Colombianos realizan cacerolazos por las noches en distintas ciudades (Foto: AP)
Tras anunciar la mediación del Congreso, que ha aprobado la política que ahora se rechaza y reducir a cero los aranceles a fertilizantes, refinanciar créditos, establecer salvaguardas con asistencia técnica, la delegación del gobierno encabezada por el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas desde Bogotá, Fernando Carrillo, Ministro del Interior, Francisco Estupiñán, de Agricultura y Aurelio Iragorri, Secretario General de la Presidencia, esperaba que con estos paños de agua tibia cesara la fuerza del movimiento campesino, desconociendo a otros sectores como los camioneros, mineros, trabajadores de la salud, entre otros, MANE, USO, CUT e ignorando que es la política neoliberal aplicada de los TLCs y políticas agrarias las que mantienen en quiebra la producción nacional y en la miseria a los trabajadores. El malestar de los representantes campesinos no se hizo esperar, porque incluso hasta el procedimiento de no dar declaraciones hasta tanto no se tengan realmente acuerdos definitivos fue violado por el gobierno. Hoy seguirán las negociaciones desde la Curia de Tunja sin que se vislumbren soluciones definitivas a las exigencias de los sectores en paro.
Foto AP
Mientras tanto, se suman los estudiantes de las universidades públicas a nivel nacional,las organizaciones sindicales, como la USO, los maestros que realizan asambleas sumándose a las marchas, y diferentes sectores de trabajadores como los del sector justicia, financiero agrupadas en la centrales obreras, principalmente la CUT quienes haciendo caso omiso a los llamados para desbloquear más de 40 troncales citaron para hoy grandes movilizaciones en todo el país para rechazar las políticas neoliberales agenciadas por el gobierno Santos y sus antecesores. Se organizaron cerca de 58 marchas en todo el país en solidaridad con el paro campesino. La lucha continua, el paro, la solidaridad y las movilizaciones son el camino, hasta tanto no haya una sola mesa de negociación que este conformada por todos los sectores afectados en paro o que se estén aprestando a vincularse.
Foto Tiberio Murcia Godoy
Todos a derrotar las políticas neoliberales de la oligarquía vendepatria.
Nota de Redacción E.O.
El hartazgo campesino
Foto eltiempo.co
Rebelión
El paro agrario en Colombia va dejando unas cuantas lecciones. Primero, muestra a los países de la región que el conflicto no se reduce al enfrentamiento histórico entre las FARC y fuerzas militares o paramilitares. El país cafetero es una región que posee grandes recursos de hidrocarburos, potenciales hidroeléctricos, regiones agrarias (afectadas en la actualidad por los monocultivos), etc. Históricamente, y después de la muerte de Gaitán, Colombia ha pasado por transiciones marcadas por olas de violencia y saqueos desde su clase política, hasta llegar a ser un nuevo bastión para la neoliberalización de la economía en la región (donde Gaviria, ministro de Comercio Exterior de Santos, ejerce rol clave). El campo es definitivamente el sector que más ha sufrido con las tempestades políticas. Un reciente TLC, que tiene a la economía colombiana rendida a los pies de los grandes consorcios, es uno de los tantos causantes en la manifestación de una injusticia social de grandes proporciones que ha visto cómo cae todo el sector productivo a manos de la exoneración de pagos arancelarios de empresas como la omnipresente Monsanto y su archiconocida política de patentación de semillas y venta de venenos agrotóxicos. Lo que pasa ahora en Colombia es quizás lo que Latinoamérica entera ha estado esperando de este país, el levantarse contra la opresión de los latifundistas, de su clase política y de sus medios masivos. El campo colombiano, abandonado por los programas de fomento, se ha visto despojado de sus tierras, desplazado y acribillado, no es por tanto de extrañar que ahora esta forma de lucha empiece a tomar nuevos ribetes, es más, es algo que debería haberse dado desde hace ya buen tiempo atrás.
Colombia es una nación de raigambres campesinas, de fusta agraria, donde más del 80% de su masa trabajadora en este sector se encuentra bajo la línea de pobreza y donde 25 de cada 100 son indigentes, en una muestra de la burla de lo que ha sido su planificación de erradicación de la pobreza. Un país que debería ser, por capacidad productiva, líder regional, se ha transformado en vasallo de los consorcios internacionales y en reducto de explotación netamente extractivista. Resultado de su manejo político ha sido la entrega de tierras, las licitaciones express y la pérdida de autonomía económica. Los más de 20.000 campesinos agolpados la región de Catacumbo, Norte de Santander, exigen a pie firme la reposición de tierras por parte del Estado, las cuales han sido otorgadas con descaro a transnacionales del negocio energético y de la mega-minería. Los conflictos mineros en Colombia, concentrados en la áreas CCAI, que se repiten por toda América Latina, han llegado a ser un problema de neo-colonialismo en la región, donde el principal afectado es su ya empobrecido sector agrícola y, sobretodo, el cafetero (a través del pago de las PIC, Protección al Ingreso Cafetero, particularmente beneficioso con la gran y mediana caficultura). El monocultivo reproduce un neo-feudalismo donde la concentración de la tierra vergonzosa, sumado a ello el despojo de millones de hectáreas para la industria hidroeléctrica (p. ej. El Quimbo de ENDESA España) y la mega-minería que ha conducido a la militarización de sectores implicados y el aumento irracional de sus arcas a través de la nueva ley impositiva, en desmedro de la pequeña minera artesanal nacional. Y eso ni siquiera hemos mencionando el impacto ambiental, al cual el gobierno hace oídos sordos a un plan de mitigación.
