15 razones para movilizarnos el 17
Libardo Gómez Sánchez,
Las centrales que agrupan a los trabajadores sindicalizados, organizaciones agrarias, la asociación de pensionados, transportadores y estudiantes entre otros suscriben la carta dirigida el presidente de la Nación en la que se resume el pliego de peticiones que se respaldará con la movilización ciudadana el próximo jueves 17 de marzo a lo largo y ancho de la geografía nacional, las solicitudes tienen que ver con asuntos vitales para la población y en los que el gobierno tiene la capacidad de intervenir para modificar de manera positiva las vicisitudes que agobian a los demandantes; el primer punto hace referencia a la urgencia de asumir programas que resuelvan la hambruna que viven miles de niños sumidos en la más aberrante desnutrición y que ha ocasionado incluso la muerte a muchos de ellos; a renglón seguido se reclama al gobierno el cumplimiento de acuerdos que ha firmado con diversos sectores sociales a los que ha burlado de manera sistemática reflejando una postura de desprecio a campesinos, grupos étnicos, estudiantes, transportadores y trabajadores en general; ante la escalada alcista de los precios de alimentos y la canasta básica que incluye servicios públicos se reitera la exigencia de un alza de salarios y freno al crecimiento del costo de vida; suspensión de la feria de regalos con las empresas rentables de estado al capital extranjero como la venta de Isagen; revisión de los Tratados de Libre Comercio que han incrementado las importaciones y reducido las exportaciones de tal suerte que vivimos la balanza comercial más negativa de la historia y la destrucción de la industria y agro nacional; ante la grave crisis que atraviesa el sistema de salud y el déficit de la educación pública se requiere la revisión de la privatización de estos servicios y el aumento del presupuesto para ellos; dadas las cifras de desempleo e informalidad del trabajo políticas de apoyo a la generación de puestos de trabajo en condiciones dignas y con garantías laborales; el agua y los recursos naturales esenciales para la vida deben ser objeto de protección y explotación racional, la locomotora minero energética debe descarrilarse; los combustibles y las vías deben contribuir al desarrollo y no al despojo; la tributación debe grabar principalmente a quienes obtienen ingresos descomunales y no a las clases medias; la tierra y el territorio deben favorecer la producción agropecuaria nacional; la protesta es un derecho que hay que respetar; los pensionados deben gozar su vejez; el sector financiero no puede succionar toda la riqueza y el trabajo de los demás y la corrupción no puede seguir campeando; motivos existen para acompañar la protesta del 17.
Coletilla: la movilización programada para hoy demostrará el rechazo de los Huilenses a la entrega de nuestra riqueza hídrica a las multinacionales.
Diario del Huila, Neiva, marzo 14 de 2016
Centrales obreras, en paro este jueves contra políticas de Santos
País
Los organizadores esperan que unos 2,5 millones de personas se movilicen en todo el país. Foto Agencia AFP
La jornada de protestas fue convocada por el Comando Nacional de Paro, que reúne a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) y la Confederación General de Trabajadores (CGT).
Las centrales obreras colombianas, apoyadas por camioneros, taxistas y sectores del campo, harán este jueves una huelga nacional en protesta contra la política económica y social del Gobierno.
La huelga, primera de este año contra el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, fue convocada por el Comando Nacional de Paro, que reúne a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) y la Confederación General de Trabajadores (CGT), al igual que gremios de pensionados.
A ellos se unirán los camioneros, taxistas y sectores del campo, en especial a los productores de papa y cereales agrupados en el movimiento Dignidad Agropecuaria, el partido de izquierdas Polo Democrático Alternativo (PDA) y el Partido Comunista, dijo a Efe una fuente de la CGT.
Los organizadores esperan que unos 2,5 millones de personas se movilicen en todo el país.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo que el Gobierno respetará la huelga porque la administración de Santos tiene "espíritu de diálogo permanente, abierto a la concertación con los distintos sectores del país" y que confía en que la jornada transcurra sin incidentes.
"Esperamos que quienes protesten lo hagan respetando los derechos de los demás, sin acudir a vías de hecho, sin acudir a la violencia", manifestó el ministro.
En Bogotá, la principal movilización comenzará a media mañana en el Parque Nacional y los manifestantes caminarán hasta la Plaza de Bolívar, en el centro de la ciudad, en donde convergerán todas las marchas convocadas en diferentes sitios.
La huelga busca presionar al Gobierno para que revise al alza los salarios, que han perdido poder adquisitivo por la subida de la inflación, que el año pasado fue del 6,77 %, y rechaza la reforma tributaria que el Ejecutivo pretende tramitar este año en el Congreso y que implica un aumento del IVA, que actualmente es del 15 %.
También están contra la intención de aumentar el número y la tarifa de los peajes en el país y de incrementar los años de operación de las concesiones de las carreteras de cuarta generación (4G) a multinacionales.
Asimismo solicitan que el Gobierno busque los mecanismos para reducir el costo de vida, los porcentajes de aportes que hacen los trabajadores al sistema de salud, la congelación de los precios de productos de primera necesidad y de la gasolina, entre otros.
Según cifras de la CGT, la huelga afectará al 70 % del sector productivo del país.
EFE
http://www.noticiasrcn.com/nacional-pais/centrales-obreras-paro-este-jueves-contra-politicas-santos
Polo Boston apoya el justo Paro Cívico Nacional
Las organizaciones sindicales, sociales, gremios de la producción y partidos políticos ante la difícil situación económica y social que vive Colombia han tomado la decisión de realizar un Paro Cívico Nacional el 17 de Marzo. Cada día que pasa, los hechos desmienten una a una las declaraciones del gobierno de Jun Manuel Santos y su gabinete en el sentido de que “el país va bien, que está blindado frente a la crisis mundial o de que los problemas NO existen”, frase de batalla del combo de los “juanmanueles” como se le llama la panda neoliberal en Colombia.
Nadando en un mar de corrupción, las sumas de dinero que se quedan en los bolsillos de quienes han sacrificado la suerte de los colombianos a cambio de que a ellos les vaya bien, ya no se cuentan en cientos de millones sino en decenas de billones.
Casos como REFICAR, ISAGEN, SALUDCOOP, TRANSMILENIO, CARGO POR CONFIABILIDAD, ETC., dejan muy claro que la corrupción va de la mano con la nefasta política de entregar el patrimonio público a las grandes multinacionales extranjeras, política dictada por organismos internacionales a los cuales se ha sometido a la nación desde la época de Cesar Gaviria y su famoso “Bienvenidos al futuro”.
Mientras tanto, las gentes sencillas ven como se derrumba el aparato productivo nacional. La industria está amenazada de muerte, la agricultura casi que ha desaparecido de los campos colombianos, y productos en los que antes eramos autosuficientes, ahora se importan en un 100%. Esta crisis llevó a los campesinos y a sus organizaciones a realizar paros agrarios,y marchas campesinas de protesta. Para levantar estas acciones rebeldes, el gobierno ha firmado varios acuerdos con las organizaciones agrarias, pero la verdad es que el cumplimiento de los mismos no se ha dado y la crisis por el contrario empeora. El desempleo crece y la informalidad es la norma. Estamos frente a la más pura demagogia santista.
La deuda externa ha aumentado considerablemente debido a la revaluación del dólar, los déficit fiscal y de la balanza de pagos crecen preocupantemente, el hueco en el presupuesto se estima en unos 40 billones de pesos, y la cascada de impuesto que el santismo planea descargar sobre los hombros de los ya maltrechos bolsillos de los colombianos están llevando a las gentes del común a la desesperación. La crisis si existe. Mientras la banca privada monopólica obtiene pingues ganancias, a las manifestaciones de inconformidad de las gentes, el gobierno responde con el ESMAD, ese órgano represor y violento con el que queda en claro la naturaleza dictatorial y antidemocrática del santismo.
Desde el POLO Boston, en los Estados Unidos, manifestamos nuestro apoyo al Paro Cívico Nacional del 17 de Marzo, a la Resistencia Civil y solicitamos al presidente Santos y a su gabinete que hagan honor a los acuerdos firmados, que cumplan los mismos sin dilación y que negocien el pliego que el Comando Unitario le va a presentar el día del Paro. Igualmente exigimos el cambio de la política social y económica que nos somete a los vaivenes del libre Mercado y que, por el contrario, se aplique una política de defensa de la producción y la soberanía nacional, que preste atención a las reales necesidades del pueblo colombiano y que la democracia deje de ser un privilegio para los de arriba para que cobije a la mayoria de los habitantes de esta nación.
