Sponsor

Recent

VENEZUELA DE PIE CONTRA LA FALSEDAD Y LA AGRESIÓN NORTEAMERICANA Y LACAYUNA DEL GRUPO DE LIMA

DOSSIER: 
*********************

Una aventura que puede transformarse en tragedia

1. Venezuela: Trump lidera ofensiva contra la República Bolivariana

Nada justifica que Venezuela sufra sanciones y proyectos internacionales de cambio de régimen.


Marcelo Solervicens

donald_trump.png

El presidente estadounidense Donald Trump lidera la ofensiva contra la República Bolivariana (Discurso ante la comunidad venezolana de Miami, 18 de febrero de 2019). (Captura de ecran)


Cayeron las máscaras. Nadie puede engañarse, el discurso de Miami confirmó que Donald Trump lidera la ofensiva contra la República Bolivariana de Venezuela. El autoproclamado presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó ya no objeta una intervención militar estadounidense, pretextando que salvaría vidas. Coherente con ello, crea las condiciones: Anunció que la ayuda humanitaria estadounidense entrará en Venezuela “sí o sí” el próximo 23 de febrero. El congresista Marco Rubio, Craig Faller, el jefe del Comando Sur y otros estadounidenses supervisan la ayuda humanitaria enviada por USAID. Los aliados latinoamericanos de Washington se activan en Cúcuta y otras localidades de Colombia; en Roraima (Brasil) y en la isla de Curazao para asegurar el éxito de la operación humanitaria.

El gobierno cubano afirmó en declaración que es un pretexto para una agresión militar contra Venezuela. En el New York Times los analistas Casey y Kuarmanaev afirman que la ayuda humanitaria, es una argucia para dejar mal parado al presidente Nicolás Maduro y mostrar que la oposición puede establecer un sistema de ayuda gubernamental alternativo en Venezuela mismo. El analista Marco Teruggi va más allá: Teme que la nueva fase de la agresión contra la República Bolivariana persigue implantar un espacio geográfico estratégico, una cabeza de playa, un corredor humanitario en suelo venezolano. Veamos la tragedia que acecha la tierra de Simón Bolívar.

Una aventura que puede transformarse en tragedia

El día D podría transformarse en tragedia. Nicolás Maduro ya ha denunciado la farsa de la ayuda humanitaria. Washington y Londres, que habrían robado 30 mil millones de dólares a Venezuela, ahora envían migajas en lugar de devolverlos. La ONU y LECAH, afirman que la ayuda humanitaria debe ser neutral, imparcial e independiente y que debe ser aprobada por el gobierno dirigido por Nicolás Maduro. La Cruz Roja internacional y Oxfam entre otras ONG, ya rechazaron participar en un proyecto político, sin verdaderos objetivos humanitarios.

Es una evidente búsqueda de confrontación porque la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ya rechazó los ofrecimientos de amnistía y ultimátum. Ante el discurso de Trump, respondieron ratificando su disposición de morir para impedir el establecimiento del gobierno de Juan Guaidó. La FANB y las milicias populares se despliegan en la frontera para defender la Nación y la revolución bolivariana. El presidente venezolano Nicolás Maduro promete responder a la agresión creando un nuevo Vietnam.

En el siglo XXI, la Casa Blanca no controla todos los palillos. El retorno de la multipolaridad internacional, ya dificultó los planes de Trump. No consiguió imponer su proyecto en el Consejo de seguridad de la ONU: Rusia opuso su veto. Tampoco lo consiguió en la Organización de Estados Americanos (OEA), tradicionalmente infeudada a Washington. La OEA le negó el apoyo al reconocimiento de Juan Guaidó, exigido por el Secretario de Estado Mike Pompeo. Además, ante las perspectivas de agresión militar, los gobiernos progresistas, las potencias rivales de Washington y los gobiernos respetuosos del derecho internacional, rechazan o moderan su apoyo a los designios de la Casa Blanca. ¿Triunfará el desenlace final de la larga guerra hibrida de Washington contra la República Bolivariana? Es preocupante porque en Miami, Trump afirmó que Venezuela es sólo la primera etapa de su cruzada anti-socialista.

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) respondió al discurso de Donald Trump, ratificando su lealtad con el presidente venezolano Nicolás Maduro Moros. (France 24)

Washington lidera ofensiva contra Venezuela

¿Si todavía tiene dudas sobre quien dirige la ofensiva actual contra la revolución bolivariana? Escuche el discurso de Donald Trumpante la comunidad venezolana de Miami el 18 de febrero. El afirmó en Miami que “los días del socialismo en Venezuela están contados”. Trump amenazó, los miembros de la FNAB de perder todo, si no apoyan a Juan Guaidó y no dejan entrar la ayuda humanitaria a Venezuela. Una afirmación injerencista inaceptable. La retórica trumpista afirma esperar que Maduro abandone el poder, pero no descarta la intervención militar.

No es una acción pasajera. Trump amalgamó su ofensiva contra Venezuela con sus críticas contra los socialistas del Partido Demócrata estadounidense. La caída de Maduro ya es parte de su campaña presidencial de 2020. Además, ya ha usado la estrategia de diversión conocida como Wag the dog. Un artículo en Vanity Fair afirma que la aventura militar venezolana le permitirá además, ganar votos en Miami. Le permitirá unificar la derecha los adversarios de las políticas progresistas de los demócratas.

Los neocons son partidarios del retorno de la vieja doctrina Monroe: América para los americanos.

Más aún, como Venezuela está en el patio trasero de la casa Blanca puede presentarla como parte del America First. Para defender los intereses geopolíticos estadounidenses en su zona natural de influencia contra China, Rusia y la Unión Europea. Garantizaría acceso a las reservas petroleras de Venezuela. Los neocons son partidarios del retorno de la vieja doctrina Monroe: El vicepresidente Mike Pence, Mike Pompeo, Elliot Abrams y John Bolton, ya tienen el plan de cambio de régimen. En remplazo del Estado Islámico, el nuevo enemigo es la troika tiránica (Venezuela, Cuba y Nicaragua).¿Se repetirán las catastróficas consecuencias de cambio de régimen en Libia, Afganistán, Irak ó Siria?

En Venezuela vuelve a jugarse, en pleno ciclo de repunte reaccionario, el principio del respeto de la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos. T

¿Respetan el Derecho Internacional?

