Una mutación separa la gripe aviar de la próxima pandemia. Más casos humanos a partir de 2023, mayor riesgo para 2025. ¿Cómo prepararse?
Incluso con los mejores sistemas de alerta temprana, nunca podremos eliminar el riesgo de nuevas zoonosis. Por este motivo, es fundamental fortalecer la resiliencia de los sistemas de salud, particularmente en los países más vulnerables
Gianluca Riccio
Diciembre 28 2024
El mundo apenas ha comenzado a dejar atrás a Covid y la sombra de la próxima pandemia ya se vislumbra en el horizonte. Nada de murciélagos ni pangolines, esta vez podría venir de un huésped "familiar": las aves de corral. Gripe aviar, causado por el virus H5N1De hecho, está registrando un preocupante aumento de casos, no sólo entre las aves sino también entre los mamíferos.
Desde 2023 ha habido un pequeño pero significativo aumento de personas infectadas, con una tasa de mortalidad el 30%. Fue suficiente para que el H5N1 ascendiera rápidamente en la lista de prioridades de las autoridades sanitarias de todo el mundo. La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿será ésta la próxima gran amenaza pandémica?
H5N1: una amenaza creciente
La influenza aviar H5N1 no es una recién llegada al escenario de zoonosis potencialmente pandémicas. Este virus lleva años circulando en aves silvestres y granjas avícolas, provocando periódicamente brotes de alta mortalidad. Sin embargo, en los últimos tiempos algo parece haber cambiado. El virus muestra una preocupante tendencia a adaptarse a nuevos huéspedes: se han detectado varios brotes en ganado lechero en varios países, y incluso en caballos en Mongolia.
Pero sobre todo, como les decía, es el salto de las infecciones humanas lo que hace saltar las alarmas. El H5N1 parece haber desarrollado una mayor capacidad para infectar a nuestra especie. Hasta ahora, las infecciones parecen deberse principalmente al contacto directo con animales infectados o al consumo de leche cruda, y el virus aún no muestra una transmisión sostenida de persona a persona. Pero esto podría cambiar y conducir a la próxima pandemia.
La mutación que todos temenMicrografía electrónica de transmisión coloreada de partículas del virus de la influenza A (.NIAID/Flickr/CC-BY-SA 2.0 )
Separando el H5N1 de su capacidad de propagarse eficazmente entre humanos podría ser una mutación genética única y fatídica. Esto es lo que se desprende de un reciente estudio publicado en Ciencias: (lo enlazo aqui) quien analizó el genoma viral.
Para infectar las células, los virus de la influenza deben unirse a receptores de superficie específicos llamados ácido siálico. Los aviares están adaptados a la versión "aviar" de estos receptores, pero con modificaciones también podrían conectarse perfectamente a los humanos.
Los investigadores advierten que una mutación puntual única en una proteína clave podría darle al H5N1 su temida capacidad de transmitirse a los humanos. Una perspectiva que, con unas tasas de mortalidad actuales del 30%, hace temblar incluso a los más optimistas. Si el virus adquiriera esta capacidad, el mundo podría enfrentarse a una nueva pandemia devastadora en cuestión de meses o incluso semanas.
El espectro de una nueva emergencia global, con las cicatrices de la Covid aún frescas, parece para muchos un destino inevitable. Por ejemplo, el Reino Unido ya ha comprado 5 millones de dosis de vacuna H5, capaz de proteger contra la influenza aviar, en preparación para este riesgo en 2025.
¿Es realmente así entonces? ¿Empezamos de nuevo? ¿Estamos condenados a perseguir un patógeno tras otro, en un torbellino interminable de confinamientos y restricciones? La respuesta, afortunadamente, es no. Prevenir la próxima pandemia no sólo es posible, sino necesario. Y la clave es pasar de la reacción a la prevención.
¿La próxima pandemia? No estamos bromeando. Anticípate, no persigas
Durante demasiado tiempo, el enfoque global ante las pandemias ha sido reactivo: espera que surja y se propague un nuevo patógeno, y luego toma medidas con medidas de contención, medicamentos y vacunas. Pero este paradigma ha mostrado todos sus límites con el Covid: incluso las respuestas más rápidas todavía le dan tiempo al virus para infectar a millones de personas y hacer que sistemas de salud y economías enteras caigan en picada.
La principal forma de romper este ciclo es la anticipación: identificar patógenos potencialmente pandémicos antes de que den el salto a especies, estudiar su evolución y desarrollar contramedidas con antelación. Es la filosofía del llamado "disparo a la luna" de las pandemias, un ambicioso programa de investigación y vigilancia que pretende neutralizar de raíz las amenazas emergentes.
El primer pilar de esta estrategia es la monitorización capilar la circulación de virus de alto riesgo, como la gripe aviar, en las poblaciones animales. Esto requiere una colaboración sin precedentes entre sectores a menudo separados, como la salud pública veterinaria y humana, el medio ambiente y la agricultura. Sólo mapeando la ecología y evolución de estos patógenos en tiempo real podremos anticipar y prevenir el salto de especie.
