El arranque del lawfare les resultó chueco a sus artífices, los magistrados del urIbismo y del vargasllerismo
El Gobierno del cambio debiera mantener una mejor y más cercana coordinación con las centrales obreras, en particular con la CUT y, con FECODE, su principal afiliada. Insistimos en ese llamado.
Edición #100
13 de noviembre, 2024
La hora actual y sus tareas
Justo a tiempo, reveladas las denuncias del presidente Petro sobre la conspiración golpista en curso, resultaron tan impactantes como eficaces. Alertaron al país, aportaron hechos demostrativos del alcance criminal de las prácticas de la extrema derecha y, sobre todo, provocaron masivas movilizaciones de apoyo al gobierno Petro en todo el país. Respaldo complementado con el criterio de eminentes juristas que objetaron la competencia del Consejo Electoral para abrirle investigación y formularle cargos al primer mandatario, al tiempo que fundaron tal objeción en el fuero integral del presidente.
Ocurrió así que el arranque del lawfare les resultó chueco a sus artífices, los magistrados del urIbismo y del vargasllerismo. La espuria investigación y formulación de cargos siguen en pie, pero quedó conjurado su ímpetu inicial. Insidioso por ahora; la recogida momentánea no será más que la espera agazapada de otra oportunidad.
En modo alguno no debe bajarse la guardia. Gran equivocación sería imaginar que ya pasó todo, y que tendremos cielo despejado hasta las presidenciales de 2026. Al igual que el crédito prestado por sectores del centro político y segmentos del bando democrático, del progresismo y aún de izquierda, ante la ofensiva mediática del establecimiento y voceros de la ultraderecha, mofándose de las alertas del presidente sobre el golpe, tildándolas de delirantes. En la simple enumeración de los principales hechos precedentes a la operación del Consejo Nacional Electoral, entre ellos la compra ilegal del software espía “Pegasus” y el plan para atentar contra el presidente, resalta, clarísima, la huella de la conspiración golpista.
Junto a la difusión de los hechos que fundamentan la existencia real del peligro de golpe, deben divulgarse los obstáculos que han obstruido al Gobierno Petro la realización del conjunto de las reformas sociales como del programa de gobierno del cambio. Procedentes casi todos, de manera directa o enraizados en los gobiernos neoliberales y uribistas, y en especial en el de Duque, con el telón de fondo de las consecuencias duraderas de la crisis sanitaria mundial de la pandemia y la guerra de Ucrania.
Así mismo cabe adelantar, la difusión más amplia posible entre el pueblo de los logros del gobierno en sus primeros dos años. Las anteriores reformas aprobadas en materia pensional y tributaria, la larga lista, especialmente en materia agraria y de subsidios a la población más vulnerable, de los muchos y notables avances del gobierno del Cambio. Al lado del buen suceso que presenta la decisión del gobierno de apoyar la continuidad del trámite legislativo de la reforma del Sistema General de Participaciones, aunque el pulso por modificar importantes aspectos en el texto del proyecto de acto legislativo continuará en los dos decisivos debates parlamentarios que faltan y, requerirá de un acuerdo entre las bancadas alternativas y democráticas, el gobierno popular y representantes de los sectores sociales, especialmente con FECODE.
Habida cuenta de eso, el Gobierno del cambio debiera mantener una mejor y más cercana coordinación con las centrales obreras, en particular con la CUT y, con FECODE, su principal afiliada. Insistimos en ese llamado.
Bogotá, 2 de noviembre de 2024
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