



- La dosis infectiva es muy baja, o lo que es lo mismo, no hay que estar expuesto a una gran cantidad de virus para infectarse.
- Por el contrario, la cantidad de virus que expulsa una persona infectada es muy alta. La combinación de estos dos factores son lo mejor para el virus… y lo peor para nosotros.
- Se transmite por vía aérea. Una persona con sarampión contagia el virus al respirar, toser o hablar, y este puede permanecer en el aire durante un cierto tiempo. Se ha calculado que un niño que entre en una habitación (una guardería, por ejemplo) dos horas después de que lo haya hecho otro niño con sarampión, podría quedar infectado.







