“La fuerza pública en establecimientos educativos representa muerte y pérdida de libertad”.
Algunas reflexiones a propósito de los hechos de los últimos días que han envuelto a los universitarios y al Esmad
Por: Solanum González
Foto: Flickr Policía Nacional de los colombianos - CC BY-SA 2.0
Frente a lo acontecido ayer en la Universidad Pedagógica Nacional hay varias reflexiones pertinentes que serán enumeradas a continuación.
1. Vigencia del tropel
El tropel como forma de lucha ha tenido serias críticas, más aún en tiempos recientes. Hay que anotar que se ha convertido en una de las pocas formas de convocar a la comunidad universitaria y a la comunidad frente a temas coyunturales. Ayer antes del tropel hubo una asamblea con poco aforo comparado con las personas que salieron luego de un par de estallidos.
En un tropel no todos son “tirapiedra”, muchos son estudiantes que resisten con arengas que miran expectantes la situación y el hecho de ser observador o partícipe de la manifestación mediante gritos no hace criminales a los estudiantes, ni mucho justifica el que sean víctimas de violencia física.
1.1. Descontrol del tropel
Mantener el orden en un tropel es muy difícil y es por esto que su horizonte como modo de protesta es difuso y presto a resultados indeseados.
La psicología de masas da luces sobre esto explicando el cambio desde la razón a la pasión como respuesta a estímulos sobre cualquier grupo agitado.
Además, la vandalización puede ser una respuesta grupal no razonada o producto de infiltraciones malintencionadas, y es otro de esos factores que hacen difuso el objetivo.
2. La criminalización
Ha sido la respuesta institucional muchas veces sembrada por medios de comunicación e instituciones, amparada en la estigmatización histórica del movimiento estudiantil.
Hay que agregar que en varias ocasiones se ha probado que la fuerza pública infiltra la protesta social con el objetivo de deslegitimarla, realizando muchas veces además de montajes judiciales, puestas en escena elaboradas como el caso de la molotov arrojada contra policías en manifestaciones pasadas frente a RCN, donde posteriores vídeos probaron un auto-atentado, policías contra policías.
3. La violencia
Es claro que no es la mejor alternativa de lucha, pero el costo social supera el costo de cualquier tropel, y expresiones como la de ayer ponen sobre el plano discusiones importantes y han de invitar a reacciones críticas.
Un ejemplo histórico de lo dicho se encuentra en Martín Luther King, quien quizá no habría pensado, estructurado y quizá ni siquiera habría obtenido los resultados que obtuvo de no ser por la existencia de las panteras negras, y las largas y violentas luchas que lo antecedieron.
Muchas de las luchas exigen una expresión que no puede darse con flores y abrazos (aclaro que no implica esto una defensa a la violencia).
Más preocupación causa la asimetría de fuerzas en los enfrentamientos con en Estado. El escuadrón de muerte (como puede llamarse al Esmad) por ejemplo tiene en su historial 13 muertes desde el año 2012. Además, es pertinente recordar que según derechos humanos hay un tipo específico de armas que son permitidas en la protesta social y un modo de uso de las mismas. Así pues no se debería apuntar ni mucho menos disparar un arma de modo horizontal.
“La fuerza pública en establecimientos educativos representa muerte y pérdida de libertad”.
4. La crítica a la fuerza pública
No es al policía de a pie sobre quien recae la crítica por ser un servidor público que en muchas ocasiones abusa de su autoridad. No es al padre de familia que se uniforma, que es en el mayor de los casos estrato uno, dos o tres, y con realidades complejas. El policía como individuo es un alienado con poca o nula capacidad de reacción crítica.
La crítica por el contrario es contra de la institución, que está por su desempeño desprestigiada. Esta cuenta con manuales de instrucción sin pedagogía social, trabaja bajo imaginarios de acción beligerantes y sin criterio social, con un historial de muerte camuflado y sepultado en complicidad del aparato judicial y los medios de comunicación.
