bristol, incluyendo a Patrick Case, Gevdeep Bhabra y Ashley Blom, y por otros expertos de diversas instituciones.
El equipo cultivó una capa de células humanas (de aproximadamente 3 células de grosor) en el laboratorio. Los investigadores entonces usaron esta barrera para examinar los efectos indirectos de nanopartículas de cobalto-cromo sobre las células que estaban tras esta barrera.
La envergadura de los daños sufridos por el ADN de las células detrás de la barrera protectora resultó ser similar a la de los daños en el ADN causados por la exposición directa de las células a las nanopartículas.
Aunque este trabajo fue realizado en el laboratorio, y no sobre un cuerpo humano, los resultados sugieren la existencia de un mecanismo por el cual ciertos efectos biológicos pueden ser señalizados a través de una barrera celular. Esto aporta pistas reveladoras acerca de cómo pueden actuar en el cuerpo barreras celulares tales como la piel, la placenta y la barrera hematoencefálica.
Si las barreras en el cuerpo humano realmente actúan de este modo, entonces es posible deducir cómo otras partículas pequeñas, incluyendo granos de polvo metálico o virus, pueden tener influencia en el cuerpo humano. El hallazgo también abre un posible camino hacia el aprovechamiento de este mecanismo de señalización para usarlo en la aplicación de nuevas terapias farmacológicas en el futuro.
Por último, los resultados del estudio sugieren que los efectos indirectos, no sólo los directos, de las nanopartículas sobre las células, podrían ser un inesperado e importante aspecto a tener en cuenta al evaluar su seguridad.