En el 42 Aniversario del Paro Cívico de 1977
Preparemos el Paro Nacional Indefinido
En 1977 el pueblo colombiano protagonizó un gran levantamiento. Motivado por las terribles condiciones de la época se impuso el paro nacional de la producción, acompañado de un levantamiento general y violento del pueblo en las calles, exigiendo con la lucha directa sus reivindicaciones para mejorar las condiciones de vida de las masas laboriosas.
Cuarenta y dos años después, la situación ha empeorados pues se impuso en la dirección de las organizaciones obreras y populares la política de la conciliación con los enemigos: contratación a través de terceros, rebaja salarial, despidos masivos, pretensión de imponer una nueva reforma laboral y pensional, y contratos miserables de trabajo por horas, a lo cual se suma la persecución laboral, sindical y social, la criminalización de la protesta, el terrorismo de Estado, la legalización del despojo de los campesinos y el asesinato sistemático de los luchadores populares.
Hoy, como hace cuarenta y dos años, se presenta un gran ascenso del movimiento de masas, cuya tendencia es hacia una Huelga Política de Masas en todo el país, como forma de lucha para detener la ofensiva de los capitalistas y reconquistar los derechos arrebatados por las clases dominantes. Crece la indignación, el odio y la rebeldía del pueblo trabajador que en campos y ciudades se moviliza enfrentando las fuerzas represivas del Estado. Por doquier se abre camino la necesidad de un gran Paro Nacional Indefinido.
Algunos compañeros equivocados dicen que este Paro no es posible sin la participación de las burocracias de las centrales sindicales; argumentan que el Paro del 14 de septiembre de 1977 se logró gracias a la unidad de las camarillas patronales de esa época (UTC, CTC y CGT) que fueron quienes convocaron el paro. Pero tal versión no es cierta porque en realidad aquellas burocracias no movieron un dedo en la preparación del Paro como no lo han hecho ni lo harán las camarillas de ahora, porque durante los últimos años no han hecho más que amenazar con el Paro y, por el contrario, se han opuesto a su preparación y organización dado su compromiso con las clases dominantes.
El Paro del 14 de septiembre del 77 fue una demostración de fuerza de las masas obreras y populares, unidas por encima de las divisiones artificiales impuestas por sus enemigos, sus falsos amigos e incluso por encima de las posiciones «izquierdistas» y sectarias de algunos revolucionarios, que consideraron que el Paro era instigado por los conservadores.
En la actualidad, la agudización de todas las contradicciones de la sociedad colombiana, a pesar de los cánticos a la falsa paz, indican que se avecina un gran estallido social, un enfrentamiento de todo el pueblo trabajador contra sus enemigos representados en el Estado. Un enfrentamiento que no depende de las direcciones de las centrales sindicales comprometidas en la defensa de la burguesía, ni de su burocracia reunida en el Comando Nacional Unitario.
Les corresponde a los comunistas, a los revolucionarios, a los dirigentes y activistas de verdad comprometidos en la defensa de los intereses populares, encabezar la organización de los Comités de Paro o de Huelga, en la preparación de los Encuentros o Asambleas donde las masas unifiquen sus banderas, decidan las tareas preparatorias y la misma hora del Paro con independencia de los politiqueros y de las camarillas de las centrales sindicales.
Los proletarios revolucionarios deben tomar la iniciativa y ser ejemplo en la preparación y organización del Paro Nacional Indefinido; porque esta es una condición magnífica para fundir las ideas del socialismo con el movimiento de masas, para vincularse a ellas al calor de la lucha, para aislar la influencia del oportunismo en la dirección de su movimiento destacando nuevos dirigentes, ampliando las miras del movimiento obrero y campesino para que comprendan su papel en la transformación revolucionaria de la sociedad, en la necesidad de la instauración del Socialismo, solución definitiva a los grandes problemas de la sociedad colombiana.