Es muy difícil hallar un sector de la economía del país en el que los dineros de dudosa procedencia no hayan penetrado.
Por ALFREDO SERRANO ZABALA
20 Febrero, 2024
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La mención, vía fuentes de alta credibilidad, que en mi calidad de escritor y periodista he venido haciendo sobre el señor Álvaro Augusto Vargas Bravo y de su empresa VP Ingenergía S.A.S. E.S.P., actores muy activos de sospechosas multimillonarias transacciones en el negocio del gas domiciliario en Colombia, así como de sus presuntos antiguos nexos, en calidad de testaferro del clan de alias “Jabón”, fallecido ex jefe del cartel del Norte del Valle, me han traído, vía judicial, una presión indebida para que rectifique mis artículos periodísticos, coacción proveniente del bufete de abogados De La Espriella Lawyers, propiedad del señor Abelardo De La Espriella.
Una fuente en la ciudad de Bucaramanga, muy enterada de la cotidianidad de la familia del señor Álvaro Vargas Grass, de su esposa Merceditas Bravo de Vargas y de la de sus hijos, entre ellos, el mentado Álvaro Augusto Vargas Bravo, indicó que la furia de los herederos mafiosos de Wilber Varela alias “Jabón”, asesinado en una cabaña en Venezuela, se habría producido porque Álvaro Augusto Vargas Bravo se habría quedado con dos propiedades, que estaban bajo su custodia, propiedad de Varela.
Ahora bien, lo que hoy las autoridades en el país están investigando es cómo un señor como Álvaro Augusto Vargas Bravo, hijo de Álvaro Vargas Grass, un pensionado del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, actualmente con una enfermedad delicada y de la señora Merceditas Bravo de Vargas, profesora pensionada del colegio Santander de Bucaramanga, quien padece de alzhéimer, aparezca, al parecer, como dueño de mansiones en Estados Unidos y se desplace en su avión privado, además de ser sindicado por la cuenta de X, Alerta News 24/7, de poseer lanchas rápidas y de grabar en alguna de ellas, videos porno en el océano Atlántico.
De Álvaro Vargas Grass, padre de Vargas Bravo, se sabe que hoy vive solo y enemistado con sus hijos, en un apartamento de un edificio ubicado frente al parque Los Leones en el sector de Cabecera en Bucaramanga, se conoce, además, que fue miembro de la junta directiva del Club de Profesionales de Bucaramanga y posee una reservada finquita con piscina en La Mesa de los Santos muy cerca a Bucaramanga. De la madre de Vargas Bravo, Merceditas, se estableció que durante muchos años fue presidenta de la asociación femenina del Club de Profesionales de Bucaramanga, y que vive, en estos días, bajo el cuidado de una enfermera en un apartamento distinto al de su esposo Álvaro Vargas Grass, pero en el mismo edificio, en la Ciudad Bonita.
El tema de Vargas Bravo se ha calentado tanto de cara a la opinión pública de la nación que prendió las alertas y la pregunta que ahora surge es ¿hasta dónde el narcotráfico, la práctica de lavado de activos y agentes con millonarias bolsas de dineros de extraña procedencia se mueven en el negocio del gas en el país?
En consecuencia, vale la pena resaltar los principales aspectos que mueven los hilos del millonario negocio del gas en Colombia. La Agencia Nacional de Hidrocarburos -ANH-, indica que el país es uno de los seis países latinoamericanos que posee recursos energéticos significativos y potenciales hacia el futuro. En materia de gas calcula en 7.3 terapíes cúbicos sus reservas probadas.
Las oportunidades que ofrece este sector gasífero atraen la inversión extranjera de grandes compañías que operan independientemente o a través de contratos de joint venture con empresas ya establecidas en el país.
El periódico Portafolio del 21 de marzo de 2022, indicó que en Colombia hay cinco grupos que manejan la distribución de gas, ellos son: Vanti, Promigas, Gases del Caribe, EPM y Alcanos, que tienen el 85% del negocio, y que en total genera $9,3 billones en ingresos y $1 billón en utilidad. Valga recordar, que el gas es un servicio domiciliario esencial para la nación, porque ocho de cada 10 hogares lo usan a diario.
"El negocio de distribución de gas natural en el territorio nacional es tan rentable, que está en manos de cinco grandes grupos, que a su vez manejan la actividad en sus respectivos mercados con 11 empresas a nivel local y regional”. Añade Portafolio en el reportaje citado.
Advierte Portafolio que “el paquete total de 14 empresas que se encargan del negocio de distribución de gas natural en el país, según registros de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), le generan a las empresas que manejan el suministro, una utilidad operacional anual superior a los $1,3 billones”.