Hoy veintiséis de septiembre de 2019, mientras se redactaba este documento se alistaba un plantón en la Universidad Nacional como respuesta a la violencia policial del día de ayer y antes de que pudiera salir el estudiantado se contaban más de cuarenta miembros del Esmad en la portería de la calle 26 y otros tantos sobre la carrera 30.
No brindan garantías a la protesta como arguyen algunos, por el contrario le restan toda garantía.
5. Medios de comunicación
En la era de las redes sociales, la postura de los medios de comunicación es parcializar su función, sin hacer el menor ejercicio investigativo. Y pueden hacerse ejercicios periodísticos sin mucha dificultad con hacer una breve búsqueda en redes o medios alternativos. Por el contrario la presentación de imágenes sin el menor contexto, sin el más mínimo vistazo en las causas del evento, responde veces a un discurso solapado e intencionado.
No hay hasta ahora un medio de comunicación de amplia difusión que exponga las imágenes de granadas “recalzadas” llenas con baterías, canicas y puntillas entre otras cosas varias.
6. Explosión en Davivienda y agresión a terceros
Una explosión sacudió un cajero automático de Davivienda en medio del tropel, resultando herida una mujer que se encontraba en el sitio. Es una irresponsabilidad por parte de los encapuchados, y no tiene justificación alguna la agresión a civiles y terceros. Se demuestra con ello que la logística de esos modos de protesta es negligente.
7. Autonomía universitaria
La entrada de la fuerza pública a establecimientos educativos implica una seria transgresión a la autonomía universitaria. En el último año hay ingresos a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, la Universidad del Valle, la Universidad de Cundinamarca y ayer la Universidad Pedagógica Nacional. Donde en cada evento hay violaciones a los derechos humanos por parte de uniformados. Cabe resaltar que es más que vigente el hecho histórico del 16 de mayo de 1984, donde se fusiló a sangre fría a estudiantes en la Universidad Nacional.
La entrada del Esmad durante la pedrea y posterior a la explosión, imposibilita una investigación imparcial de los hechos, en donde se habla de dos artefactos explosivos arrojados por miembros del Esmad hacia el interior de la universidad. Producto de esta explosión hay seis heridos de consideración.
Genera sospecha el que la misma escena de una explosión fuerte y la posterior entrada de la fuerza pública se vea repetida tres veces. Recordemos los eventos de la Univalle y la Universidad del Cauca (donde perdió un ojo el estudiante Esteban Mosquera). Estas explosiones luego se atribuyen a los encapuchados.
En la misma línea, es inadmisible la agresión a personal de derechos humanos por parte de los uniformados. Quienes al entrar en los campus educativos arremeten con violencia. Ayer en la entrada de la fuerza pública a la Universidad Pedagógica Nacional además de las agresiones, se presentó un mal procedimiento dado que no hubo autorización para el ingreso por parte de las directivas de la universidad.
La manifestación de ayer en la pedagógica respondió a la molestia por la inversión en rejas y torniquetes electrónicos en la universidad. En donde hay posturas a favor y en contra, sin embargo y considerando los déficits que sufre la universidad, colocar torniquetes cuando falta el presupuesto para planta docente, investigación, extensión y bienestar es como arreglar el andén frente a la casa cuando no hay para el mercado.
Conclusiones
- Los estudiantes de las universidades públicas no son criminales, y extiendo mi agradecimiento a los estudiantes de la Universidad Javeriana por la solidaridad con la protesta social.
- Todas las formas de lucha deben pensarse, proyectarse y ejecutarse. Más aún en un estado fallido, asesino y plutócrata, no seamos la masa expectante.
- La represión por parte de la fuerza pública debe motivar a su reestructuración, a replantear sus doctrinas y métodos.
- A las universidades no se va únicamente a conseguir el título, son espacios críticos, de debate y construcción de país, ya que son el peldaño de movilidad social de una sociedad entera.