Trump se robó el escenario de lucha por la democracia y la libertad en la República Bolivariana de Venezuela. Impide toda solución democrática negociada, exige la capitulación incondicional de Nicolás Maduro. Favorece la escalada hacia una solución militar. Rechaza abiertamente el rol de mediación de la comunidad internacional entre las partes. Como el propuesto el 6 de febrero por los países del Mecanismo de Montevideo (México, Uruguay y los países del CARICOM). Algo probado eficazmente en Centro América en los 80. Un esfuerzo que ahora aparece fútil ante la obcecación por un cambio de régimen de Washington.

Trump deja obsoleta la Conferencia internacional entre el mecanismo de Montevideo y algunos países de la Unión Europea. El 7 de febrero, ellos exigieron un llamado a elecciones libres y rechazaron cualquier intervención internacional armada. Una medida también aparece pueril hoy día.

Aparecen ingenuas las declaraciones de Canadá y algunos países del Grupo de Lima en Ottawa el 4 de febrero: Allí se prometió descartar cualquier forma de invasión o intervención militar. El rol de violencia le correspondería a la dictadura de Nicolás Maduro.

Canciller de Venezuela Jorge Arreaza interviene en sesión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación en Venezuela

Lo cierto es que el liderazgo asumido por Donald Trump y la confrontación en la frontera con excusa de ayuda humanitaria impuso la estrategia del cambio de régimen a como dé lugar. En esa perspectiva, la erradicación del chavismo es la única solución posible a la crisis venezolana. Es la estrategia de la Casa Blanca, de Juan Guaidó, de Iván Duque (Colombia), de Jair Bolsonaro (Brasil) y otros gobiernos derechistas de la región como el de Chile (Sebastián Piñera) ó el de Argentina (Mauricio Macri).

La nominación de Elliot Abrams, siniestro personaje del escándalo Irán-Contras, como encargado para restaurar plenamente la democracia en Venezuela, es el indicador más evidente de los designios de Trump para Venezuela.

¿Y el derecho a la autodeterminación de los pueblos?

La estrategia de Trump y sus aliados rompe con el compromiso de la de la CELAC en la Proclama de América Latina como zona de paz (2014). Vulnera el derecho internacional basado en la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos (Argel, 1976).

Recurre al argumento de la responsabilidad de proteger (R2P). Un polémico principio del apogeo del mundo unilateral pos guerra fría. Es un último recurso, para evitar genocidios como el de Ruanda. Su uso está condicionado a una decisión del Consejo de Seguridad (CS) y el respeto la Carta de la ONU. Fue abandonado por las funestas consecuencias de su aplicación en Libia en 2011. El caos en ese país subsiste hasta hoy.

No hay casus belli para una guerra contra la revolución bolivariana. Por ello es que Washington fracasó en obtener apoyo en el CS de la ONU y de la OEA. El pretexto de la ayuda humanitaria para forzar un cambio de régimen, atenta contra la soberanía de los Estados base de la convivencia internacional. Moscú ya sirvió una advertencia a la casa Blanca, como en otros tiempos.

La certidumbre de una peligrosa conflagración desincentivó el apoyo de gobiernos que critican la revolución bolivariana, como el italiano. También surgió el ensordecedor silencio de gobiernos europeos o del Canadá que se “distancian de una intervención militar” pero no vacilan en condenar el uso político de la ayuda humanitaria que aleja la posibilidad de solución pacífica.

La Casa Blanca está en las primeras líneas de la escalada, fraguaron el cambio de régimen. Mike Pence anticipó el 22 de enero la autoproclamación de Juan Guaidó y prometió acompañarlo hasta la caída de Maduro. El legislador Republicano anticastrista Marc Rubio estuvo en Cúcuta el 17 de febrero coordinado la preparación de la entrada de ayuda humanitaria estadounidense.

¿Frágil Economía Socialista?

Una de las tantas deformaciones en boga, es la de calificar, califican la progresista República Bolivariana de Venezuela como socialista. El socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez fue una experiencia progresista pos neoliberal. Sutherland la califica de nacional-populismo militarista. Venezuela sigue siendo un país capitalista. Depende fuertemente de la renta petrolera. Las críticas de la izquierda son numerosas y apuntan a que no se ha dado el Golpe de Timón para un nuevo ciclo de la revolución Bolivariana que anunciara el presidente Hugo Chávez.

Nada justifica que Venezuela sufra sanciones y proyectos internacionales de cambio de régimen.

El gobierno de Nicolás Maduro es progresista. Aplicó y sigue aplicando medidas de redistribución de ingresos y defiende la soberanía nacional. Nada justifica que sufra sanciones y proyectos internacionales de cambio de régimen. Washington y sus aliados latinoamericanos violan el derecho a la autodeterminación de los venezolanos. No proponen la democracia o la libertad.

Las críticas de la izquierda son numerosas y apuntan a que no se ha dado el Golpe de Timón para un nuevo ciclo de la revolución Bolivariana prometido por Hugo Chávez.

La crisis económica venezolana es profunda. Lo afirma el Fondo Monetario Internacional (FMI). Lo confirma la CEPAL. En los últimos cinco años, la contracción del PIB fue del 44,3%. La hiperinflación tiene tasas mensuales superiores al 50% desde 2017. Más del 100% en 2018. El Bolívar se depreció en más del 200% anual respecto al dólar. Las reservas de divisas internacionales han disminuido. Van cuatro años de disminución de la producción petrolera.

Los precios del crudo aumentaron en 2018. El aumento de 9% y el aumento de las exportaciones crearon un superávit en la balanza de pagos. El reciente Programa de Recuperación Económica y Prosperidad tiene efectos limitados. Incluyó la creación del BolívarSoberano devaluado y anclado al Petro (criptomoneda) para estabilizar la economía. La inversión en desarrollo económico local, con bancos comunales, refuerza el clientelismo y apoyo barrios populares. La diversificación de las exportaciones de petróleo con China, Rusia y otros países pueden tener resultados positivos. Venezuela necesita apoyo.

Agresión económica y proyecto económico neoliberal

Es evidente que las sanciones de Washington y en el mercado financiero internacional afectan duramente la economía venezolana. Ellas bloquean sus operaciones financieras y disminuyen su liquidez. Varios afirman, que Juan Guaidó defiende la ayuda humanitaria de los mismos que imponen un embargo petrolero hambreador. Una hipocresía que le hace perder apoyo popular.

