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EL CAOS QUE SE NOS VINO ENCIMA
Hecho histórico, dicen, es el record logrado por el señor alcalde tapando huecos. Este hit del mandatario sería parte del ambicioso plan para que la movilidad en Ibagué sea magno ejemplo para las urbes del mundo y por ello (sin que lo pida ni lo pague) aporto algunas ideas que ayuden al digno empeño y de paso atajen el caos que se nos vino encima y que, guardada proporción, puede ser más terrible que el bogotano. Apretado y de corrido para que quepa en una cuartilla, aporto un chorro de 28 iniciativas que bien puedo sustentar una a una:
Encarar la movilidad desde una visión sistémica de municipalidad. Crear una gerencia de infraestructura que responda por pavimentos y parcheos y así no dilapidar la capacidad de gestión estratégica del Alcalde. Hacer juicioso estudio en cada comuna para conocer bien la gravedad del deterioro y la insuficiencia de vías. Contratar mantenimiento vial, señalización y monitoreo de rotura de pavimentos con empresas comunitarias o CTA, una por comuna. No financiar asfalto con empréstitos, pues en Ibagué el pavimento se acaba antes que la deuda.
Establecer un plan permanente y consistente para forjar cultura de movilidad. Exigir enseñanza calificada a escuelas de conducción y vigilar su cumplimiento. Expedir licencia para conducir moto a quienes demuestren pericia y comprensión de normas de transito. Hacer un pacto de racionalización y modernización con los empresarios del transporte púbico. Apelar al civismo, la educación y la persuasión antes que al autoritarismo, la grúa y la multa. Ofrecer continua formación a los agentes de tránsito. Contratar expertos en movilidad en la secretaría de tránsito. No insistir en innecesarios esnobismos como el de fotomultas.
Estructurar un encargo fiduciario para acopiar recursos de diversas fuentes. Reclamar tributo o aportes para recuperación vial a empresas nacionales y trasnacionales que explotan oportunidades y recursos locales. Adquirir o potenciar plantas propias de asfalto. Acordar con empresas cementeras apoyo permanente para vías en barrios populares. Proyectar recursos de regalías, presupuesto departamental y Programa de Ciudades Amables, aplicables a vías. Exigir a parlamentarios tolimenses tramitar una ley de recuperación de infraestructura vial. Crear un fondo cívico que se alimente de aportes de ibaguereños pudientes, residentes o en la diáspora y de sobretasas de diversa naturaleza.
Estudiar la viabilidad de construir un tranvía longitudinal. Establecer un plan de vías tuteladas por comunidades y/o empresas circunvecinas. Ofrecer estímulos tributarios para construir parqueaderos elevados en zonas previamente fijadas. Proyectar la red de ciclo rutas. Gestionar un plan de recuperación de andenes. Motivar e incentivar el trabajo comunitario. Reglamentar las zonas azules. Y, luego sí: proyectar endeudamientos y valorizaciones para financiar grandes obras de infraestructura como vías nuevas, puentes, viaductos, deprimidos.
En el tintero hay muchas más ideas estructuradas sobre movilidad y otros temas, pero, excluyendo a las personas sensatas y abiertas a las ideas alternativas y que no son pocas, digo con franqueza que en un medio adicto al runrún del politiqueo, al argumento toxico, a inocuas e ingenuas tesis de desarrollo y al interés personalista, las ideas propositivas y progresistas no son bien recibidas o “taquilleras” y, enseña la experiencia, suelen juzgarse de “ladrilludas”, pendejas y “jartas” y por tanto ídem a quien intenta pensarla, sugerirla y defenderla.
ALBERTO BEJARANO ÁVILA
Ibagué, Colombia