La ciencia del frío aumenta la posibilidad de revivir personas siglos después de su muerte
Los viajes espaciales de cientos de años serán posibles gracias a la criónica. / Generador de imágenes de COPILOT para T21/Prensa Ibérica.
Alejandro Sacristán
Madrid 02 JUL 2024
La criónica ha conseguido revivir a gusanos y ampliar la ralentización biológica en operaciones a corazón abierto. El siguiente paso será la criopreservación de órganos y organismos enteros de forma reversible a temperaturas bajo cero. Entonces será posible viajar durante cientos de años a planetas lejanos.
La Criónica es una tecnología que ha sido largamente controvertida, pero que con los años ha ido avanzando en su viabilidad técnica. Igualmente, casi cada año, se produce a nivel mundial algún avance o noticia de gran repercusión en los medios de comunicación masiva, como ha sido, recientemente, la noticia del quinto español criopreservado.
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La criónica (a menudo mal llamada en español “criogenización” en los medios), ha sido y sigue siendo un experimento que ha producido una serie de frutos importantes, por ejemplo, la crioconservación de óvulos y espermatozoides, así como de embriones, para la reproducción humana, con un éxito indudable.
Gregory M. Fahy es un criobiólogo y biogerontólogo, considerado uno de los mayores expertos mundiales en Criónica aplicada a los seres humanos y en particular a la criopreservación de órganos y de seres humanos.
Ambulancia en el tiempo
En sus palabras, aplicada a seres humanos, “la criónica es la práctica de preservar individuos a temperaturas criogénicas hoy para una posible reactivación en el futuro. En teoría, la crioconservación humana podría tener varios usos, que van desde la exploración del cosmos en un futuro lejano hasta el "viaje médico en el tiempo", en el presente.
Con respecto a lo último, si las condiciones médicas que son incurables hoy en día se vuelven curables en el futuro, entonces se podrá poner en suspenso el curso de enfermedades fatales de hoy en día, mediante la crioconservación”. La criónica sería una especie de “ambulancia en el tiempo”.
Gusanos revividos
Ramón Risco, profesor investigador de la Universidad de Sevilla, experto en criopreservación de tejidos y de órganos, ha devuelto la vida (reanimado) a gusanos C. elegans, una especie de nematodo de la familia Rhabditidae que mide aproximadamente 1 mm de longitud.
Ramón Risco precisa que no se puede revivir a personas criopreservadas todavía: “entiendo que tendremos que esperar un tiempo, efectivamente, porque no se tienen las técnicas adecuadas para recuperar a esos cuerpos, ciertamente”.
Según Risco, en primer lugar, haría falta tener la seguridad de que cuando se hizo la criopreservación, o sea, el enfriamiento rápido a -196ºC, se hizo con las condiciones convenientes.
Criopreservación en vida
Muchos expertos concluyen que la mayoría de los humanos criopreservados el siglo pasado y hasta fechas relativamente recientes no podrán ser reanimados, debido a la toxicidad de los elementos criopreservantes (anticongelantes) utilizados o a la mala praxis.
Lo ideal, además, sería criopreservar a seres humanos vivos, antes de la certificación de la muerte legal. La criopreservación pre-mortem, hacerlo justo antes de morir, o antes de permitir un gran deterioro del cerebro por una enfermedad: Pre mortem y preagónica.
El otro gran problema, según Ramón Risco es que resulta imprescindible un recalentamiento rápido y uniforme del paciente congelado. Dice que “durante muchos años se han probado las microondas, pero no han funcionado durante medio siglo de investigación. Actualmente parece que se está abriendo la vía con otros tipos de recalentamientos, se llaman Nano-Warming y también se emplean ultrasonidos”.
Recreación artística de la llegada de astronautas criogenizados a un lejano planeta imaginario. / Generador de imágenes de COPILOT para T21/Prensa Ibérica.
Nuevas tecnologías
Ya se dispone de mejores técnicas como la de Nanowarming, un novedoso método de recalentamiento que utiliza nanopartículas magnéticas como agentes calefactores.
En todo caso, según declaró a Tendencias21 el físico y presidente de Alianza Futurista, Sergio Tarrero “hay expertos como Robert Freitas Jr. (investigador de nanomedicina), Ralph Merkle (nanotecnólogo y autor de “La reparación molecular del cerebro”, que habla sobre la muerte teórica de la información), o Eliezer Yudkowsky (investigador inteligencia artificial del MIRI) que creen que muchas personas bien criopreservadas podrían ser recuperadas en el futuro, una vez que tecnologías más avanzadas que las actuales consigan reparar los daños del proceso de criopreservación y reanimación mismo, así como los daños que sufría el cuerpo que dejó de funcionar”.
Vuelos espaciales
Ramón Risco hizo algunas aportaciones a la investigación llamada “Animación suspendida para vuelos en el espacio profundo”. Entre los autores se encontraban Mauricio Girard y Daniel Barranco de la Universidad de Sevilla y los doctores José L. Cordeiro y Rodolfo G. Goya de la Universidad Nacional de La Plata.
El progresivo descubrimiento de planetas extrasolares, así como el creciente número de exoplanetas similares a la Tierra que se vienen detectando, de forma rutinaria, ha excitado el interés de la sociedad y de las agencias espaciales, públicas y privadas, para trabajar en la planificación de misiones interestelares de exploración a los exoplanetas con más probabilidades de albergar vida o condiciones de habitabilidad humana.