El reciente control de la filial petrolera Citgo de PVSA en Estados Unidos agudizó a nivel extremo las sanciones. Reduce en 9 mil millones de dólares Sanualmente los fondos de Venezuela. El autoproclamado presidente Juan Guaidó nombró ilegalmente un nuevo directorio de Citgo..

El embargo petrolero es principalmente obra de Washington. Las recientes sanciones cambian la situación. Obligan a que Venezuela renegocie la deuda externa que hasta ahora ha pagado religiosamente. Obliga al reemplazo acelerado del destino de las exportaciones petroleras a India y otros países.

Es un eufemismo afirmar que la escalada contra Venezuela se explica por la riqueza de su subsuelo. Según Maduro, la principal motivación de Trump es de acceder al petróleo, el coltán y los diamantes venezolanos. Es evidente que, a Estados Unidos le tienta asegurarse el acceso a las principales reservas del mundo en petróleo en su patio trasero. John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca lo reconoció abiertamente en entrevista con Fox News: reveló que conversa con empresas que quieren invertir y producir petróleo en Venezuela.

El Plan País de Juan Guaidó es un plan de restauración neoliberal con privatizaciones, apertura a la inversión extranjera y menos Estado.

¿Qué política económica tendría el gobierno resultante del cambio de régimen? El plan económico de Juan Guaidó es un plan de restauración neoliberal con privatizaciones, apertura a la inversión estadounidense y menos Estado. Un analista plantea que significa mayor endeudamiento, desnacionalización y ataques contra los trabajadores y el pueblo. No entusiasmó los venezolanos. Si entusiasmó los inversionistas extranjeros, que estudian como beneficiar del Plan País.

Insuficiente Apoyo Popular Interno a Guaidó

Hasta ahora la medición de fuerzas de apoyo popular en la calle ha sido menor que lo previsto. Juan Guaidó decía contar con apoyo popular masivo. Apenas ha movilizado su base tradicional de barrios de clases medias y altas. No ha movilizado los barrios populares a las manifestaciones. En el mejor de los casos se equiparan a lo que moviliza el chavismo. Hay consenso que las posibilidades de un Golpe de Estado en Venezuela cayeron por insuficiente apoyo.

The Guardian, destacó la incapacidad de los líderes opositores venezolanos en construir una oposición democrática. Ella hubiese beneficiado de la caída de popularidad por la recesión económica. El extremista de derecha Leopoldo López, de Voluntad Popular, de la guarimbas, es el mentor de Juan Guaidó. Pertenece a los sectores que fracasaron en el intento de golpe de estado de 2002 y en todas las asonadas ulteriores. Es la fracción opositora extremista que cometió el error de restarse a los procesos electorales.

Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro cuenta con indudable apoyo popular. Por un lado, cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas; parte integrante de la revolución bolivariana desde el comienzo. Es errado el diagnóstico opositor que las ve como distantes de la revolución bolivariana. Por otro lado, destaquemos que entrevista con la Jornada, Nicolás Maduro destacó la relación de su gobierno con las organizaciones populares de la revolución bolivariana. Entre ellos, lo casi dos millones de milicianos.

El gobierno de Nicolás Maduro cuenta con indudable apoyo popular y de las FANB

Casi un mes después de su insólita autoproclamación como presidente encargado de Venezuela, Guaidó es un gobernante virtual en Venezuela. David Luhnow en el Wall Street Journal, constató que el apoyo de Trump no desplomó el gobierno chavista, la FANB no le quitó el apoyo. Como Guaidó se opone sistemáticamente a cualquier negociación con Maduro depende completamente de la Casa Blanca.

La peligrosa operación humanitaria

El gobierno de transición de Guaidó, ahora sin fecha de término (a pesar de la Constitución que invoca), sobrevive gracias al apoyo de la alianza reaccionaria internacional.

Guaidó ya había prometido que entraría la ayuda humanitaria estadounidense el 12 de febrero, pero no consiguió apoyo interno. Fue un anticlímax según el New York Times: no hubo confrontación.

Algunos asimilan Juan Guaidó a “El Rey Desnudo” de la fábula de Hans Christian Andersen. Otros, al cuento 32 del Infante Juan Manuel del Medioevo Español. Lo cierto es que no porque una mentira sea aceptada por varios; se transforma en verdadera. Incluso en tiempos en que las fake news están de moda en América Latina. Son varios que han anotado la larga lista de mentiras que circulan en medios internacionales sobre Venezuela.

La debilidad de Juan Guaidó, obligó al aceleramiento de la guerra híbrida de los halcones de la Casa Blanca y Florida. La prueba de fuerzas en la frontera, el día D, es una bandera falsa, una provocación para justificar una incursión armada.

El desembozado liderazgo del presidente estadounidense Donald Trump en la aventura venezolana despierta temor porque niega cualquier salida democrática ó negociada. Es el retorno del Gran Garrote de Teodoro Roosevelt. John Bolton amenazó al presidente Maduro con Guantánamo si no abandona pronto el poder.

Peor aún, la cruzada de Trump contra el socialismo, indica que si hoy se juega la autodeterminación del pueblo venezolano, mañana será la de Cuba, de Nicaragua, de Bolivia. Después de casi treinta años de desdibujarse de su patio trasero, América Latina vuelve a interesar la Casa Blanca: El Imperio Contraataca.

En Venezuela vuelve a jugarse, en pleno ciclo de repunte reaccionario, la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos.


*************************************
El gobierno estadounidense tiene la necesidad de restablecer su dominio absoluto sobre América Latina y El Caribe como su reserva estratégica de recursos. En ese ajedrez, para el complejo militar-industrial norteamericano resulta fundamental la reconquista de Venezuela.
2. Venezuela: amenaza objetiva de intervención militar
La clase dirigente de Estados Unidos en sus dos fracciones principales ya ha tomado la decisión política de intervenir militarmente a Venezuela...la intervención militar no es inminente en el corto plazo, pero los Estados Unidos trabajan de manera sistemática para acelerar su concreción...la inducción de un incidente que produzca una gran conmoción nacional e internacional

Jorge Forero
Resultado de imagen para Venezuela: amenaza objetiva de intervención militar

Venezuela en la actualidad es epicentro y teatro de operaciones de un conflicto geopolítico de escala global. Las contradicciones se han exacerbado a tal punto, que el pueblo venezolano enfrenta una amenaza objetiva de intervención militar promovida y coordinada por el gobierno de los Estados Unidos de América, con el apoyo –más bien con una subordinación- de gobiernos de la región, entre los que sobresalen por sus posiciones sumisas el gobierno de Colombia.

