Los humanos estamos pasando de ser organismos esencialmente genéticos a grupos culturales que funcionan de forma fluida, como si fueran un solo organismo
¿Qué pasa si la imagen popular de la evolución humana —esa secuencia que comienza con un simio y termina con un ser humano moderno erguido— es… errónea?
Imagen ChatGPT GMM
zap.aeiou.pt 18 de septiembre de 2025
Un nuevo estudio plantea la hipótesis de que la evolución cultural se está "comiendo la evolución genética en el desayuno": estamos evolucionando para convertirnos en superorganismos. La pandemia de COVID-19 fue un claro ejemplo.
Según un nuevo estudio publicado en la revista BioScience por investigadores de la Universidad de Maine en Estados Unidos, la evolución de nuestra especie está lejos de terminar y puede, de hecho, estar entrando en una fase completamente diferente: una transición hacia una forma de organización más colectiva y cultural , similar a lo que se observa en superorganismos como las colonias de hormigas o las colmenas.
Tim Waring, profesor asociado de economía y sostenibilidad y uno de los autores del estudio, explicó en un estudio de 2021 que "la importancia de la cultura se está acelerando" y que ésta podría ser el motor de un cambio evolutivo sin precedentes.
La idea central es que los humanos estamos pasando de ser organismos esencialmente genéticos a grupos culturales que funcionan de forma fluida, como si fueran un solo organismo. Esta hipótesis, explorada por Waring y su coautor Zachary Wood, sostiene que nuestros grupos sociales están cada vez más interconectados e interdependientes , con un nivel de cooperación que trasciende el interés individual.
Los investigadores señalan la pandemia de COVID-19 como un ejemplo reciente de comportamiento colectivo. En casi todos los países, las poblaciones reaccionaron como una especie de "sistema inmunitario nacional", cooperando en masa para proteger a la sociedad del virus. Para Waring, esto demuestra que la metáfora de la "sociedad como organismo" podría haber dejado de ser una simple metáfora para convertirse en una realidad emergente. Esta evolución no se produjo de la noche a la mañana: se construyó a lo largo de milenios de desarrollo social y cultural.
El proceso comenzó con la agricultura , que permitió sociedades más organizadas y estables, y continuó con la creación de infraestructura pública en la antigüedad, como carreteras, acueductos y sistemas de saneamiento. En los últimos siglos, los avances se han multiplicado: desde las vacunas del siglo XIX, que salvaron millones de vidas, hasta las tecnologías actuales de edición genética, que pueden corregir enfermedades letales poco después del nacimiento. Cada uno de estos logros fue resultado no de alteraciones genéticas, sino de la transmisión cultural y el conocimiento acumulado.
Como resume Wood, citando a IFL Science , “la evolución cultural se come a la evolución genética en el desayuno”.
Para los autores, esta capacidad de adaptación cultural es ahora tan poderosa que incluso puede prevenir problemas genéticos. Por ejemplo, más de tres cuartas partes de la población mundial usa gafas para corregir la visión, y aproximadamente un tercio de los nacimientos en Estados Unidos se realizan por cesárea: soluciones culturales y médicas que permiten la supervivencia de individuos que, en condiciones naturales, no sobrevivirían. Este cambio, argumentan los autores, está haciendo que el lugar donde vivimos y las sociedades en las que nos criamos sean más determinantes de nuestro bienestar que los genes con los que nacemos.
Pero los investigadores advierten que esta transformación no implica progreso moral ni la superioridad de unas sociedades sobre otras: la evolución, ya sea genética o cultural, puede producir tanto soluciones beneficiosas como resultados devastadores. El objetivo, argumentan, es comprender este proceso para evitar los aspectos más destructivos de la evolución.
Para comprobar esta hipótesis, el equipo está desarrollando modelos matemáticos y computacionales que permiten medir la velocidad a la que la humanidad está pasando de ser una especie moldeada principalmente por la genética a una dominada por la cultura y la organización social. Si esta tendencia continúa, concluyen, el futuro de la especie podría depender cada vez más de la fortaleza, la cohesión y la adaptabilidad de nuestras sociedades.
ZAP //
__________
Fuente:
