- Hacer educación popular implica tener siempre como referencia el tiempo como historia. Esto es lo que nos permite analizar los procesos educativos y hacerlos visibles para otros. Siendo la televisión un elemento clave en la destrucción de la perspectiva histórica es necesario promover una educación para ver la televisión, que le permita a las personas el distanciamiento necesario para ser críticos frente a los programas que observan.
- La educación popular requiere que el educador se cuestione, se eduque permanentemente en el diálogo con los educandos. Partir del educando es la única manera de partir de la experiencia del grupo, de lo contrario tendremos una educación popular conceptualmente liberadora, pero colonizadora en la práctica.
- Debemos enfocar la discusión acerca de los nuevos paradigmas de la educación popular, rescatando su dimensión libertadora, para desarrollar una metodología que incorpore el legado de Paulo Freire y lo haga avanzar.
- Aunque no es posible adoptar en la escuela formal la metodología de la educación popular, sí es posible incluir, en aquella, algunas pedagogías de la educación popular o crear una escuela con la metodología de la educación popular. Lo nuevo se hace ahora, y a través de la acumulación de lo nuevo vamos acabando con lo viejo. A través de etapas y de nuevas iniciativas conseguiremos conquistar adhesiones para posibilitar, en el futuro, un cambio de la sociedad.
- La dinámica de la educación popular busca el cambio social y, por lo tanto, debe saber invertir en los sectores donde haya personas que tengan el potencial de multiplicadores. Ellos, a su vez, ayudarán a la formación de los que trabajan directamente con sectores excluidos.
Fuente: http://www.lajiribilla.cu/2011/n507_01/507_22.html