Las amenazas de guerra emitidas por los más altos funcionarios de los Estados Unidos durante los últimos meses, son el punto de ebullición de las hostilidades de Washington contra Venezuela, son orgánicas respecto al asedio diplomático, las sanciones financieras, el boicot económico, la infiltración de paramilitares, el linchamiento mediático y la guerra sicológica a la que ha estado expuesta el pueblo venezolano.

Entonces el escalamiento del conflicto durante la administración de Trump no es una particularidad, más bien es una continuidad histórica de una estrategia política de largo plazo, de una Guerra de Amplio Espectro que se ha implementado a través de múltiples y muy diversas agresiones de carácter multidimensional, ejecutadas de manera sistemática por el establecimiento norteamericano durante los últimos veinte años contra Venezuela.

¿Qué factores determinan esa amenaza objetiva de intervención militar?

En primer lugar, hay que subrayar un factor estructural -de signo geopolítico-, pues el dominio global de los Estados Unidos enfrenta dos grandes amenazas: la inminencia de una gran recesión que podría derrumbar la arquitectura financiera global; y la crisis de hegemonía dada por el socavamiento de su supremacía económica y política, ante el crecimiento de la influencia global de la alianza estratégica entre China y Rusia.

Por tal motivo, el gobierno estadounidense tiene la necesidad de restablecer su dominio absoluto sobre América Latina y El Caribe como su reserva estratégica de recursos. En ese ajedrez, para el complejo militar-industrial norteamericano resulta fundamental la reconquista de Venezuela.

Estados Unidos tiene la aspiración de someter a Venezuela por tres motivos fundamentales: i) porque necesita garantizar el control y usufructo de sus reservas energéticas, minerales e hidrológicas (estratégicas en el tiempo histórico actual); ii) porque pretende imponer un escarmiento al pueblo venezolano por su osadía de atreverse a cuestionar la hegemonía norteamericana (ello supone una lección a todos los pueblos del continente); iii) porque esa acción podría desencadenar en condiciones idóneas para llevar a cabo cambios de régimen por la vía violenta en Cuba y Nicaragua, con lo cual se afectaría notablemente la presencia de China y Rusia en la región.

En segundo lugar, la grave y severa crisis que experimenta Venezuela desde hace al menos cinco (05) años, cuyas expresiones más notables se aprecian en las dimensiones económica y política.

En la dimensión económica, con una recesión abrupta y sostenida desde 2014, que ha desencadenado en una crisis de hiperinflación desde noviembre de 2017, lo cual ha determinado que haya un proceso de reflujo en logros sociales, económicos y políticos alcanzados durante los gobiernos de Hugo Chávez (más bien se han precarizado las condiciones de vida del pueblo venezolano), que se haya producido un retroceso notable en la garantía de derechos fundamentales del pueblo venezolano e incluso que se haya dado un proceso acelerado de deterioro de servicios públicos básicos1.

En la dimensión política, con un conflicto de poderes y un socavamiento del tejido institucional que se ha posicionado desde 2014, y se exacerbó con el conflicto entre los poderes ejecutivo y legislativo, que ha derivado en el escalamiento sistemático del conflicto hasta el punto de ebullición actual, en el cual se fomenta un injerto de guerra civil, a través de la autoproclamación de un gobierno paralelo2. En los hechos, más allá de las apatías o las simpatías, es evidente que se ha instaurado un procónsul alineado de manera explícita y obscena con el gobierno estadounidense.

¿Cuál es el balance de la función del gobierno paralelo en la configuración de ese escenario de intervención militar?

El único éxito relativo del gobierno paralelo, ha significado la transgresión de los principios más básicos del derecho internacional y está relacionado con el reconocimiento automático del gobierno interino por parte de la administración Trump. La prensa internacional ha develado que la autoproclamación estuvo precedida de instrucciones emitidas por altos funcionarios de Washington, con lo cual resulta explícito que desde la Casa Blanca se promovió y se dirige ese injerto fallido de gobierno.

El apoyo de los Estados Unidos tiene un peso notable en el escenario internacional, y ha derivado en que se haya constituido un bloque de naciones que han reconocido al gobierno satélite y han instaurado un cerco diplomático, integrado por aliados históricos de Washington, tales Australia, gran parte de los integrantes de la Unión Europea; y los gobiernos satélites de la política exterior estadounidense en el continente. Sin embargo, ese bloque ha resultado insuficiente para expulsar a Venezuela de la OEA y se ha mostrado impotente para propiciar una resolución de la ONU en contra del gobierno de Venezuela.

El procónsul caribeño (un absoluto desconocido para el pueblo venezolano antes de su nombramiento como presidente de la Asamblea Nacional en enero de 2019), ha dirigido sus esfuerzos a producir la implosión de la República, pues además de exacerbar la conflictividad interna hacia un callejón sin salida, ha promovido la intensificación de las sanciones económicas hacia Venezuela, ha incitado el despojo de activos de la nación y ha realizado llamados explícitos para que se produzca un golpe de Estado.

Como si fuera poco, ha manifestado su disposición a autorizar una intervención militar sobre Venezuela y ha propugnado imponer un nuevo régimen con base en un instrumento avalado por la Asamblea Nacional de Venezuela, autodenominado Estatuto de Transición, que pretende anular la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Sin embargo, en los hechos esa operación se ha convertido en un rotundo fracaso dentro del país, en la medida en que el gobierno paralelo no ha podido permear el tejido institucional venezolano, y primordialmente, en razón de su impotencia para fracturar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para producir una conmoción interna que desemboque en una guerra civil.

Tal circunstancia explica la aventura anunciada para el 23 de febrero en la frontera con Colombia, planteada como un instrumento para propiciar un incidente que se convierta en un punto de quiebre, en un hecho desencadenante de violencia que sirva como justificación para una agresión militar; y también explica la campaña de ablandamiento contra la FANB, explícita en el aumento en cantidad e intensidad de las amenazas hacia ese cuerpo de los más altos funcionarios de Washington, así como en los movimientos de tropas y logística bélica de gran escala que se han desplegado en los últimos días.

¿Qué tan inminente es una intervención militar contra Venezuela?

La clase dirigente de Estados Unidos en sus dos fracciones principales ya ha tomado la decisión política de intervenir militarmente a Venezuela. Eso queda demostrado con el decreto de Obama de 2015 y con la negativa del Senado de ese país en aprobar una opción bélica en el caso venezolano (lo que implica que esa opción está en la agenda).