Vimos con buenos ojos las protestas estudiantiles contra la Ley 30, bajo las cuales, los estudiantes lograron estructurar un discurso político unitario entre diferentes estamentos universitarios con sectores obreros, por lo que elParo Nacional Agrario se alza como muestra del hartazgo, por otro lado, no solo de la masa campesina colombiana, sino de un descontento generalizado. Es de reconocer, sin embargo, que el modo de organización que se ha concentrado, no ha podido ser canalizada en una resistencia coherente con la importancia de su lucha. Es de esperar que la masa campesina logre sensibilizar la opinión también en agolpada en Bogotá, que se logre una coordinación robusta ahora con obreros, con la masa estudiantil, con los desplazados en un país donde los medios críticos son silenciados con descaro. Los eventos han sido numerosos y se han sucedido en diversos departamentos aunque silenciados tanto por la prensa local como internacional. Los bloqueos de carreteras se han sucedido en Pasto, Cundinamarca, Boyacá, Caldas, Santander, Norte de Santander, Putamayo, Arauca, entre otros, donde se ha manifestado ya la falta de suministros y el alza de precios, oponiendo resistencia a represión de la policía antidisturbios (ESMAD) y de los escuadrones militares. El arresto del ejecutivo nacional de la CUT, Hubert Ballesteros, demuestra la negativa gubernamental a un mínimo de diálogo. Todos estos eventos van moldeando las bases para una reacción a las políticas de apertura mercantil asentadas en los últimos años en el país.
El despertar de la somnolencia política es un camino árido y lento, en la medida que sus instituciones están volcadas a corrupción, donde los medios masivos son condescendientes con el discurso oficial y donde la crítica periodística que denuncia vínculos es amenazada de muerte. El panorama tiene ribetes similares a la situación del campesinado paraguayo por una parte, y por otra a la de los países de la costa pacífica sudamericana en relación al boom minero-energético. La formación de células, la discusión entre actores, el desenmascaramiento de la presa oligarca son procesos que toman tiempo, sin embargo, por la envergadura del país cafetero, el hecho que éste de un vuelco hacia un nuevo proceso político de masas dará un giro radical a la lectura de los conflictos de la región. Se hace necesario ya un análisis generalizado y crítico del modelo económico ya instaurado, una vía de escape que logre desestabilizar el circo político colombiano, éste saldrá de la discusión en bases, en el trabajo conjunto entre campesinos, obreros y estudiantes, donde el sector agrario pone quizás la primera alarma de una transición política a gran escala.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=173120&titular=el-hartazgo-campesino-
Gran movilización social en Colombia en la undécima fecha del Paro Nacional
La huelga indefinida mantiene semiparalizada a Colombia de norte a sur (Foto: Archivo)
Organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y políticas saldrán a la calle para “decirle al presidente Santos que deje su actitud intransigente y se siente a negociar y darle solución a nuestros pliegos de peticiones", expresó el secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores.
Al menos diez gremios sociales encabezarán este jueves una masiva manifestación en los 32 departamentos colombianos, en rechazo al modelo económico neoliberal impulsado por el Gobierno de Juan Manuel Santos, así como también para respaldar el Paro Nacional que mantiene desde hace 11 días semiparalizado al país, de norte a sur.
En esta jornada nacional de movilización, saldrán a las calles organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles y políticas, para “decirle al presidente Santos que deje su actitud intransigente y se siente a negociar y darle solución a nuestros pliegos de peticiones", expresó el secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores, Tarcisio Rivera.
El reclamo colectivo de obreros, campesinos, estudiantes, médicos, mineros, maestros y demás trabajadores agrarios consiste en “detener ya las políticas que están acabado con la vida del país”.
Este miércoles, un comunicado de la Marcha Patriótica subrayó que se unirán a la movilización, junto a otros sectores en paro como la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación y la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo.
Respecto a la MANE, Álvaro Forero, uno de sus representantes, destacó que decidieron unirse ala protesta para “reafirmar su proyecto de ley alternativa y revindicar su derecho a una educación gratuita y de calidad”, denunciando además un “profundo abandono estatal” en la educación superior del país.
