Ciertas bacterias bucales están relacionadas con la memoria y la cognición, mientras que otras pueden aumentar el riesgo de alzhéimer
Las bacterias presentes en la boca y la lengua pueden estar relacionadas con cambios en la función cerebral a medida que envejecemos (Pexels).
Sarah Romero
20/02/2025 - 05:00
Parece que las bacterias que viven en nuestra boca, no solo estarían relacionadas con la salud de nuestros dientes y nuestras encías, sino que su influencia iría mucho más allá. ¿Y si afectaran también al cerebro? Los científicos han identificado varias especies bacterianas como potencialmente más dañinas que otras, y algunos de estos microbios pueden desempeñar un papel importante en la pérdida de memoria y la demencia.
Un estudio dirigido por la Universidad de Exeter en Reino Unido ha descubierto que ciertas bacterias estaban asociadas con una mejor memoria y atención, mientras que otras estaban relacionadas con un mayor riesgo de la enfermedad de Alzheimer.
Existe una asociación conocida entre la periodontitis (enfermedad de las encías) y el empeoramiento de la función cognitiva. Los expertos identificaron una serie de bacterias nocivas que ingresan directamente al torrente sanguíneo y que pueden provocar de la misma forma daños al cerebro. Pero hay otro modo por el que las bacterias pueden afectar a nuestro órgano pensante: mediante el desequilibrio entre bacterias beneficiosas y dañinas; esto puede reducir la conversión de nitrato (abundante en dietas ricas en vegetales) en óxido nítrico, una sustancia química muy importante para la comunicación cerebral y la formación de la memoria.
En este estudio, los investigadores analizaron el microbioma oral de 115 personas, incluidas 55 con deterioro cognitivo leve. Algunos de los participantes eran portadores del alelo de la apolipoproteína E4 (APOE4), un factor genético relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer. En el grupo con deterioro cognitivo leve, una mayor presencia de bacterias del género Neisseria se vinculó con un mejor desempeño en funciones ejecutivas y atención visual; mejor memoria, mejor atención y capacidad para realizar tareas complejas. Estas personas también tenían niveles más altos de nitrito en la boca.
Por otro lado, en individuos sin problemas cognitivos, Neisseria se asoció con una memoria de trabajo más sólida. El grupo de bacterias Prevotella se asoció con niveles reducidos de nitrito, lo que, según los investigadores, podría estar vinculado con una peor salud cerebral. Además, este tipo de bacterias era más frecuente en personas que portaban el alelo APOE4, un factor de riesgo para el desarrollo del alzhéimer.
¿Hay forma de reducir este riesgo?
Según los expertos, que publican sus conclusiones en la revista PNAS Nexus, sugiere que al promover ciertas bacterias en la boca podríamos retrasar el deterioro cognitivo; algo que podría conseguirse con probióticos o prebióticos que pueden estimular y alimentar ciertas comunidades microbianas en la cavidad oral en tan solo unas semanas. Los investigadores observaron que las dietas ricas en nitratos (como la dieta mediterránea y la dieta DASH) favorecen la presencia de bacterias beneficiosas para la función cognitiva, demostrando que el mantenimiento del microbioma oral puede ser un factor importante para la integridad general de la reciprocidad funcional y la salud del microbioma (oral y gastrointestinal) así como del cerebro.
Ojo, que no todos los microbios en la boca son necesariamente dañinos para nuestro cerebro; algunos también podrían protegernos. ¿Dónde está el límite? Pues, al igual que como tantas cosas en esta vida, el equilibrio es la clave del éxito.
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