La guerra es la única salida que prevén en Washington ante las dos grandes amenazas que se ciernen sobre su hegemonía referidas en la primera pregunta. A esas amenazas hay que agregar un factor sustantivo, la posibilidad cierta de una nueva crisis energética, la cual resultaría más severa que la ocurrida en la década de los setenta del siglo pasado.

El boom del fracking se ha desinflado porque es insostenible –entiéndase: no es rentable-, desde el punto de vista económico, entonces las reservas energéticas estadounidenses se han desplomado hasta un nivel crítico (estudios recientes estiman que la garantía de reservas en ese país apenas alcanza para el consumo de los próximos 7 años).

La guerra es entonces, un medio para huir hacia delante de la recesión económica sobre la base de la industria militar y para garantizar reservas energéticas indispensables para el metabolismo de la economía norteamericana, así como para resguardar su hegemonía geopolítica en el continente.

Pero la situación es más compleja de lo que parece. Aún no se han cristalizado las condiciones idóneas para esa intervención. El deterioro severo de la economía venezolana y más recientemente la combinación de sanciones económicas más lesivas, el cerco diplomático y la imposición de un injerto de gobierno satélite, no han sido suficientes para producir la implosión interna de Venezuela. Asimismo, los reveses en la OEA y la ONU, suponen un obstáculo temporal para esa agenda.

Ante ese escenario, la intervención militar no es inminente en el corto plazo, pero los Estados Unidos trabajan de manera sistemática para acelerar su concreción, además, porque la guerra también ha sido históricamente un instrumento electoral en ese país, y Trump la asume como un salvavidas que le permita una mejor posición en sus aspiraciones de reelección en 2020.

La única manera de acelerar la intervención, es mediante la inducción de un incidente que produzca una gran conmoción nacional e internacional, de algún evento que signifique un punto de quiebre respecto a la correlación de fuerzas actual, que se convierta en un hecho desencadenante de violencia, mediante el cual sea posible justificar la intervención sobre Venezuela.

Históricamente los Estados Unidos han inducido el escalamiento de conflictos mediante incidentes de este tipo. Así que no sería extraño que se estén fraguando operaciones de falsa bandera, hechos de gran conmoción que faciliten la actuación de la Casa Blanca por encima del Consejo de Seguridad de la ONU y por sobre el Congreso estadounidense.

En ese orden ideas, no deja de ser motivo de alarma la atención internacional que se le ha brindado a la presunta entrega de ayuda humanitaria -la cual ha sido descalificada incluso por la Cruz Roja Internacional-, así como la posición belicista del procónsul al amenazar a la FANB de Venezuela. Pareciera que detrás de ese evento político disfrazado de acto humanitario, hay una agenda que pretende desencadenar el incidente requerido.

Por fortuna, a pesar de la conflictividad política y de la exaltación en las narrativas a lo interno, especialmente en las redes sociales, en la mayoría de la población venezolana no se percibe un ambiente belicista. Por el contrario, el anhelo del pueblo es que la situación se resuelva por las vías democráticas, porque se entiende que una guerra no va a solucionar la situación actual (allí están los precedentes recientes de Iraq, Siria y Libia), y también se reconoce que el conflicto político es un obstáculo para superar la crisis económica.

¿Qué se juega en Venezuela en este momento histórico?

Venezuela es una pieza clave para la geopolítica global. El desenlace del conflicto actual, cuya naturaleza transnacional es innegable (es evidente que en Venezuela se concentra una pugna de intereses de amplio espectro entre los Estados Unidos y sus sistemas de alianzas, y el bloque emergente China Rusia e India), será una de las variables fundamentales que van a determinar el devenir histórico del orden mundial en el próximo siglo

En primer lugar, porque sus ingentes recursos naturales resultan estratégicos, en un momento de crisis estructural del sistema capitalista y ante la inminencia de una gran recesión. Si los Estados Unidos no logran el control de las reservas energéticas venezolanas, difícilmente podrán evitar su colapso como potencia económica dominante en el sistema-mundo.

En segundo lugar, porque si los Estados Unidos no concretan su dominación política y militar sobre América Latina y el Caribe, al cual consideran como su patio trasero histórico (el derrocamiento del gobierno de Venezuela es fundamental para alcanzar tal objetivo), se acentuaría la crisis de hegemonía y este sería un signo de una ruptura del orden mundial regente desde la caída de la Unión Soviética.

En tercer lugar, porque la estrategia actual de los Estados Unidos contra Venezuela, está demoliendo el derecho internacional y las bases del sistema de naciones (los principios y las normas que rigen la convivencia entre los Estados Nacionales), y está tratando de imponer un precedente que puede derivar en la abolición del Estado Moderno en su acepción liberal, para instaurar un nuevo régimen cimentado en acciones de fuerza y belicismo.

En cuarto lugar, porque a pesar de la gran asimetría en el campo militar entre los Estados Unidos y Venezuela (y de la inviabilidad de que aliados del gobierno venezolano como Rusia o China puedan contener una invasión), una agresión de esa naturaleza desencadenaría en una situación de inestabilidad sin precedentes en Venezuela que podría derivar en estallidos en la región, los cuales resultarían incontrolables para las fuerzas invasoras y podrán convertirse en un boomerang de repercusiones inimaginables para Estados Unidos.

¿Cuál es la salida para contener esa amenaza de intervención militar?

La única opción es defender la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, fortalecer el tejido institucional venezolano. En la medida en que los poderes públicos funciones y puedan ejercer sus competencias (que implican garantizar los derechos de la población), se estarán dando las condiciones para aislar y abolir el gobierno satélite. En ese orden de ideas, es imprescindible mejorar la situación económica. No es sostenible enfrentar una agresión tan compleja, mientras la población tiene que padecer calamidades de todo tipo para satisfacer sus necesidades básicas y se mantiene la incompetencia del gobierno para superar la crisis.

También es urgente, realizar una convocatoria democrática para un diálogo nacional, cuyos objetivos centrales sean la paz y la soberanía nacional. El gobierno nacional debe buscar los canales para establecer un contacto serio y respetuoso con amplios sectores de la oposición política (en sus múltiples expresiones), los cuales repudian el intento de golpe de Estado de la autoproclamación, están en desacuerdo con las posiciones fundamentalistas y antinacionales de Voluntad Popular, y aspiran una salida constitucional y democrática a la crisis política actual.

