"Ojalá que en el momento de definir nuestros gobernantes, veamos reflejadas las inconformidades y los nuevos sueños que nunca deberían de olvidarse en nuestro colectivo primario"
Guillermo Molina Miranda
Especial para Opinión Pública
Es indudable que el Foro convocado por la Cámara de Comercio de Ibagué, sobre el agua, resultara en un fiasco que no generó ni soluciones ni claridad, dado que desde que se impulsó la iniciativa del acueducto alterno, una viable solución, aunque no la única, ha estado caracterizada por la improvisación, las investigaciones, las dudas, el aprovechamiento politiquero y el detrimento patrimonial de los Ibaguereños.
Los copiosos estudios, las cuantiosas inversiones hechas sin ni siquiera haber terminado el primer tramo de la obra después de haberse contratado los primeros estudios en el 2007 por el tristemente célebre exalcalde Rubén Darío Rodríguez por $350 mil millones; los pocos tramos realizados luego de la erogación de cerca de $10 mil millones, por otro de los cuestionados gobernantes Ibaguereños Jesús María Botero, al comprar la tubería sin que se hubiesen terminado los estudios previos, bajo el contrato 089 del 2009, al igual que haber firmado el impugnado contrato 060 por seis mil 290 millones de pesos, en noviembre de 2011, que debería haber terminado el sonado primer tramo; la gran parte de la tubería que dormita a lado del trazado, la suspensión y empantanamiento de las obras en la administración del agonizante gobierno de Luis H. Rodríguez ante una necesidad y demanda creciente de líquido vital, a más de que el proyecto ha sido bandería demagógica en las elecciones, reflejan la ineptitud, la falta de honradez y rectitud de nuestros gobernantes.
Qué vergüenza de una clase política Ibaguereña, que bajo tres administraciones distintas, y una sola élite verdadera, que agrupa todas las organizaciones políticas gobernantes (Conservadores, Liberales, Unidad Nacional, Centro Democrático, Cambio Radical, de todos los matices) ha sido incapaz, acomodada, irresoluta y mendaz que no ha tenido ni siquiera por lo menos la dignidad de enmendar los errores, reconocer la desidia por resolver el problema de abastecimiento del agua, en la segunda ciudad con mayor recurso hídrico del país.
Bueno, si hacemos justicia, está ha sido la característica a nivel nacional de estos sectores parasitarios que escriben, reescriben y desangran los ingresos del país. Aún menos se le pediría, dejar de desfalcar a través de leoninos contratos que hieren el erario y los bolsillos de los contribuyentes, porque esa ha sido su ralea y menos aún que sean los mejores custodios de los intereses comunes. Pero, por lo menos, que con argumentos disfracen sus acometidos, lo que ni siquiera han podido realizar sino soslayar, demostrando porque estamos como estamos los Ibaguereños. Lo que sí hay que reconocer, es el papel, contadas excepciones, aunque tímido y servil en la mayoría, que ha tenido la prensa local, para destapar e informar a los Ibaguereños, que han mostrado, igualmente una sumaria indiferencia, fruto y reflejo de la ignorancia y del control político que la elite clientelista enunciada cobija, frente a este vital tema.
Expresar cínicamente como lo hizo el Alcalde Luis H. y el director del Ibal Carlos José Corral, que el abastecimiento del agua en Ibagué es suficiente y que podría abastecer del líquido a la ciudad hasta 2030, desnudan la ineficiencia, el clientelismo y la voracidad de clase política administradora de la ciudad, además de develar la característica abyecta de nuestros gobernantes, ya copiosamente mostradas con las obras del panóptico, la avenida fantasma… y que se reeditan, sin cobro de inventario, por una ciudadanía, sin ningún ápice de educación política y dolor de patria, que debería cobrarle en las urnas tamaña y vil osadía. Ojalá que en el momento de definir nuestros gobernantes, veamos reflejadas las inconformidades y los nuevos sueños que nunca deberían de olvidarse en nuestro colectivo primario.
Guillermo Molina Miranda
Asocomunicadores