Entonces en el atlas del negocio de distribución de gas natural en Colombia se asoman empresas como: Metrogas y Gases del Oriente -Alcanos-, las Empresas Públicas de Medellín -EPM-, Surtigas y Gases del Occidente -Promigas-, Gases del Caribe; Efigas y Gases de La Guajira -Gases del Caribe-, y Vanti, GasOriente y GasNacer -Vanti-. El negocio representa una utilidad neta año al sector, de más de $1,05 billones de pesos.
Según Portafolio, “a pesar de la pandemia, el negocio de la distribución de gas natural en el país se mantuvo, y según el estudio del sector gas de Promigas, al cierre de la operación en el 2020, el ingreso operacional que más creció fue el de Gases del Caribe con un 26%, continúa el de Vanti con un 16%, EPM con un 14%, Gases de Occidente con 13%, Surtigas con 10%, Efigas con 6%, y las otras empresas en conjunto con 13%”.
Advierte Portafolio que, a propósito del estudio de Promigas, “el número de consumidores presentaron un crecimiento interanual del 4%, pasando de más de 8,6 millones a más de 10,2 millones. Este crecimiento en demanda del energético ha permitido que el mayor número lo registre Vanti con más de 3,8 millones de usuarios, le siguen en su orden Promigas con más de 2,5 millones de usuarios, Gases del Caribe con más de 1,8 millones y EPM con 1,3 millones”.
Con un índice que supera los 10 millones de usuarios y muy cercano a los 11 millones de consumidores en demanda de gas natural, se puede hablar que en el país hay cerca de 8 millones de familias de los estratos 1, 2 y 3 que se benefician del combustible.
En otro informe de Portafolio, del 27 de enero de 2022, el periódico bogotano indicó que: “solo ocho campos abastecen de gas al país. En cuanto a demanda, el mayor consumo de gas natural, de acuerdo con el Segas de la Bolsa Mercantil, recae en el sector industrial con un 28,9%. La región que más consume el energético es el interior con un 45%, le sigue la costa Caribe con 30%, y el resto del país 25%”. Entonces Colombia depende de campos gasíferos, ubicados en los departamentos de Córdoba, Sucre, La Guajira, Norte de Santander, Boyacá y Casanare, y una planta de regasificación, en Barú, Bolívar.
“En cuanto a demanda, el mayor consumo de gas natural, de acuerdo a registros del Sistema Electrónico del Gas -Segas- de la Bolsa Mercantil, recae en el sector industrial con un 28,9%, luego está el parque termoeléctrico con 22,4%, el residencial con el 19,5%, las plantas de refinación petrolera con 14,1%, al gas natural vehicular -GNV- le corresponde el 6,4%, al comercial el 5,1%, la petroquímica el 2,8% y las compresoras del Sistema Nacional de Transporte (SNT) el 0,9%”, asegura Portafolio.
Así mismo, la región que más consume el energético es el interior con un 45%, le sigue la costa Caribe con 30%, y el resto del país 25%. De acuerdo con Naturgas, el territorio nacional tiene un alto potencial de abastecimiento con el que se pasaría de tener 3 tera pies cúbicos de reservas probadas, disponibles para 7,7 años, a cerca de 60 tera pies cúbicos, que aseguran una autosuficiencia para un siglo.
De acuerdo a lo anterior, el periódico El País en su artículo del 19 de enero de 2024, Titulado: “Salir o no salir del gas: esa es la cuestión para Colombia”, aseveró que “Ecopetrol ha advertido que, pese a que se trata de un combustible fósil y solo hay reservas probadas para siete años, lo usará como energía para la transición. Según expertos, para 2040 ya debería estar fuera de la matriz del país”.
El discurso de Gustavo Petro, presidente de Colombia, se repitió recientemente en Davos, Suiza: “Hemos decidido no contratar más exploraciones de petróleo, gas y carbón como una muestra de la necesidad que tenemos de descarbonizar nuestra economía”.
Actualmente en Colombia, el gas natural le da energía a alrededor de 11 millones de familias, mueve a 670.000 vehículos y permite que 145.000 comercios puedan desarrollar su actividad.
Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, indicaba en septiembre de 2023, que el país tendría gas asegurado hasta el año 2029.
Según un informe de Crudo Transparente; Análisis del Potencial Energético del Gas Natural y su pertinencia en la transición energética en Colombia: “En los últimos 20 años el consumo de gas natural en Colombia se ha incrementado de manera exponencial, llegando a más del 70 % de los hogares de Colombia. Esta tendencia alcista en el consumo ha generado la necesidad de importar gas del extranjero y a proyectar la construcción de terminal de importación de gas natural licuado con el fin de reducir la vulnerabilidad generada por las escasas reservas del hidrocarburo en el país. Un eventual escenario de desabastecimiento de este combustible implicaría un incremento cinco veces mayor del valor de la tarifa actual, afectando a las capas más pobres de la sociedad. Según cifras del gremio, con los nuevos hallazgos realizados en el Caribe colombiano, el potencial de reservas podría abastecer al país por los próximos 10 años.