Cada presión que ejercemos sobre los ecosistemas, desde la deforestación hasta la agricultura intensiva, aumenta el riesgo de zoonosis. Imagen: Depositphotos
Un radar para los virus
La supervisión, que quede claro, no es suficiente: también es necesario desarrollar una capacidades de “alerta temprana” para identificar rápidamente cualquier caso humano de infecciones zoonóticas. Esto significa fortalecer los sistemas de vigilancia sindrómica, que rastrean grupos de síntomas sospechosos en todo el mundo en tiempo real e integran sistemas de inteligencia artificial para identificar señales anómalas en el "ruido de fondo" de las enfermedades estacionales.
Un ejemplo concreto son las llamadas "comunidades centinela", comunidades de alto riesgo (como agricultores o aquellos que viven en estrecho contacto con animales salvajes) que son monitoreadas de cerca para identificar tempranamente cualquier contagio de patógenos. Paralelamente, es necesario mejorar las capacidades de diagnóstico a nivel mundial, con especial atención a los países de ingresos bajos y medios, donde a menudo surgen nuevos virus.
El verdadero punto de inflexión sería el desarrollo de lo que algunos llaman “arqueología predictiva”de virus: utilizar secuenciación genómica masiva y algoritmos de aprendizaje automático para mapear toda la “virósfera”, el mundo de los virus, y predecir su evolución futura. Sabiendo de antemano qué mutaciones podrían hacer que un virus sea más transmisible o patógeno, podríamos desarrollar vacunas y terapias “panvirus” capaces de neutralizar familias enteras de patógenos incluso antes de que surjan. ¿En resumen? No habría una próxima pandemia. Nunca más. Nunca le daríamos el tiempo.
Próxima pandemia, fortalecer las líneas del frente
Incluso con los mejores sistemas de alerta temprana, nunca podremos eliminar el riesgo de nuevas zoonosis. Por este motivo, es fundamental fortalecer la resiliencia de los sistemas de salud, particularmente en los países más vulnerables. Esto significa invertir en personal, infraestructura y cadenas de suministro para garantizar que cada país pueda identificar y contener rápidamente cualquier brote local antes de que se convierta en una emergencia global.
Un ejemplo virtuoso en este sentido es África, que gracias a las inversiones posteriores al ébola ha podido responder a Covid mucho más eficazmente de lo que muchos esperaban. Fortalecer la primera línea de defensa, la de los sistemas de salud locales, es quizás la inversión más inteligente que la comunidad global puede hacer para prevenir futuras pandemias.
En África, las inversiones posteriores al Ébola han generado un entorno que ha permitido una mejor gestión de la Covid.
Una salud, un mundo
La lección más importante que la Covid nos enseñó es que la salud humana, animal y ambiental están intrínsecamente interconectados. Ya no podemos permitirnos el lujo de considerarlos compartimentos estancos. Cada presión que ejercemos sobre los ecosistemas, desde la deforestación hasta la agricultura intensiva, aumenta el riesgo de zoonosis. Asimismo, Las condiciones de vida insalubres y las desigualdades en el acceso a la atención sanitaria crean un terreno fértil para la propagación de epidemias.
Prevenir la próxima pandemia, por tanto, no es sólo una cuestión de vigilancia y ciencia, sino que requiere un replanteamiento profundo de nuestra relación con el planeta y otros seres vivos. Requiere abrazar hasta el final El enfoque “Una sola salud”, que ve la salud como un continuo inseparable entre las personas, los animales, las plantas y su entorno compartido.
Esto significa promover prácticas agrícolas sostenibles que minimicen el contacto entre la vida silvestre y el ganado, preservar los hábitats naturales que actúan como un "amortiguador" contra los patógenos, mejorar los estándares de bioseguridad en las granjas y en mercados húmedos. Pero también significa luchar contra las desigualdades socioeconómicas y garantia acceso universal a servicios de salud de calidad, porque nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo.
¿La próxima pandemia? No, el futuro es más seguro. Si queremos.
La sombra de la próxima pandemia, tal vez causada por la influenza aviar u otro patógeno aún desconocido, se cierne siniestramente en el horizonte. Pero no estamos condenados a sufrirlo impotentes. Contamos con las herramientas, el conocimiento y las tecnologías para prevenirlo o, en el peor de los casos, mitigar drásticamente su impacto. Lo que a menudo nos falta es la voluntad política y las inversiones necesarias para pasar de la reacción a la prevención.
La pandemia de Covid ha expuesto como nunca antes las fragilidades e interconexiones de nuestro mundo globalizado. Nos hizo comprender que ningún país puede enfrentar por sí solo amenazas que no conocen fronteras. Nos recordó que la salud no es un lujo, sino un derecho fundamental y un bien público global que requiere cooperación y solidaridad entre las naciones.
Quizás, si aprendemos de estas lecciones, no sólo podamos prevenir la próxima pandemia, sino también construir un mundo más saludable, más justo y más resiliente para todos. Un mundo en el que la salud de cada ser vivo se considere íntimamente conectada con la de los demás y con la de todo el planeta. El camino está lleno de obstáculos, pero la dirección es clara.
Y el futuro, a pesar de las amenazas que se avecinan, aún está por escribirse.
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Gianluca Riccio, directora creativa de Melancia adv, redactora y periodista. Forma parte del Instituto Italiano para el Futuro, World Future Society y H+. Desde 2006 dirige Futuroprossimo.it, el recurso italiano de Futurología. Es socio de Forwardto - Estudios y habilidades para escenarios futuros.
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