De igual manera es preciso mantener la agenda diplomática que se está desarrollando desde Cancillería, e insistir en la buena disposición para la búsqueda de una salida política negociada con la cooperación internacional, pero sin chantajes, imposiciones o amenazas externas (el Mecanismo de Montevideo es un instrumento con una orientación respetuosa de esas premisas).

Hay que promover la salida política negociada sobre la base de las herramientas previstas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (más allá de los intereses partidistas), con la participación de todos los sectores democráticos del país. De lo contrario, Venezuela será víctima de una guerra de rapiña por sus recursos naturales. En Venezuela no está en juego un gobierno, está en juego la existencia de la República y la posibilidad de que el pueblo venezolano sea el protagonista de su devenir histórico.

Jorge Forero
Investigador del Centro Internacional Miranda
______________
1 A este panorama tan convulso hay que agregarle una emigración por motivos económicos sin precedentes en la historia moderna del país.

2 El 23 de enero de 2019, en una plaza pública y sin ningún tipo de sustento en el orden constitucional venezolano, se autoproclamó un nuevo presidente.

*****************************
3. Venezuela no será ni colonia ni el estado 52 de EEUU

Jesús Chucho García

Resultado de imagen para Venezuela no será ni colonia ni el estado 52 de EEUU

Ni con conciertos con cantantes asimilados y tarifados por el imperio y el narcotráfico colombiano, ni con las amenazas cotidianas y miles de falsas noticias provenientes de los cincos jinetes del Apocalipsis de Estados Unidos, ni con ayuda humanitaria contaminada, ni con el odio de un reducido grupo de la oposición venezolana en el exilio, ni con la desesperación de la República del Este de Caracas, lograrán que la República Bolivariana de Venezuela pase a ser el estado 52 de Estados Unidos.

Las prácticas de expansión territorial a la fuerza de Estados Unidos con apoyo de las burguesías nacionales, se apropió de territorios de pueblos en el mundo entero. De México prácticamente se apropiaron a sangre y fuego de dos millones quinientos mil kilómetros cuadrados que hoy comprende algunos estados como Texas, Colorado, California, Nuevo México, entre otros.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es muy clara en su sentido soberano y antimperialista. A nuestro país se le está cobrando el precio de haber puesto en práctica una nueva integración continental y mundial, bajo los argumentos expresados por Simón Bolívar en el Congreso de Angostura y concretado por el presidentes Chávez en la construcción de nuevos bloques de poder regional tales como el ALBA, UNASUR, PETROCARIBE, la CELAC y la CUMBRE AFRICA-SURAMERICA.

La maquinaria de inteligencia intervencionista de Estados Unidos, al darse cuenta del cambio cualitativo en nuestra América, desplegó todas las trampas para desmontar ese andamiaje antiimperialista, comenzando por Honduras, luego Paraguay, posteriormente Argentina, Brasil, entre otros. Aquellos países que hemos resistido a la subestimación imperial nos han catalogado como los países del eje del mal, concepto que fue aplicado a finales del siglo a países como Irán, Irak, Libia y Siria, donde Irán y Siria continuar resistiendo sin dejarse doblegar.

El pueblo venezolano esta re escribiendo la historia, está escribiendo sus páginas gloriosas antimperialistas, como en su tiempo la escribió hoy el sufrido pueblo haitiano para el cual no existe ayuda humanitaria, solo la que le brinda Cuba y Venezuela. Páginas gloriosas que escribió Cuba cuando derrotó la invasión imperial en Bahía de Cochinos o el Vietnam Glorioso, así como los países anticoloniales de África.

Tenemos problemas, si claro y muchos, como resultado de no habernos dado cuenta de que el modelo rentista logró penetrar el proyecto bolivariano así como lo hicieron los organismos de inteligencia de Estados Unidos, con algunos altos funcionarios del proceso bolivariano, pero al fin de cuentas son nuestros problemas y solo saldaremos de ellos nosotros sin intervencionismo. Las dos batallas hay que darlas, no hay que detenerse. La batalla contra el imperialismo y la batalla interna contra los saboteadores que dirigen nuestras instituciones, contra aquellos líderes que se creen intocables y los corruptos de oficio. En medio de la crisis esas dos batallas es impostergable. A dios rezando y con el mazo dando.
____________
CHU CHE RIAS
———Contra el imperialismo donde quiera que se encuentre, fue el foro organizado por el PSUV , AFROTV y la Fundación Afroamérica en San José de Barlovento, que contó con nuestra participación, de los concejales Juan Con, Marina Acosta y del Alcalde Ramón Hidalgo, quien expresó que Barlovento está listo para repeler cualquiera agresión.
——— ¿Por qué Miranda siguen exportando sus materias primas tan valiosas como el cacao? ¿No es una contradicción con el planteamiento de Chávez de procesar nosotros mismos nuestras materias primas?
——-Alcalde Juan Aponte, nos dicen que los bultos escolares bolivarianos para los 111 niños de la comunidad Mango de Ocoyta se encuentra en Caucagua, por favor meta la mano. El Liceo de Juan Díaz también está en condiciones deplorables.
——-El mes próximo se cumple un año que el presidente Nicolás Maduro firmó el decreto para implementar el Decenio de los Pueblos Afrodescendientes, hasta ahora ninguna institución ha pasado a la implementación de dicho decreto.
——-El IV Encuentro Pedagogía cimarrona e Interculturalidad, realizado el pasado lunes en Valencia con apoyo de la zona educativa, fue todo un éxito en homenaje a nuestra Luz Marina Rosales.

******************************
4. Quién es la marioneta golpista en Venezuela

Manuel E. Yepe



El líder golpista Juan Guaidó recién fabricado para Venezuela por el Laboratorio de Cambio de Régimen de Estados Unidos, es el resultado de un experimento supervisado durante una década por la élite de los instructores de cambio del régimen de Washington.

Muchos creen que Guaidó es, o era, presidente de la Asamblea Nacional, pero lo cierto es que él nunca fue elegido para el cargo y los cuatro partidos de oposición que conforman la Mesa de Unidad Democrática de la Asamblea habían decidido establecer una presidencia rotativa.

El turno de Voluntad Popular estaba en camino, pero Leopoldo López, su fundador, estaba bajo arresto domiciliario y su segundo se había refugiado en la embajada chilena. El siguiente en la línea era un sujeto nombrado Juan Andrés Mejía, pero por razones que no son claras, Juan Guaidó fue el escogido.

Antes de hacerlo pasar por campeón de la democracia, lo pusieron al frente de una violenta campaña terrorista que le habilitó para ser seleccionado por especialistas de la CIA y el Departamento de Estado para la tarea que ahora pretende comenzar.

Los periodistas estadounidenses Dan Cohen y Max Blumenthal han reseñado una parte del proceso de construcción de este falso dirigente contrarrevolucionario, no muy diferente de la forma en que Estados Unidos entrena a sus títeres en otros países del mundo.

Apenas unos meses antes de haberlo dado a conocer el 22 de enero, muy pocos venezolanos habían oído hablar del joven de 35 años Juan Guaidó. Era un personaje oscuro, en un grupo marginal de extrema derecha relacionado con actos de violencia callejera. Incluso dentro de su propio partido, Guaidó era una figura trivial en la Asamblea Nacional dominada por una oposición que ahora está en desacato de acuerdo a la Constitución de Venezuela.

Con una sola llamada telefónica, el vicepresidente Mike Pence proclamó a Guaidó presidente de Venezuela. Ungido como líder de su país por Washington, este hasta entonces desconocido de los bajos fondos de la política venezolana fue exaltado en la escena internacional como el líder de la nación con las mayores reservas de petróleo del mundo, por decisión de Estados Unidos.

Haciéndose eco del consenso de Washington, el New York Times saludó a Guaidó como un “rival creíble” de Maduro con un “estilo refrescante y visión suficiente para llevar adelante el país”. El consejo editorial de Bloomberg News lo aplaudió como probable "restaurador de la democracia" y el Wall Street Journal lo proclamó "un nuevo líder democrático".

Obedientemente, Israel, Canadá, el bloque derechista latinoamericano de Lima y varias naciones de europeas, acataron el mandato de Washington y reconocieron a Guaidó como el líder legítimo de Venezuela.

Es significativo que Guaidó sea vendido hoy como la cara de la restauración democrática cuando él hizo su carrera política en la facción más violenta del partido más radical de la oposición de Venezuela, posicionándose al frente de cuanta campaña por la desestabilización del gobierno legítimo era proclamada. El partido de Guaidó, Voluntad Popular, está ampliamente desacreditado dentro de Venezuela, donde se le considera responsable de la fragmentación de la oposición y de su debilidad en el escenario político.

Naturalmente, nadie –ni siquiera sus promotores del Norte- espera que Guaidó conduzca al país hacia la democracia, sino al colapso de una nación que durante las dos décadas ha sido baluarte de la resistencia al imperialismo. Su improbable ascenso señalaría la culminación de un proyecto para destruir el popular experimento socialista de Venezuela. Después lo descartarían.

Durante las administraciones estadounidenses de George W. Bush y Barack Obama, Hugo Chávez sobrevivió a numerosos planes de asesinato antes de sucumbir al cáncer en 2013. Nicolás Maduro, su sucesor, ha sobrevivido a tres atentados contra su vida.

Estados Unidos ideó también un complot llamado Operación Constitución para capturar a Maduro en el palacio presidencial de Miraflores; y otro, llamado Operación Armagedón, para asesinarlo en un desfile militar en julio de 2017. Poco más de un año después, intentaron y no lograron matar a Maduro con bombas teledirigidas durante un desfile militar en Caracas.

En diciembre de 2018, Guaidó cruzó a hurtadillas la frontera y se dirigió a Washington, Colombia y Brasil para coordinar el plan de realizar manifestaciones masivas durante la toma de posesión del presidente Maduro. La noche anterior a la ceremonia de toma de posesión de Maduro, tanto el vicepresidente Mike Pence como la canciller canadiense Chrystia Freeland llamaron a Guaidó para afirmar su apoyo.

Una semana después, los senadores Marco Rubio y Rick Scott, junto a representante Mario Díaz-Balart -todos ellos legisladores de la base de Florida del lobby derechista cubano en el exilio- se unieron al presidente Trump y al vicepresidente Pence en la Casa Blanca. A petición de ellos, Donald Trump aceptó que si Guaidó se declaraba presidente, él, cual Dios Todo Poderoso, lo respaldaría.

21 de febrero de 2019

*******************************
5. ¡Es el imperialismo, estúpido!

Manuel Cabieses Donoso

Resultado de imagen para ¡Es el imperialismo, estúpido!

“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad”. Simón Bolívar

En su discurso del 18 de febrero en Miami el presidente Trump afirmó “que un nuevo día llega a América Latina”. Fue la oratoria remozada de James Monroe en el siglo XIX proclamando que América es propiedad de EE.UU. Desde entonces cerca de cincuenta intervenciones en países latinoamericanos confirman que la Doctrina Monroe es la matriz permanente de la política de EE.UU. hacia América Latina y el Caribe. Ya se trate de presidentes demócratas (Kennedy y la invasión a Cuba) o republicanos (Nixon y el derrocamiento del presidente Salvador Allende), el meollo de la política hemisférica de EE.UU. es la dominación. Para mantenerla no titubea en violar el derecho internacional y pisotear la soberanía y el derecho a la autodeterminación de nuestros países.

Venezuela ha sufrido la experiencia de ambas caras de la política aplicada desde la Casa Blanca. El 9 de marzo se cumplirán cuatro años del decreto del presidente Barak Obama (demócrata) que declaró a Venezuela una “amenaza a la seguridad” de EE.UU. Eso dio cobertura “legal” a una escalada intervencionista que el presidente Donald Trump (republicano) pretende ahora convertir en agresión armada.

Para llegar al punto en que nos encontramos, los arrenquines del imperio desplegaron sus artes viles para debilitar a Venezuela. Siguiendo orientaciones de Washington se formó el Grupo de Lima; Judas Almagro fue designado secretario general de la OEA; se boicoteó el diálogo gobierno-oposición en República Dominicana y -¡la guinda de la torta!- se creó un Frankestein: Juan Guaidó, encargado de un gobierno fantasma que ha sido reconocido por gobiernos que presumen de serios. Entretanto EE.UU. apretó la soga financiera en el cuello de Venezuela y alineó a la Unión Europa detrás de su política injerencista. La asfixia económica fue el siguiente peldaño para provocar escasez de alimentos y medicinas, mercado negro, acaparamiento, especulación, hiperinflación y las múltiples formas de corrupción que engendran estas crisis, como bien sabemos los chilenos que vivimos la experiencia de los 70. A lo anterior hay que sumar el drama de la migración. Centenares de miles de venezolanos –al igual que en América Central- han debido salir de su país en busca de mejores condiciones de vida.

Una guerra sicológica de magnitud desconocida en la región –salvo los casos de Cuba y Chile- se encargó de crear una imagen distorsionada de la realidad venezolana. Las mentiras sobre Venezuela ruedan por el mundo sin límites ni fronteras éticas. Algún día el rol miserable del “periodismo” de las oligarquías, tendrá que ser juzgado como el asesinato mediático de la verdad para agredir a un pueblo que sólo pretende construir su propio destino.

Sin embargo, lo sobresaliente en la situación actual es que una mayoría impresionante del pueblo –incluyendo sus Fuerzas Armadas- no ha caído en la desmoralización a que pretende empujarlo la ofensiva de EE.UU.

El discurso de Trump en Miami fue respondido con altivez y dignidad por el presidente Nicolás Maduro. Asimismo el torpe intento de Trump de sobornar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para inducirla a un golpe de estado, encontró la contundente respuesta del general Vladimir Padrino López y de los comandantes de las distintas ramas de las FANB y la Milicia. El discurso del general Padrino López, que reitera la doctrina bolivariana y socialista de las FANB, es una pieza notable del pensamiento militar antimperialista y antioligárquico. Abre una perspectiva muy distinta de lo que ha sido la conducta histórica de los ejércitos de la región, sempiternos servidores de las oligarquías (1).

Trump también ha amenazado a Cuba y Nicaragua. Son los objetivos siguientes si la agresión a Venezuela alcanza sus objetivos. El energúmeno yanqui ha sido claro y rotundo: EE.UU. no permitirá ningún régimen socialista en América Latina y el Caribe. Su notificación interpela a los sectores sociales y políticos que trabajan por construir propuestas democráticas y sociales de mayor equidad y justicia en el continente. La solidaridad activa con Venezuela Bolivariana es una cuestión de vida o muerte para los venezolanos… y para nosotros, latinoamericanos y caribeños.

Febrero 2019


******************************
Fuentes: 
https://www.alainet.org/es/articulo/198313
https://www.alainet.org/es/articulo/198315
https://www.alainet.org/es/articulo/198318
https://www.alainet.org/es/articulo/198337

Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios

LO MÁS VISTO

EMANCIPACIÓN N° 972

DESCARGAR Y COMPARTIR EN PDF VISITE BIBLIOTECA EMANCIPACIÓN:  DESCARGAR LIBROS: https://bibliotecaemancipacionobrera.blogspot.com/ NO OLVIDE DESCOMPRIMIR LOS ARCHIVOS LEER EN LÍNEA: https://bibliotecaemancipacion.blogspot.com/ DESCARGUE 25 LIBROS EN PDF CON CADA ENTREGA HACIENDO CLIC EN CADA TÍTULO ANTES QUE PIERDA EL ENLACE: LIBROS 13400 a 13425 13401 Fábulas En Rima Para Los Más Pequeños. De La Fontaine, Jean. Emancipación. Enero 18 de 2025 13402 Frank En El Rancho De Don Carlos. Castlemon, Harry. Emancipación. Enero 18 de 2025 13403 Carrera De Ratas. Smith, George O. Emancipación. Enero 18 de 2025 13404 El Amanecer De Los Semidioses. Gallun, Raymond Z. Emancipación. Enero 18 de 2025 13405 Los Frutos Perdidos De Waterloo. Spencer Bassett, John. Emancipación. Enero 18 de 2025 13406 Los Cuatro Amigos De Guigu. Yang, Jingchang. Emancipación. Enero 18 de 2025 13407 La Muerte De Tántalo. Rocklynne, Ross. Emancipación. Enero 18 de 2025 13408 El Caso Oakdale. Rice Burroughs, Edga...

TRUMP: LOS EFECTOS DE SU PROMETIDO MURO ARANCELARIO

El callejón sin salida del capitalismo neoliberal, que es la última fase del capitalismo, está llevando a la humanidad a una situación de neofascismo generalizado y bárbaro, de la que sólo una transición al socialismo, realizada en etapas, puede ofrecer una salida China es el único país que ha logrado contrarrestar el aumento de los aranceles -y pérdida del mercado estadounidense- expandiendo su mercado interno porque sigue siendo esencialmente una «economía dirigida». PRABHAT PATNAIK, ECONOMISTA INDIO 21 enero, 2025 Donald Trump amenaza con usar los aranceles como arma contra otros países. Ya ha hecho tres declaraciones amenazantes: primero, amenazó a los países BRICS con que si se atrevían a alejarse del dólar, tendrían que enfrentar aranceles del 100 por ciento en el mercado estadounidense. Segundo, amenazó a la Unión Europea con que, a menos que la UE comprara más petróleo y gas estadounidenses como un medio para reducir su superávit comercial frente a Estados Unidos (el superávit ...

EL DESAFÍO LANZADO POR RUSIA E IRÁN AL "IMPERIO DEL CAOS"

Rusia-Irán, en estrecha cooperación, desafían directamente  al Imperio del Caos En un detallado acuerdo de asociación estratégica firmado la semana pasada en Moscú, las potencias euroasiáticas Rusia e Irán han lanzado un desafío al orden global liderado por Estados Unidos, poniendo en alerta al nuevo presidente entrante. Pepe Escobar -  – La Cuna [Traducción de: Nora Hoppe] El tiempo lo es todo en geopolítica. El pasado viernes en Moscú, apenas tres días antes de la toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump en Washington, dos de los líderes destacados de los miembros del BRICS, el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente iraní Masoud Pezeshkian, firmaron un Acuerdo de Asociación Global Estratégico, detallado en 47 artículos. el doble que el reciente acuerdo entre Rusia y Corea del Norte. Esta asociación estratégica quedó grabada en piedra justo cuando la enorme –impagable– deuda del gobierno de los Estados Unidos alcanza una cifra sin precedentes de 36...

ENTRADA DESTACADA

UNA INFANCIA SIN PANTALLAS ¿UNA POSIBILIDAD REAL?

UNA INFANCIA SIN PANTALLAS ¿UNA POSIBILIDAD REAL?

Se afirma que el uso de Internet por parte de menores de diez años puede tener consecuencias graves…

Biblioteca Emancipación