No obstante, en la agenda del presidente de Colombia, Gustavo Petro, no está contemplado firmar nuevos contratos relacionados con estas técnicas, ya que la visión del nuevo mandatario está enfocada en la conservación ambiental y cambiar el modelo extractivo actual”.
En medio de ese panorama general del negocio del gas en el país, se están conociendo detalles de actores del negocio que tiene en alerta no solo al sector interesado sino a la opinión pública en Colombia.
Vuelvo a citar que, hasta ahora, frente a la empresa VP Ingenergía S.A.S. E.S.P., propiedad de Álvaro Augusto Vargas Bravo, no hay resultados firmes, a propósito de sus discutibles multimillonarias operaciones, aun cuando sobre él señor pesa un pasado y presente poco recomendable, con escándalos en Cemex, Turgás, y también como actual “dueño” de un fideicomiso con Tebsa en dónde paga o se niega a pagar millonarias cuentas a su antojo y parecer.
Recordemos que en una decisión plagada de irregularidades y de actuaciones turbias la empresa Turgas S.A. E.S.P., debió pagar 23 mil millones de pesos a favor de la empresa VP Ingenergia S.A.S. E.S.P., propiedad de Álvaro Augusto Vargas Bravo, quien, al parecer, vive en Denver, Colorado y desde allí está haciendo desgracias al sector gasífero de Colombia.
Fuentes que solicitaron total reserva de sus nombres revelaron que a la empresa Turgas S.A. E.S.P., le tocó pagar en el último trimestre de 2023, la suma de 23 mil millones de pesos a favor de Álvaro Augusto Vargas Bravo, producto de un impúdico fallo, en medio de una disputa entre las sociedades: VP Ingenergia S.A.S. E.S.P., (de Vargas Bravo) y Turgas S.A. E.S.P.
En el sector del gas en Colombia es un secreto a voces que Álvaro Augusto Vargas Bravo, a través de su firma, VP Ingenergía S.A.S. E.S.P., actúa como mediador, en la compra de gas y especula, por ejemplo, con empresas como Tebsa, que opera en la costa norte del país.
Valga citar que el documento: El Problema de las Drogas en las Américas. Estudios: La Economía del Narcotráfico, producido por la Organización de Estados Americanos, en su Parte 4, Lavado de Activos y la Transferencia de Ganancias a lo Largo de la Cadena de la Oferta, indica en su página 29 y subsiguiente, entre otros aspectos, que:
“La economía de las drogas ilícitas necesita ocultar el origen ilícito de sus bienes y los flujos, a fin de integrarlos al sistema económico legal… Para lavar los activos procedentes de las drogas e ingresarlos al sistema financiera formal se pueden utilizar varios métodos… El lavado de activos lleva a involucrar a actores económicos “legales” en actividades ilegales. Propicia y potencia relaciones directas e indirectas entre diversos actores, generando zonas “grises” en las cuales actores aparentemente legales intervienen en acciones claramente ilegales.
Las organizaciones involucradas en el lavado de activos han diversificado sus mecanismos, procedimientos y flujos y ahora están utilizando otros sectores de la economía. Actualmente, con base en experiencias de casos detectados a nivel mundial, los sistemas de prevención han sido incorporados en numerosos sectores, tales como las empresas de seguros, corredores de bolsa y de valores, agencias de compra y venta de divisas, empresas de envíos de remesas, casinos, comerciantes y concesionarios de minerales y piedras preciosas, bienes inmuebles y profesionales independientes, tales como notarios, contadores y abogados”. Lo anterior, quiere decir que el sector gasífero de Colombia también pudiese estar siendo usado para esa actividad criminal.
Es la hora cuando las autoridades en Colombia encargadas de seguir el rastro a operaciones financieras sospechosas, como las que aparentemente práctica Álvaro Augusto Vargas Bravo, den resultados certeros sobre los movimientos de grandes cantidades de dinero y determinen, la legalidad o no, de sus transacciones, además de la proveniencia de su fortuna, riqueza de la que disfruta en Estados Unidos. La palabra la tienen las autoridades americanas y sus pares en Colombia, su país de origen.
Reitero que, en el marco de esta investigación periodística, he conocido, de buena fuente, que al empresario Álvaro Augusto Vargas Bravo y a su empresa VP Ingenergía S.A.S. E.S.P., inteligencia del Estado lo tiene en la mira. Indagan, entre otros aspectos el origen de su dineral y establecen la legitimidad de su fortuna.
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Fuente:
