LA HIPOCRESÍA DE LA CONSTITUCIÓN BURGUESA
A propósito del reciente paro del magisterio colombiano, el Tribunal de Cundinamarca decidió declararlo inconstitucional. El argumento, la educación es un derecho de los niños y estos priman sobre cualquier derecho laboral. Seguramente todos consideran que los ni- ños son primero y no es para menos, pues son el futuro de la humanidad. Sin embargo, ninguna institución estatal, ha considerado en utilizar la constitución para declarar la violación a derechos que en verdad podrían ser fundamentales dentro de su ley, como el derecho a la vida, a la alimentación, a la integridad física.
Caso concreto, es la muerte de niños por desnutrición, principalmente en La Guajira. A ello responde el mandatario de la paz, con una defensa infame “son 294 niños muertos no cinco mil como afirman algunos me- dios”. Que hipocresía, que podredumbre, que desinterés por parte de las clases dominantes hacía los hijos de la Clase Obrera, de los campesinos pobres y medios, de los indígenas. Con que bajeza aceptan que 294 ni- ños mueran de hambre, cuando se supone que es lo que la constitución burguesa defiende, ¡¿dónde está en este caso el Tribunal de Cundinamarca que no condena inconstitucional la muerte de niños?! Qué manera de engañar a los luchadores, haciéndolos incluso sentir culpables por defender sus derechos, cuando ni siquiera los 9 millones de niños perderán sus clases, porque a todos los maestros los tienen reponiendo el tiempo, pese a que sus condiciones laborales no mejoraron en nada.
Su inconstitucionalidad, es un freno que pretenden imponer a una lucha que demostró fortaleza, ímpetu, organización y disciplina. Nada comparable a someter a los niños al hambre, a la sed, a la desnutrición; y, a sus familias, al dolor de verlos morir, sin poder hacer nada para salvar sus vidas.
En el caso de las muertes por desnutrición, no se encuentran culpables, aunque todos sepan quienes son, no hay actos inconstitucionales, aunque sea la vida de cientos de pequeños la que está en medio, no hay represalias para quienes han secado ríos y depredado la naturaleza. Esa es la hipocresía del Estado burgués, que utiliza la constitución hecha por ellos, a su antojo y conveniencia, por eso quienes la defienden, pasan por alto (o así lo quieren hacer creer) que no representa a los explotados y oprimidos, pues el contrario, es utiliza- da para pisotear los derechos de los obreros.
Otra vez los actos del Estado de la burguesía, de- muestran que su razón de ser es proteger su sistema de explotación y opresión y, que nada bueno tienen para los obreros y campesinos, así lo demuestra la situación de los niños en Guajira y en todo el país, porque los niños no tienen futuro en el capitalismo que los mata de hambre debido a su voracidad. Por eso la lucha que el movimiento de masas mantiene en ascenso, sigue siendo el camino revolucionario que lleva a la agudización de la confrontación entre clases, la de los parásitos burgueses contra los obreros y campesinos, a quienes cada vez menos los asustan sus declaraciones de ilegalidad e inconstitucionalidad de la lucha.
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