¡VIVA EL JUSTO PARO CIVICO NACIONAL!
POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO - CAPITULO DE BOSTON
Paro nacional de protesta del 17 de marzo: ¿El choque popular con el modelo?
Por: Jaime Caycedo Turriago
El descontento generalizado y en crecimiento es una respuesta a los provocadores retos de las medidas oficiales. Responde al estilo chabacano de gobierno, que aplica su recetario de clase sin consideración por las condiciones reales de la desigualdad social en el marco de una situación política signada por el proceso de paz con las FARC-EP y en la antesala de ampliarlo con el ELN.
La aprobación de la ley de ZIDRES, el salario mínimo por debajo del IPC, la privatización de ISAGEN y el anuncio de otras más, el aviso de una reforma tributaria abiertamente regresiva, una nueva contrarreforma pensional, alzas en la energía y demás servicios, colapsos del asistencialismo, crisis del sistema de salud y un largo etcétera motivan un ambiente de desaprobación incesante.
La más reciente encuesta de opinión (RCN, FM, Semana) le otorga a Santos un 25% de aprobación y un 73% de imagen negativa. Un paro nacional de protesta está en camino para el 17 de marzo. Se anuncia como una jornada de indignación con movilizaciones en las principales ciudades, con ceses laborales puntuales en varios casos, paro de taxistas, inicio de un paro camionero, manifestaciones y presencia en carreteras por cuenta de los sectores agrarios que reclaman cumplimiento de los acuerdos del paro de 2013, marchas del magisterio, del estudiantado, de organizaciones comunitarias, indígenas, afrodescendientes y otras.
Se habla de una acción de “calentamiento” hacia una actividad más contundente, quizás un paro cívico. El Comando nacional de paro prepara un encuentro con voceros representativos de todo el país para decidir un itinerario.
Quince puntos integran el Pliego de exigencias. Es encomiable el esfuerzo logrado para sintetizar en consenso una confluencia tan variada de intereses y preocupaciones. El preámbulo del pliego fija una postura de apoyo al proceso de diálogo y solución política, como deslinde con el uribismo que intenta pescar en río revuelto y con la pretensión de Santos de imponer a la brava un plebiscito refrendatorio de los acuerdos. El paro no es contra el proceso de diálogo y el Comando de paro se pronuncia por el sistema de refrendación que salga por acuerdo bilateral en la Mesa de la Habana.
Es claro que el inconformismo no nace de disgustos coyunturales. De una parte, las medidas adoptadas y las previstas buscan preservar las ventajas del capital para contrarrestar exclusivamente a su favor el ciclo depresivo. No es posible una lectura diferente de las propuestas sobre IVA, impuestos, privatizaciones, austeridad y recortes presupuestales, sin tocar servicio de la deuda ni gasto militar. De otra parte, hacen caso omiso de lo acordado en el primer punto de la Agenda, en relación con el desarrollo agrario y territorial; con el cuarto, sobre cultivos; con los requerimientos territoriales de fin de la guerra y el cese al fuego.
El Plan nacional de desarrollo se muestra como un inamovible, la regla fiscal como techo del gasto social y el llamado “equilibrio de poderes” como el límite del reformismo posible. El modelo del fin de la guerra para el régimen es un sistema y una territorialidad previamente formateados por el Plan de Infraestructura 4G, el reparto a las transnacionales del saqueo minero, las ZIDRES y el Plan de Consolidación militar, como presencia aconductante del Estado.
La movilización y la protesta popular, cívica, sindical, agraria, indígena, afro son la otra cara de la resistencia histórica a la dominación capitalista, terrateniente, financiera y transnacional, atrincherada hasta ahora en la contrainsurgencia, la represión y la con-tención del “enemigo interno”.
Si la izquierda y todo el espectro democrático contribuyen positivamente a construir la unidad de los espacios populares para imprimirle al proceso de paz un contenido de justicia social, las potencialidades de este momento de transición obrarán en un sentido más favorable a las transformaciones necesarias. La base social unitaria será sin embargo indispensable e insustituible para que la paz, sus acuerdos, la refrendación y su proyección democrática sucesiva tracen el rumbo de la nueva Colombia.
T/P
Revista Izquierda
http://www.espaciocritico.com/sites/all/files/izqrd/n0062/izq0062_a10.pdf