La ONU tergiversó nuestros datos para favorecer a la industria de la carne y subestimar su responsabilidad ambiental, acusan dos científicos
Los científicos advierten que un informe de la FAO manejó inapropiadamente los hallazgos de otras investigaciones para favorecer a la industria ganadera. La agencia asegura que su trabajo fue sometido a un riguroso proceso de revisión.
Vacas comiendo en un establo.DEIMAGINE/GETTY IMAGES
Dos científicos citados en un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) acusan a la agencia de haber “tergiversado gravemente” sus investigaciones para favorecer a la industria ganadera. Los expertos sostienen que el organismo manipuló la información para subestimar el potencial de la reducción del consumo de carne en la batalla contra el cambio climático.
Paul Behrens, profesor asociado de la Universidad de Leiden, y Matthew Hayek, profesor asistente de la Universidad de Nueva York, enviaron una carta a la FAO en la que solicitan “una retracción urgente debido a numerosos errores de encuadre, metodológicos y de datos”.
Las sardinas y anchoas tienen nutrientes similares a la carne sin sus aspectos negativos, por lo que son una opción atractiva y saludable.
La agencia publicó el informe ‘Pathways towards lower emissions’ en la vigésima octava Conferencia de las Partes (COP28). El reporte contempla una evaluación global de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sugiere una serie de medidas para mitigar la huella ambiental de los sistemas agroalimentarios. El análisis retomó datos de una investigación dirigida por Behrens.
El trabajo de Behrens fue publicado en 2017. Examinó los impactos ambientales de las dietas recomendadas a nivel nacional (NRD, por sus siglas en inglés) respaldadas por las autoridades gubernamentales de la época. La mayoría de las NRD consideradas en el estudio han quedado obsoletas. El experto asegura que las conclusiones de aquella investigación no son útiles para entender los efectos actuales de los hábitos dietéticos en el medio ambiente. Denuncia que la FAO usó los datos para justificar una estimación que reduce por tercera vez consecutiva la contribución de las actividades ganaderas al calentamiento global. La agencia también afirma que abandonar el consumo de carne solo puede reducir las emisiones agroalimentarias mundiales entre un 2 y 5%.
"El consenso científico en este momento es que los cambios en la dieta son la mayor palanca que tenemos para reducir las emisiones y otros daños causados por nuestro sistema alimentario. La FAO eligió el enfoque más tosco e inapropiado para sus estimaciones y lo retomó de una manera que resultó muy favorecedora para los grupos de interés que buscan demostrar que las dietas basadas en plantas tienen un pequeño potencial de mitigación", declaró Behrens a The Guardian.
Hayek afirma que la FAO citó de manera inapropiada un análisis previo en el que fue coautor. El estudio original fue publicado en 2021 y midió las emisiones de todo el sistema agroalimentario. El académico de la Universidad de Nueva York afirma que el informe de la FAO aplicó su enfoque solo para evaluar las emisiones provenientes de la crianza de ganado.
"No fue simplemente comparar manzanas con naranjas. Fue tratar de equiparar manzanas muy pequeñas con naranjas muy grandes", dijo. En consecuencia, el potencial de mitigación de criar menos ganado se subestimó en un factor de entre 6 y 40 veces.
Un posible conflicto de intereses reduce la credibilidad de la FAO
Los científicos advierten que el documento de la FAO mezcla diferentes años de referencia para los mismos datos, expone estimaciones imprecisas sobre las emisiones derivadas del consumo de carne hasta 2050 y pasa por alto el costo de oportunidad de la captura de carbono en tierras no cultivadas. Manifiestan que los datos fueron manejados con sesgos para favorecer de manera inapropiada a las dietas que promueven un mayor consumo de productos cárnicos.
“Los errores de la FAO fueron múltiples, atroces, conceptuales y todos tuvieron la consecuencia de reducir las posibilidades de mitigación de emisiones derivadas del cambio dietético muy por debajo de lo que deberían ser. Ninguno de los errores tuvo el efecto contrario”, sentenció Hayek.
Un portavoz de la FAO declaró a The Guardian que “la organización está plenamente comprometida a garantizar la precisión y la integridad de las publicaciones científicas, especialmente dadas las importantes implicaciones para la formulación de políticas y la comprensión pública”. Alegó que el informe en cuestión se sometió a “un riguroso proceso de revisión por pares internos y externos”. Reveló que el organismo ya examina las cuestiones planteadas por los académicos.
La FAO es considerada como la fuente más fiable de datos agrícolas a nivel mundial. Sus reportes son utilizados por gobiernos, organismos y miembros de la iniciativa privada para diseñar estrategias que minimicen los daños al medio ambiente de las actividades agrarias. La agencia tiene el mandato de aumentar la producción agrícola y ganadera para garantizar la seguridad alimentaria en el mundo. Las dos facetas han sido leídas como un posible conflicto de intereses.
La organización publicó durante la Cop28 una hoja de ruta con 120 acciones políticas a seguir para hacer más sostenibles las operaciones de la industria ganadera. La propuesta fue criticada por diversos académicos tras omitir la recomendación de reducir el consumo de carne y lácteos. Señalaron que la mayoría de las sugerencias estaban enfocadas en intensificar la eficiencia de las técnicas de crianza de animales.
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