Para estos vuelos espaciales tripulados de larga duración, al espacio profundo, es absolutamente necesario aplicar estrategias de animación suspendida a temperaturas criónicas, ultra bajas.
De hecho, para la ralentización o detención temporal de los procesos biológicos, técnicas que a no tan baja temperatura ya se aplican rutinariamente en las operaciones a corazón abierto: la ralentización biológica permite alargar el tiempo de la operación a corazón abierto, desde duplicarla hasta triplicarla.
Viajes de cientos de años
Los viajes interestelares, a pesar de los diferentes hipotéticos medios de propulsión a mayor velocidad que se están diseñando, probablemente tomarán un número de años medido en cifras de decenas o centenas de años.
Según Mauricio Girard y Daniel Barranco, “el rápido progreso de la criobiología y la tecnología de congelación están dando lugar a una creciente certeza sobre la viabilidad de criopreservar órganos y organismos enteros de forma reversible a temperaturas bajo cero”.
Apuntan, como el propio Risco, que “la criopreservación de organismos muy pequeños, como los embriones de mamíferos, se logra de forma rutinaria mediante una vitrificación rápida y un recalentamiento ultrarrápido”.
Vitrificación de órganos
La técnica de vitrificación de órganos consiste en perfundir (perfusión de líquidos en el organismo) el órgano de interés con una serie de soluciones crioprotectoras con el fin de sustituir el agua de los espacios intracelulares y extracelulares por una solución que a temperaturas ultra bajas no formará cristales afilados en forma de aguja como lo hace el agua, sino un sólido vítreo amorfo. Estos científicos también se refieren a la técnica de nanocalentamiento, como Risco, como la más oportuna para reanimar a los astronautas “hibernados”.
En su artículo comentan que “el nanocalentamiento, basado en el uso de nanopartículas magnéticas y campos magnéticos variables, ha demostrado ser muy prometedor para lograr un recalentamiento ultrarrápido y uniforme en órganos de tamaño considerable como el riñón de rata.
Además, los estudios en animales inferiores, como el nematodo C. elegans, han demostrado que el sistema nervioso puede criopreservarse con éxito y devolverse a una condición funcional mediante procedimientos de congelación y descongelación ultrarrápidos, preservando la memoria de los especímenes entrenados”. El camino a los viajes espaciales de larga duración empieza a abrirse gracias a la criónica.
También en medicina
También se ha avanzado mucho en la identificación de fármacos que inducen una ralentización reversible de los procesos metabólicos y fisiológicos.
Esto significa, a corto plazo, que los trasplantes se podrían basar en órganos preservados criónicamente, alargando la vida útil del órgano a trasplantar y sobre todo tendrían especialmente para órganos con alta susceptibilidad a la lesión por hipoxia-reperfusión, como el corazón.
Más de cincuenta científicos e investigadores de Harvard y otras universidades han concluido recientemente que “la inducción farmacológica de la ralentización fisiológica en combinación con los sistemas de transporte de perfusión de órganos puede ofrecer un nuevo enfoque terapéutico para la preservación de tejidos y órganos para trasplantes, tratamiento de traumatismos y mejora de la supervivencia del paciente en lugares remotos y de bajos recursos”.
Carta abierta
Por último, se ha producido en 2024 una carta abierta de unos 80 expertos, la mayoría científicos e ingenieros, sobre la criónica, los signatarios abarcan todas las disciplinas relevantes para la criónica, incluyendo Biología, Criobiología, Neurociencia, Ciencias Físicas, Nanotecnología y Computación, Ética y Teología.
Entre los firmantes, se encuentran destacados científicos de institutos como el MIT, Harvard, la NASA y la Universidad de Cambridge. Por ejemplo, João Pedro de Magalhães, Ph.D. de la Universidad de Namur en Bélgica, Nick Bostrom, Ph.D. de la Universidad de Oxford o K. Eric Drexler, Ph.D., Presidente del Instituto de Prospectiva de Palo Alto, California. El hispano venezolano del MIT José Luis Cordeiro Ph.D. se encuentra entre ellos.
Preservar seres humanos
Recopilan decenas de estudios científicos y bibliografía sobre criónica y resaltan en la carta lo siguiente: “La criónica es un esfuerzo legítimo basado en la ciencia que busca preservar a los seres humanos, especialmente el cerebro humano, mediante la mejor tecnología disponible. Se pueden imaginar tecnologías futuras para la reanimación que impliquen la reparación molecular mediante nanomedicina, computación altamente avanzada, control detallado del crecimiento celular y regeneración de tejidos”.
Y añaden: “Con vistas a estos desarrollos, existe una posibilidad creíble de que la criónica realizada en las mejores condiciones que se pueden lograr hoy en día pueda preservar suficiente información neurológica para permitir la eventual restauración de la salud completa de una persona. Los derechos de las personas que eligen la criónica son importantes y deben ser respetados”.
Reviviendo personas
Ramón Risco concluye que “en el supuesto que se hubiera hecho bien la criopreservación el único problema que quedaría por resolver es el recalentamiento rápido y uniforme y podría estar completamente resuelto en diez años”.
Posiblemente entonces, dice, algunas de esos cientos de personas criopreservadas en el mundo podrían ser reanimadas. Otra cuestión que queda en el aire es que algunos expertos opinan que, después de muertas y criopreservadas, dichas personas reanimadas, ya no serían las mismas, en muchos sentidos.
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