Por su parte, los trabajadores de la educación saldrá a reclamar, entre otras cosas, el cumplimiento de los acuerdos firmados con el Gobierno.
Mientras tanto, el paro nacional y popular amenaza con extenderse hasta que los campesinos logren una gran mesa de negociación en la que estén presentes todos los productores.
A su vez, los campesinos piden frenar los Tratados de Libre Comercio, los mineros artesanales que se les reconozca su trabajo, y los médicos expresarán su descontento ante lo que consideran un engaño por la ley estatutaria y la ley ordinaria, que, dicen, "mantiene los intermediarios y profundiza el negocio para las llamadas gestoras de salud".
El Gobierno presentó varias propuestas a los agricultores de Boyacá, Cundinamarca y Nariño, entre ellas la reducción a cero los aranceles a los fertilizantes, el refinanciamiento de los créditos y la asistencia técnica para mejorar la productividad del campo.
A pesar del diálogo, luego de 30 horas de conversaciones, el equipo gubernamental y los productores agrícolas de esos tres departamentos siguen sin llegar a ningún acuerdo.
La represión policial y los enfrentamientos no han cesado, mientras los restantes campesinos de otros 16 departamentos siguen en pie de protesta a la espera de ser escuchados y aseguran que “este paro va para largo”.
teleSUR-PL-ElTiempo-Caracol/MARL
Respaldo al paro agrario crece en Bogotá
Para este este jueves se espera una multitudinaria marcha en la capital de la República.
Por: EFE
En medio de las denuncias de abuso de autoridad en plano agrario. Foto: EFE
Por cuenta de la marcha programada para este jueves en Bogotá como respaldo al paro agrario, la Universidad Distrital, la Santo Tomás y los colegios privados de la Capital de la República, anunciaron que no habrá clases para evitar cualquier alteración de orden público que afecte la integridad de los estudiantes.
Más temprano, se conoció que ante esa convocatoria, la alcaldía de Bogotá suspendió las clases en los colegios distritales y el acalde Gustavo Petro, recordó en un mensaje de Twitter que "la No Violencia convoca multitudes y ayuda a abrir el camino de las soluciones y las transformaciones reales".
La protesta campesina que arrancó hace diez días se intensificó este miércoles en las cercanías de Bogotá, e incluso camioneros cerraron una importante avenida en el sur de la capital, mientras el gobierno intentaba disolver las movilizaciones a través de un diálogo regional.
Este miércoles, en la localidad de La Calera , manifestantes detuvieron cinco camiones y les pincharon los neumáticos, bloqueando el tránsito a una hora de la mañana en que numerosas personas se desplazan hacia la capital, según la Policía.
Agricultores también tomaron la carretera para realizar un cacerolazo, una demostración que se repite desde el lunes en varias ciudades del país, incluidaBogotá.
La vía fue reabierta por agentes antimotines, a quienes poco después los campesinos ofrecieron queso y aguapanela en un ambiente distendido,comprobó un fotógrafo.
En la tarde del miércoles, cerca de 100 camiones tipo volqueta fueron estacionados en la avenida Boyacá, en el sur de Bogotá, impidiendo totalmente el paso, confirmó un vocero de la alcaldía.
Los camioneros reclaman en contra de una restricción a su tránsito por la capital. Estos incidentes se suman a una asonada el martes en Facatativá, donde fueron atacadas la alcaldía y varios establecimientos comerciales.
En otras localidades vecinas a Bogotá, como Sibaté, Usme y Zipaquirá, se han registrado bloqueos de vías y choques entre manifestantes y agentes.Mientras tanto, delegados del gobierno del presidente Juan Manuel Santos dialogaban por segundo día con cultivadores de tres departamentos (Boyacá, Cundinamarca y Nariño).
El secretario general de la Presidencia, Aurelio Iragorri, reportó avances en aspectos como precios de fertilizantes y salvaguardas frente a las importaciones de cebolla.El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, consideró que con la propuesta gubernamental "están dadas las condiciones para que se levante el paro, se desbloqueen las vías, y podamos entrar en los otros temas de este movimiento".
Pero los campesinos, que piden ayudas económicas para paliar una "crisis estructural, agravada por los altos precios de los insumos agrícolas y los tratados de libre comercio", se declararon insatisfechos con la propuesta.
Apoyo en las ciudades a medida que pasan los días, la protesta campesina ha ido ganando apoyo en las ciudades y en las redes sociales, desde las que se ha convocado a cacerolazos y otras manifestaciones bajo el hashtag #yotambienmepongolaruana, en alusión al poncho típico de los labriegos colombianos.En Bogotá se han cumplido ya dos de esas convocatorias, la última el martes en el sector comercial más lujoso de la ciudad, desde donde cientos de personas marcharon hacia la céntrica Plaza de Bolívar.
EFE
http://www.elespectador.com/noticias/bogota/respaldo-al-paro-agrario-crece-bogota-articulo-443090